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11 DENVER CATHOLIC EN ESPAÑOL | OCTUBRE-NOVIEMBRE 2017 Testimonio ¿Religiosa yo? POR CARMEN ELENA VILLA E stas tres jóvenes hispanas de la Arquidiócesis de Denver, se sintieron llamadas por Dios a la vida religiosa y quisieron, con generosidad, responder. Recientemente han iniciado esta aventura. Hoy nos comparten su testimonio. "ME SIENTO EN PAZ" Doris García, de 31 años, cuenta que siem- pre quería hacer algo para ayudar a los jóve- nes. En un momento pensó que su llamado consistía en promover la superación personal, pero de manera inde- pendiente de la fe. Doris dice que cuando tenía 25 años recibió el llamado a conocer más a Cristo en la vida religiosa, pero "lo dejé pasar". En la celebración pascual de 2015, en su parroquia Saint Clare of Assisi en Edwards, sintió que el llamado persistía, luego fue a un retiro de dis- cernimiento. Después Doris fue admitida como aspirante en la comu- nidad Misioneras de la Caridad de María Inma- culada. Actualmente, además de los cursos que recibe para conocer más la comunidad, ella enseña Catecismo en la parroquia Our Lady of Guadalupe en Denver, a los jóvenes que se prepa- ran para recibir la Con- firmación. "Me siento muy tranquila, contenta y en paz. He crecido espiritualmente. Me doy cuenta de que a veces uno tiene miedo de seguir la vida religiosa y aunque no es un camino fácil, somos nosotros quienes ponemos las trabas", concluye. Para saber más de esta comunidad vaya a http:// www.familiadelacruz. org/congregacion.php "DIOS ME LLAMÓ EN MEDIO DEL DOLOR" Aunque Angie Pérez, de 37 años, recién cursa su tiempo de aspirante, recuerda que la primera vez que tuvo la inquietud por la vida religiosa fue entre los 13 y 15 años. En ese entonces, ella prefirió buscar otros sucedáneos. Para ella su experien- cia fue como la de los discípulos de Emaús pues "Jesús caminaba conmigo, pero yo no fui capaz de reconocerlo". Angie acudió así al movi- miento Prevención y Rescate, cuya finalidad es ayudar a prevenir que las personas caigan en el vicio y también a rescatar a quienes ya han sido presa de estos males. En medio de este proceso, Dios le permitió una prueba difícil: La muerte de su padre. "Dios me estaba mostrando que con Él, aunque el dolor sea más fuerte, la carga se hace más ligera". Luego acudió a un retiro vocacional en el que sintió el llamado a la vida religiosa. "¿Verda- deramente quieres que te entregue estas mise- rias?" fue la pregunta que Angie le hizo a Dios. "Y Él me respondió que si". Ahora Angie está como aspirante también de las Misioneras de la Caridad de María Inma- culada. Ella pasó así de ser discípula a apóstol y ahora dirige un grupo de Prevención y Rescate en la parroquia Ascension de Denver. "DIOS NO ME PRIVA DE NADA" Zayra Bucio, de 26 años, nunca en su vida había visto a una reli- giosa. Cuando tenía 20 años asistió a un retiro de la Renovación Caris- mática, movimiento en el que llevaba ya tres años. "Tenía mis ojos cerrados y vi una imagen: Estaba caminando por un pasillo vistiendo un hábito y llevando un libro en la mano. Mi cara reflejaba una felicidad enorme", reconoce. Luego leyó un libro sobre la Madre Teresa y al finalizarlo dijo: "Esta es la verdad" y sintió que Dios le preguntó '¿Quieres ser parte de esta verdad?'. Me sentí congelada, pensé por un momento y solo respondí 'si quiero'", dijo Zayra. En el año 2013 asistió al retiro anual Steuben- ville of the Rockies de Denver. Allí vio por pri- mera vez a unas religio- sas, de la comunidad Dis- ciples of Our Lord Jesus Christ con un carisma franciscano y carismá- tico. Años más tarde fue a visitarlas en Texas. Ella solicitó ingresar allí. Finalmente fue admi- tida como aspirante y se mudó a Amarillo, Texas a principios de septiem- bre. "La vida religiosa no me quita ni me priva de nada, al contrario, me lo da todo y en plenitud", comparte Zayra. Para conocer más sobre esta comunidad visite www.dljc.org