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EL PUEBLO CATÓLICO JUNIO 2014 2 ¿Por qué una carta pastoral sobre la familia? Q uizás nunca hayan pensa- do en esto, pero cuando la Sagrada Familia fue forzada a establecerse en Egipto, para escapar de la persecución del Rey Herodes, ellos experimen- taron lo que signifi ca estar solos y aislados de todos aquellos que conocían. Muchas personas ex- perimentan la misma sensación de soledad hoy, pues el signifi - cado y propósito de la familia es entendido por muy poca gente. En su vuelo de Tierra Santa hacia Roma, el Papa Francisco describió la situación actual de la familia en términos dra- máticos: "Hoy en día, todos lo sabemos, la familia está en crisis: es una crisis mundial, ¿eh? Los jóvenes no quieren casarse o no se casan y deciden convivir; el matrimonio y la familia están en crisis. El problema pastoral de la familia es muy, muy amplio, muy amplio". No podría estar más de acuer- do con el Santo Padre. La familia juega un papel central en el fl orecimiento de la sociedad, ya que es el lugar donde las perso- nas aprenden la virtud y reciben la formación que los hará buenos ciudadanos y buenos padres. Los síntomas de es- ta crisis varían desde intentos por redefi nir el signifi cado y el propósito de la fami- lia, hasta un crecimiento en el número de hogares de pa- dres solteros, así como en abuelos que deben criar a sus nietos, aunque los padres aún estén vivos. El desconcierto y el daño que golpean a nuestra sociedad son muy reales. He decidido respon- der a esta confusión escribiendo una carta pastoral sobre el tema, para explicar claramente el plan de Dios respecto a la familia y animar a las personas a experi- mentar la felicidad que viene de cumplir este plan. La carta será publicada en las siguientes semanas y lleva el título "Familia: Sé lo que eres". Estas palabras están extraídas de la exhortación apostólica de San Juan Pablo II el Grande, "Familiaris Consortio", sobre la misión cristiana de la familia en el mundo actual. En ese hermoso e importante documento, el Papa afi rma que "toda familia descubre y en- cuentra en sí misma la llamada imborrable" a seguir el plan de Dios, que consiste en ser "una comunidad de vida y amor". Luego de explicar la misión de la familia, San Juan Pablo lanza un desafío: "¡Familia, «sé» lo que «eres»!" Entraré en mayores detalles en mi carta, pero el llamado a ser una "comunidad de vida y amor" se origina en el hecho de que somos creados a imagen y semejanza de Dios. Y es en el amor entre las tres Personas de la Santísima Trinidad, que en- contramos la comunión original de vida y amor. Pero esto es muy lejano a la realidad que hoy experi- mentan las familias. La Iglesia debe responder a las heridas causadas por el quiebre de la familia, con misericordia y amor, siguiendo el ejemplo de Jesús en el encuentro con la mujer samaritana. Cuando Jesús conoció a la mujer samaritana en el Pozo de Jacob, primero le ofreció su misericordia al hablarle y pedirle agua, cosa que un judío no haría normalmente. Luego le invitó a pedir el "agua viva" que Él podía dar, y que podría obtenerle la vida eterna. Finalmente, Jesús evidenció la situación de pecado en que ella vivía, preguntándole por su marido. Ella replicó: "No tengo marido". "Tienes razón en decir «No tengo marido»; ya que has tenido cinco maridos, y el que ahora tienes no es tu marido", contestó Jesús. Tanto esta pre- sentación de la Verdad y la revelación de Jesús de que Él era el Mesías tocaron una fi bra en el corazón de la mujer, quien comenzó a dar testimonio de Él. Por este encuentro que tuvo con Jesús, la samaritana fue capaz de enfren- tar la verdad del pecado en su vida, que la hacía infeliz. La Iglesia debe responder a las numerosas situaciones de familias rotas, de la misma ma- nera. Debe buscar a los heridos, presentarles la posibilidad de sanación, y fi nalmente, llevarlos a la verdad y libertad que viene de responder al elevado llamado que Dios hace a la familia. Es muy importante que los católicos busquen formarse en lo que dice la Iglesia, a través de medios que entiendan la ense- ñanza eclesial. Muchas veces los medios de comunicación fallan al transmitir el mensaje íntegro de la hermosa ense- ñanza de la Iglesia, porque sólo tocan la superfi cie de los temas presentados. Rezo para que mi carta pasto- ral "Familia: Sé lo que eres" les ayude a crecer en la compren- sión y en el alcance del alto y hermoso llamado dirigido a las familias. Al vivir el plan de Dios para la familia, ustedes podrán, con su gracia, convertirse en esa comunidad de vida y amor que trae la luz a una sociedad que la necesita. POR EL EXMO. MONSEÑOR SAMUEL J. AQUILA El Pueblo C A T Ó L I C O Editora: Mayé Agama Directora General: Karna Swanson EL PUEBLO CATÓLICO, periódico en español de la Arquidiócesis de Denver, 1300 S. Steele St., Denver, CO 80210, Teléfono 303-715-3219, Fax 303-715-2045, E-mail: elpueblo@archden.org Líderes de Denver expresan preocupación por el alejamiento de la fe católica Por Abraham Morales A mediados del pasado mes de mayo, se publicaron los re- sultados de dos estudios sobre el ministerio hispano en los Es- tados Unidos. En el primero de ellos, realizado por el Pew Re- search Center, se presenta una disminución del porcentaje de católicos hispanos en el país. De acuerdo con ese estudio, el 55% de todos los hispanos se declara católico, comparado con el 67% en 2010, cuando se realizó una encuesta similar. Es decir, según esta informa- ción, en sólo 4 años se habría dado una disminución de 12% de católicos hispanos. El segundo estudio fue rea- lizado por la universidad je- suita Boston College, sobre la realidad de las parroquias con ministerio hispano. En pocas palabras, se trató de una radio- grafía de este ministerio, sus cualidades y retos, que con- cluye con una serie de obser- vaciones y recomendaciones para su aplicación práctica a todos niveles. Para Luis Soto, director del ministerio hispano de la Arqui- diócesis de Denver, los resulta- dos del primero lo sorprendie- ron por ser una baja dramáti- ca. Él aclara, sin embargo, que reportes posteriores eviden- ciaron que el estudio de 2010 fue mal estimado, y por ello la disminución en 2014 no fue tan drástica. Pero aun así, exis- te una baja y esta ha sido gra- dual por las últimas décadas. La primera reacción de Luis ante estudios como el del Pew es "que no se trata de un asunto sólo para los hispanos, sino pa- ra todas las esferas de la Iglesia". Cultura securalizada Al hablar sobre los posibles factores que contribuyeron a es- te alejamiento de la Iglesia, Luis se refi rió a aquellos que no sólo atañen a la comunidad hispa- na, sino a toda la sociedad que vive cada vez más en una cul- tura secularizada. "Sobre todo los jóvenes, porque no se están yendo a otras religiones, sino simplemente quedándose sin religión, y eso es peor", indicó Soto, también director execu- tivo de Centro San Juan Diego. El líder hispano profundizó que ante esta cultura americana se- cularizada, "el inmigrante, for- zado a asimilarse, va perdiendo raíces, tradiciones y su fe". Según Luis, el grupo más afectado son los jóvenes, hijos de inmigrantes; tanto los naci- dos aquí como los que llegaron muy pequeños. En estos hoga- res, dice, se da ese difícil dialo- go de identidad del joven, el ja- lón hacia lo secular, en el dejar o mantener la raíz de la fe. A la pregunta expresa sobre la importancia de la cantidad de católicos para la Iglesia, Luis respondió: "Los números son importantes, sin embargo contar con católicos compro- metidos que den testimonio verdadero, puede ser mucho más importante y trascenden- te que tener muchos que no viven su fe católica". Falta de formación Otro factor fundamental es la falta de formación en la fe. Mons. Jorge De los San- tos, director espiritual para la Evangelización Hispana, dijo a Denver Catholic Register que mucha gente emigra a los Es- tados Unidos con poca forma- ción sobre las enseñanzas de la Iglesia, pues para ellos ser católico era "más bien una tra- dición cultural". No sólo sentir El estudio del Pew Research Center indica que la mayoría de los católicos hispanos que Se necesitan católicos hispanos comprometidos FOTO DE LARA MONTOYA Es importante acompañar y formar bien a todos los hispanos, pero especialmente a los jóvenes, para que no pierdan su fe católica.

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