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EL PUEBLO CATÓLICO SEPTIEMBRE 2016 9 Por Aaron Lambert "Era diminuta en estatura, pero una gigante en su firmeza y en su visión de la vida", recuerda el car- denal J. Francis Stafford. Y es que la Madre Teresa medía apenas un metro y medio, pero su enorme fe estaba muy por encima de aque- llos con los que se encontraba. El cardenal Stafford sirvió como Arzobispo de Denver durante la visita histórica de la Madre Tere- sa a esta ciudad, en 1989, cuando anunció que las Misioneras de la Caridad bendecirían esta arqui- diócesis con su presencia. Luego de la histórica presen- tación de la Madre Teresa en el McNichols Arena, el cardenal Sta- fford y muchos otros almorzaron juntos antes de ir a visitar posibles conventos para la entonces futura comunidad de las Misioneras de la Caridad. "Al terminar el almuerzo -rela- ta el Cardenal- nos movimos de la mesa y pasamos frente a un crucifijo, la Madre Teresa estaba delante mío y se detuvo a mirar la cruz que tenía el cuerpo de Cristo, lo observó por varios minutos en silencio. Esperamos con ella y res - petamos su deseo de contemplar la cruz de Cristo, y de pronto dijo en latín: 'sitio'— 'tengo sed'. Y se fue". Ese tipo de mujer era la Madre Teresa. Era una con Cristo en su propia sed de santidad; una sed que llevará a esta amada mu- jer a los altares el próximo 4 de septiembre. Fuego en la oscuridad Es su autobiografía, la Madre Teresa habló de oscuridad. Esta- ba consumida por una gran os- curidad que permeaba su mente y su corazón. "No puedo explicar la tortura y el dolor que siento", escribió la futura santa. Habiendo pasado su vida entera sirviendo a los pobres, a los enfermos y a los moribundos en Calcuta, no es difícil para uno imaginar el sufri - miento que la Madre Teresa tuvo que haber sentido. "De alguna manera, pienso que 'sitio' es una explicación de esa oscuridad- señaló el cardenal Sta- fford. No solo era la sed de Cristo, sino esa íntima unión con la sed de Cristo en medio de su sufri- miento en el Calvario. Ella llegó a ser una con ese abandono del que Cristo habló". A pesar de esa oscuridad en la que vivió, la Madre Teresa fue un intenso rayo de luz en un mundo que lo necesitaba tan desespera- damente. Era su santa sencillez la que la distinguió y separó del res- to, su valentía pura lo que le per- mitió hacer lo que hizo, y su total dependencia de Dios lo que le dio la fortaleza para hacerlo. "Ella era absolutamente depen- diente de Dios, incluso en medio de esta terrible oscuridad que pu- do haber sido enervante para ella y sin embargo, en vez de eso fue energizante", señaló el cardenal Stafford. Santa Teresa de Calcuta "Si alguna vez llego a ser santa, seguramente seré la de la 'oscuri- dad'. Estaré continuamente au- sente del Cielo, para encender la luz de aquellos que en la tierra es- tán en la oscuridad", dijo la Madre Teresa allá en 1962, sin imaginarse que ese día llegaría para alegría de la Iglesia universal. Ella será ejemplo no solo de quien experi- mentó como muchos otros san- tos, la ausencia de Dios en su vida, sino que además encontró alegría en medio de ella. "Para los hombres y mujeres contemporáneos que sienten la ausencia de Dios en sus vidas, es muy importante reflexionar sobre la inmensa valentía y el proceso de desarrollo del significado de fe en la vida del ser humano co - mo fue descrito por la Madre Te- resa", señaló el cardenal Stafford, agregando que "la Madre Teresa nos ha dicho que la ausencia de Dios es en realidad la presencia de Dios para nosotros. La ausen- cia de Dios indica su presencia, y la Madre Teresa comprendió eso con creces". "Nuestra Madre Iglesia nos ha dado a Teresa de Calcuta ahora. Una mujer que vivió en la oscuri- dad, pero vivió en esa oscuridad con la luz de la fe -ese oscuro rayo de luz que de pronto ilumina la oscuridad con una sabiduría y un conocimiento que solo aquellos que tienen fe entienden y ven. Ella es un modelo para nosotros, no simplemente por la oscuridad, si- no por la alegría", dijo finalmente el purpurado. La comunión de los santos le da una calurosa bienvenida a la Madre Teresa de Calcuta. ¡Santa Teresa, ruega por nosotros! Mujer pequeña de espíritu grande La Madre Te- resa durante su visita a Denver en 1989 cuando anunció la apertura de su comuni- dad en esta arquidiócesis. ¡Felicidades Monseñor Jorge de los Santos por sus 25 años de sacerdocio sirviendo a la comunidad católica del norte de Colorado! ue Dios le bendiga y le continúe fortaleciendo en su fe. ue nuestra Virgen de Guadalupe le siga inspirando en su amor. Con cariño de parte de sus amigos en la ocina del Ministerio Hispano y el Centro San Juan Diego. j j j j c c To Monsignor Jorge de los Santos on the 25th Anniversary of your Ordination With great appreciation and love from Holy Rosary Parish 1991 - 2016 Para Monseñor Jorge de los Santos por sus 25 años de ordenación sacerdotal! Con mucho aprecio y amor de la parroquia Holy Rosary Madre Teresa, canonizada el 4 de septiembre FOTO DE JAMES BACA La Madre Teresa experimentó una íntima unión con la sed de Cristo. FOTO DE JAMES BACA