E L P U E B L O C A T Ó L I C O | 21
VÍCTIMAS O CÓMPLICES
El pecado original apunta a la falta de la
relación con Dios como el centro de lo que
está mal con el mundo. Es un problema que
todos enfrentamos, aunque queremos acusar
a otros. De hecho, el no reconocer nuestro
propio estado quebrantado y nuestro pecado
ha sido un problema desde el principio.
Cuando Dios le pregunta a Adán por qué
comió del fruto, Adán acusa a Eva, la compa-
ñera que Dios le había dado (acusando a Dios
de manera implícita). Cuando Dios se dirigió
a Eva, ella culpó a la serpiente por haberla
engañado. Hay verdad en el hecho de que no
pecamos aislados de otros. El problema viene
del querer culpar los problemas del mundo
en los demás, mientras actuamos como si
nosotros fuéramos simples víctimas de fuer-
zas fuera de nuestro control.
Aun si reconociéramos que el origen del
mal surge de nuestro corazón, todavía tene-
mos que enfrentarnos con la otra pregunta
de por qué el mal existe en el mundo. Como
Adán, muchas veces culpamos a Dios por
permitir el sufrimiento en nuestra vida. Si
estamos enfermos, perdemos el trabajo o un
ser querido muere, inmediatamente le recla-
mamos a Dios cómo pudo haber permitido
semejante cosa.
El pecado original
explica porqué
todos tenemos
dificultad para
alcanzar la
felicidad y estar
en paz con los
demás".
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