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EPC - Julio 2014

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EL PUEBLO CATÓLICO JULIO 2014 3 TU IGLESIA TE RESPONDE El Pueblo Católico (USPS 024-042 / ISSN 1936-1122) is published monthly by the Archdiocese of Denver, 1300 S. Steele St., Denver, CO 80210, and printed by Signature Offset in Denver. Periodical postage is paid in Denver, CO. Subscriptions: $ 12 a year in Colorado, $ 16 per year out of state. Postmaster, send address changes to: El Pueblo Católico, Circulation Dept., 1300 S. Steele St., Denver, CO 80210. de la CO 80210, La mayoría de católicos van a Misa los domingos; sin embargo, algunos van los sábados. Alma Ortega escribió a nuestra website pidiendo que aclaremos este punto. Su pregunta fue la siguiente: Si el día del Señor es el domingo ¿por qué otros lo celebran el sábado? Con la generosidad de siempre, Mons. Jorge De los Santos, Director Espiritual de Evangelización Hispana de la Arquidiócesis de Denver, responde. S í uno va a Misa el sábado por la tarde y participa en una Eucaristía con la liturgia y las lecturas de la Mi- sa dominical, no hay ningún problema. La validez de la Misa do- minical asistiendo la tarde anterior (sábado), así como de los días de precepto, está aprobada en el Código de Derecho Canónico, que es el conjunto de normas jurídicas que regulan la organización de la Iglesia Católica, así como los derechos y obligaciones de todos los fieles: "Cumple el precepto de participar en la Misa quien asiste a ella, don- dequiera que se celebre en un rito católico, tanto el día de la fiesta como el día anterior por la tarde" (1248 § 1). Esta costumbre es muy reciente, y está relacionada con los cambios producidos en la liturgia por el Concilio Vaticano II en cuya Constitu- ción sobre la Sagrada liturgia, Sacrosantum concilium, dice: "Revísese el año litúrgico de manera que, conservadas o restablecidas las costumbres e instituciones tradicionales de los tiempos sagrados de acuerdo a las circunstancias de nuestra época, se mantenga su índole primitiva para que ali- mente debidamente la piedad de los fieles en la celebración de los misterios de la redención cristiana, muy especialmente el del misterio pascual". Asimismo, en el Missale romanum esta escrito: "Para que la misa del día anterior sea válida como misa domini- cal o de fiesta de precepto, ha de celebrarse por la tarde (a partir de las 4:00pm) y conte- ner la liturgia y las lecturas de la misa dominical". Así pues, un típico caso de misa de sábado no válida como misa dominical, sería la celebración de una boda el sábado por la tarde. En lo que se refiere a la Misa dominical celebrando el Día del Señor, nos dice el Papa Francisco en su catequesis del 5 de febrero de 2014: "La celebración Eucarística es mucho más que un simple banquete. Es propiamente el memorial de la Pascua de Jesús, el misterio central de la salvación. "Memorial" no significa sólo un recuerdo, un simple recuerdo, sino que quiere decir que cada vez que celebramos este Sacramento participamos en el misterio de la pasión, muerte y resurrec- ción de Cristo". La Eucaristía constituye el vértice de la acción de salvación de Dios. El Señor Jesús, haciéndose pan parti- do para nosotros, vierte, en efecto, sobre nosotros toda su misericordia y su amor, tanto que renueva nuestro corazón, nuestra existencia y nuestro modo de relacionarnos con Él y con los hermanos. Es por esto que normalmen - te, cuando nos acercamos a este Sacramento, se dice que se "recibe la Comunión", que se "hace la Comunión": Esto significa que en la potencia del Espíritu Santo, la partici- pación en la mesa eucarística nos conforma en modo único y profundo a Cristo, hacién- donos pregustar ahora ya la plena comunión con el Padre, que caracterizará el banquete celeste, donde, con todos los Santos, tendremos la gloria de contemplar a Dios cara a cara. Queridos amigos, ¡no agra- deceremos nunca suficiente- mente al Señor por el don que nos ha hecho con la Eucaris- tía! Es un don muy grande. Y por esto es tan importante ir a misa dominical; ir a misa no sólo para rezar, sino también para recibir la comunión, este Pan que es el Cuerpo de Jesucristo y que nos salva, nos perdona, nos une al Padre. ¡Es hermoso hacer esto! Y todos los domingos vamos a misa porque es el día de la Resu- rrección del Señor, por eso el Domingo es tan importante para nosotros. Con la Eucaristía sentimos esta pertenencia a la Iglesia, al Pueblo de Dios, al Cuerpo de Dios, a Jesucristo. Y no termi- naremos nunca de captar todo el valor y la riqueza. Pidámosle, entonces, que este Sacramento pueda conti- nuar manteniendo viva en la Iglesia Su presencia y plasmar nuestras comunidades en la caridad y en la comunión, según el corazón del Padre. ¿Vale la misa del sábado por la tarde para el domingo? PARTE III: CÓMO VIVIR LA MISIÓN DE LA FAMILIA Mensajeros del Evangelio del matrimonio Al anunciar un Sínodo espe- cial sobre la familia a celebrarse en octubre de 2014 junto al Sí- nodo ordinario de Obispos de 2015, el Papa Francisco recono- ce esta conexión entre la familia y la evangelización de la socie- dad, y pide a la Iglesia que en- foque sus energías en renovar la familia. Tres principales preocupa- ciones que el Sínodo debe tocar incluyen: la crianza de los hijos en hogares desintegrados don- de solo uno de los padres está presente; proveer una atención pastoral efectiva para las pare- jas divorciadas que se "vuelven a casar"; y la mejora de la pre- paración matrimonial para que sea tanto un despertar espiri- tual para las parejas, como una educación en la verdad, la bon- dad y la belleza del amor mari- tal, enraizado en la teología del cuerpo. Debemos ayudar a las parejas a que vivan el Evange- lio en plenitud en una cultura devastada, escéptica y hostil. Con el fin de ayudarles a vivir el llamado de hacer de Jesucris- to y la Iglesia los cimientos de sus familias, les quiero proveer algunas maneras prácticas que les apoyen en formar a sus fa- milias donde Cristo y su Iglesia sean los pilares. La primera se trata del en- cuentro personal con Jesucris- to, quien nos lleva al encuentro con el Padre y el Espíritu San- to. Esto lo logramos a través de la oración personal y especial- mente a través de la lectura de- vota de los cuatro Evangelios. La siguiente forma es vivir la vida sacramental de la Iglesia, especialmente en los sacra- mentos de la Eucaristía y la Reconciliación. El tercer paso es orar juntos como familia. Como dice el adagio, "las familias que oran unidas, permanecen unidas". Ello comienza con los esposos orando juntos, y luego orando con sus hijos. La cuarta manera es aprender más sobre nuestra fe. Finalmente, es importante que demos testimonio de la buena noticia que representa nuestra vida de familia en el ámbito público. La familia de hoy se encuen- tra ante muchos obstáculos y amenazas, por ello entiendo que no es posible que cada situación difícil de familia sea precisamente resuelta. Pero también sé que con la gracia de Dios, cada persona y situa- ción pueden reflejar más de cerca el íntimo intercambio de amor, para el cual todos fuimos creados. Por la fe y por experiencia personal sé que los corazones pueden ser trans- formados y sanados a través de un encuentro con Jesucristo. Solo Él puede otorgar esa paz y alegría en la familia que nadie puede quitar. Con Su gracia y misericordia, todas las familias pueden responder al desafío planteado por San Juan Pablo el Grande: "Familia: sé lo que eres… una comunidad de vida y amor", que encontrará su úl- tima realización en el cielo. ¡Que el Señor los bendiga a cada uno de ustedes, y que ben- diga a todas las familias con es- pecial abundancia de Su gracia en este tiempo de renovación para la familia! Sinceramente suyo en Cristo, Mons. Samuel J. Aquila, S.T.L. Arzobispo de Denver 29 de junio de 2014 Solemnidad de San Pedro y San Pablo FOTO PROVISTA El Arzobispo invita a todas las familias a poner sus cimientos en el encuentro personal con Cristo: "Esto lo logramos a través de la oración...", señala en su carta.

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