Issue link: https://elpueblocatolico.uberflip.com/i/985415
14 MAYO-JUNIO 2018 | DENVER CATHOLIC EN ESPAÑOL Opinión María, Madre de la Iglesia. Una nueva celebración E ste 21 de mayo la Iglesia celebrará una nueva fi esta mariana: María madre de la Iglesia, la cual se festejará siempre el lunes después de la solemnidad de Pentecos- tés. ¿Cuál es el origen de esta fi esta? ¿Qué sentido tiene esta celebración? No se puede entender a María sin la Iglesia, ni a la Iglesia sin María. Ellas existen en una relación muy íntima y mutua. Pero, ¿qué pasa cuando las separamos? Pasa que a María se le puede elevar en exceso, puede perder humanidad y aparecer casi como la cuarta persona de la tri- nidad. La Iglesia, en cambio, puede quedar reducida, perdiendo así su fun- dación divina y apareciendo como una institución dirigida solo por hombres. Esto dista mucho de una visión del cristianismo primitivo, donde María y la Iglesia se veían juntas como una sola realidad: la Nueva Eva. Jesucristo es el Nuevo Adán y el ver- dadero padre espiritual de la huma- nidad quien de manera oportuna eligió ser el ayudante de la Nueva Eva y de la verdadera madre espiritual de la humanidad. Esta Nueva Eva tiene dos formas: la personal, de María y la colectiva, de la Iglesia. Pero María la precede, cuando la Iglesia se encon- traba en forma de semilla, antes de Pentecostés. Ella recibió una gracia singular por su Inmaculada Con- cepción con el fi n de tomar un único papel como Madre de Dios. Ella está al pie de la cruz, como la Iglesia pero también más que la Iglesia. Ella parti- cipa de manera personal en la reden- ción de su hijo y en la fundación de la Iglesia. En Pentecostés, la mediación maternal de María se convierte en el corazón de la Iglesia, impregnando con un personaje mariano que abarca todo. María es la madre de la Iglesia y en ella la Iglesia es madre. Por ello podemos maravillosamente decir que, a través de la maternidad divina de María, la Iglesia da a luz a Cristo, sacramentalmente en la Eucaristía y espiritualmente en las almas. El hombre moderno ha perdido esta hermosa visión de María y la Iglesia hasta el Concilio Vaticano II (1962 – 1965). Allí se restauró la anti- gua relación, pero luego de ello vino un trágico cambio. Luego del Con- cilio, María fue disuelta dentro de la Iglesia y la mariología entró en una especie de invierno post conciliar. El sentimiento católico moderno hacia María cambió: ahora nos "libramos" de la vergüenza de nuestra extraña fi jación medieval. Ahora ella fi nal- mente fue "uno de nosotros" - se puede identifi car, es auténtica, verda- deramente en la Iglesia. Pero el Papa Pablo VI, con una intuición profética, vio a través de su ilusión teológica y contrarrestó esta visión al declarar que "la San- tísima Virgen María es la Madre de la Iglesia". Si María es la madre de Cristo y la Iglesia es el cuerpo de Cristo, entonces María es la madre de la Iglesia. Él supo, como lo hicieron sus sucesores, que la defensa de la dignidad de María está íntimamente ligada a la preservación de la integri- dad de la fe. Así el Papa Francisco declaró un nuevo memorial litúrgico. Con esto la Iglesia no solo está alentando la piedad mariana, sino que nos invita a ver más profundamente el carác- ter mariano de la maternidad de la Iglesia. "El cumpleaños de la cabeza es el cumpleaños del cuerpo", dijo hace 15 siglos el Papa San León Magno. Y el nacimiento siempre requiere de una madre. Haremos bien en abandonar el minimalismo mariano, y pasar a la novedad de esta fi esta, celebrando con alegría y amor fi lial a María, Madre de la Iglesia. Traducido y adaptado al español por Carmen Elena Villa PADRE JOHN NEPIL Sacerdote de la Arquidiócesis de Denver. Productor del podcast. Catholic Stuƒ You Should Know . (Cosas católicas que debes saber). CARICATIRA DE: DIBUJOS PARA LA CATEQUESIS ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO DEL CARDENAL VERDIER. Oh Espíritu Santo amor del Padre y del Hijo, para la gloria y satisfacción de Dios, el bien de las almas y la de mi propia santifi cación. Espíritu Santo, dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facultad para aprender, sutileza para saber interpretar, gracia y efi cacia para poder hablar. Dame acierto al empezar, dirección al progresar, y perfección al acabar. Amén. Inspírarme siempre, lo que debo pensar, lo que debo decir, cómo lo debo decir, lo que debo callar, cómo debo actuar, lo que debo hacer,