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INMIGRACIÓN Y RACISMO El miedo a la deportación continúa siendo un gran desafío para muchas familias. Esto puede influir en un aisla- miento familiar y la capacidad de invo- lucrarse con otras culturas. El miedo a la deportación también tiene un impacto en la toma de decisiones relacionadas con la escuela, el lugar de residencia, el apoyo en los servicios médicos, las oportunidades de empleo e incluso su pérdida de fe. Asimismo, las familias hispanas también tienen que enfrentarse diariamente a la creciente hostilidad en contra de ellos. Frecuentemente escuchamos sobre experiencias personales de racismo y la discriminación que sufren los hispanos en EE. UU. Falta de comunicación Una comunicación fluida y positiva es una de las claves para mantener a nuestra familia unida, algo que puede convertirse en un desafío para muchos. Existen varias razones que pueden provocar la falta de comunicación. TECNOLOGÍA Actualmente la tecnología trae consigo muchos beneficios, pero también puede generar dificultades en las relaciones familiares. A pesar de que tenemos todos los aparatos posibles para conectarnos, ahora muchos se sienten más alejados de sus seres queridos. De igual manera, la tecnología influye en la manera que las nuevas generaciones ven la sexualidad. Es muy común que jóvenes y adultos utilicen este medio para obtener información respecto a la sexualidad. Sin embargo, al hacerlo, se pueden encontrar con diferen- tes tipos de información, incluyendo datos no concre- tos que provocan confusión. Peor aún, se pueden ver envueltos en un problema de adicción a la pornografía, que comúnmente causa conflictos conyugales o afecta el rendimiento de los hijos en muchas áreas. TIEMPO No es raro que muchos hispanos tengan que mante- ner dos empleos para poder sostener económicamente a la familia dentro y fuera de Estados Unidos, o que ambos padres tengan que salir a trabajar. Asimismo, muchos padres también encuentran una forma de "escape" de las responsabilidades familiares en el tra- bajo y deciden no pasar mucho tiempo en casa. Para otros, la prioridad no es la familia, sino los bienes materiales, lo que los lleva a descuidar a su familia. Esto provoca no solo la falta de supervisión, si no de participación en la vida escolar y personal de nuestros hijos. Es así como los jóvenes comienzan a pasar dema- siado tiempo en la calle con el riesgo de meterse en problemas como pandillas, drogas y crímenes. E L P U E B L O C A T Ó L I C O | 13