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EL PUEBLO CATÓLICO NOVIEMBRE 2014 2 Los medios no mostraron la alegría del Sínodo E n estos días, desde que concluyó el Sínodo de la familia, muchas personas me han expresado que están confundidas o preocupadas por los resultados de esta reunión. Muchos de ellos han escuchado reportajes de la prensa secular abogando para que la Iglesia cambie sus enseñanzas sobre el matrimonio y la sexualidad humana, pero no han leído los documentos del evento. Más allá de lo que diga la prensa, el Sínodo tuvo testimo- nios hermosos de parejas y de obispos provenientes de diferen- tes partes del mundo, quienes han experimentado la verdad de las enseñanzas de la Iglesia sobre el matrimonio. Pero dado que estas historias no encajan en la narrativa de los medios, no llegaron ni a los periódicos ni a los noticieros. ¡La alegría del Evangelio sobre el Matrimonio está viva! Esto lo enfatizó de manera especial el Papa Francisco en las conclusiones del Sínodo. Según el Papa, durante el Sínodo los testimonios propor- cionaron momentos "de consola- ción, de gracia y de consuelo". Las parejas que hablaron compartieron "la belleza y la alegría de su vida matrimonial", y dieron tes- timonio de un camino "donde el más fuerte se ha sentido en el deber de ayudar al menos fuerte, donde el más experto se ha pres- tado a servir a los otros, también a través del debate". Los medios de comunicación no mencionaron los fuertes testimonios sobre el matrimonio y la alegría que viene de aquellos que viven las enseñanzas de la Iglesia. Aun así, el tono y el contenido de muchas de las discusiones durante el sínodo han preocu- pado a algunas personas. El gran escritor y pensador católico G.K. Chesterton escribió en su libro "El hombre eterno": "La cristiandad ha tenido una serie de revoluciones y en cada una de ella el cristianismo ha muerto. El cristianismo ha muerto muchas veces y ha resu- citado de nuevo; porque tenía un Dios que conocía la manera de salir de la tumba". Jesús conoció el camino de salida y le aseguró a Pedro que "las puertas del abismo no pre- valecerán sobre ella (la Iglesia)" (Mt. 16, 18). Vivimos en tiempos particularmente desafi antes, con un secularismo rampante, pero por ello mismo, es un tiempo perfecto para confi ar en la guía del Espíritu Santo y en las promesas que Cristo le hizo a Pedro. Es el tiempo perfecto para hablar con alegría sobre la verdad del Evangelio e invitar a la gente a encontrar a Jesucristo. El Papa Francisco también hizo referencia a este tema en su discurso de apertura en el Sínodo. Dirigiéndose a los padres sinodales dijo: "Les pido hablar con parresía y escuchar con humildad"; y pidió hacerlo con "tranquilidad y paz interior también, porque el sínodo se desarrolla cum Petro et sub Petro (con Pedro y bajo Pedro), y la presencia del Papa es garantía para todos y custodia de la fe". Durante la clausura del evento el Papa declaró: "He sentido que ha sido puesto delante de nues- tros ojos el bien de la Iglesia, de las familias y la "suprema lex" (ley suprema): la "salus anima- rum" (salud de las almas). Y esto siempre (fue la meta) -lo he- mos dicho aquí, en el aula- sin poner jamás en discusión la verdad fundamental del Sacramento del Ma- trimonio: la indisolubili- dad, la unidad, la fi delidad y la procreatividad, o sea la apertu- ra a la vida". En el mismo discurso fi nal, el Papa Francisco también abordó la forma en que se desarrolla- ron los debates. El Sínodo, dijo, estuvo marcado por momentos de "profunda consolación" y momentos de "desolación, ten- sión y tentaciones". Para los "tradicionalistas" e intelectuales, el Santo Padre dijo que una tentación fue "cerrarse dentro de lo escrito", mientras que los "progresistas y liberales" arriesgaron caer en una "mise- ricordia engañosa" que "venda las heridas sin antes curarlas y medicarlas". El Papa también afi rmó que los padres sinoda- les enfrentaron la tentación de "descuidar el «depositum fi dei (depósito de la fe), considerán- dose no custodios sino propieta- rios y dueños". Estos son problemas reales que deben ser abordados, pero me parece que existe una tenta- ción mayor para los fi eles: dudar del Espíritu Santo y de la prome- sa que Cristo le hizo a San Pedro. El Papa Francisco tampoco pasó por alto esto, y citó la tendencia de los comentaristas y otras personas que dudan del Espíritu Santo, quien es el "verdadero POR EL EXMO. MONSEÑOR SAMUEL J. AQUILA El Pueblo C A T Ó L I C O Editora: Mayé Agama Directora General: Karna Swanson EL PUEBLO CATÓLICO, periódico en español de la Arquidiócesis de Denver, 1300 S. Steele St., Denver, CO 80210, Teléfono 303-715-3219, Fax 303-715-2045, E-mail: elpueblo@archden.org Por Carmen Elena Villa Muchos medios de comu- nicación se han referido al Sínodo Extraordinario de la Familia, que se realizó el mes pasado en el Vaticano, como una reunión en la que el Papa Francisco cambiaría, solo en dos semanas, la doctrina que la Iglesia ha enseñado durante más de dos mil años, sobre la familia; doctrina que se basa, entre otras cosas, en las pa- labras de Jesús "Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre" (Mt. 19, 6), o en lo que dice el Génesis "Hombre y mujer los creó" (Gn. 1, 27). En la Misa de apertura del Sí- nodo, el Santo Padre dijo: "Las asambleas sinodales no sirven para discutir ideas brillantes y originales, o para ver quién es más inteligente... Sirven para cultivar y guardar mejor la vi- ña del Señor, para cooperar en su sueño, su proyecto de amor por su pueblo". Si bien durante el encuen- tro hubo algunas discusiones, como en cualquier grupo hu- mano, el Sínodo ha ido mucho más allá de un confl icto entre dos polos sobre cuestiones doctrinales. Obispos de todo el mundo, junto a algunos matrimonios invitados por el Papa Francis- co, así como algunos auditores de otras religiones, se han reu- nido para refl exionar sobre la familia y el matrimonio, que, como ha dicho el Santo Padre, "nunca antes han sido tan ata- cados como ahora". Entre los ataques o desafíos que enfren- ta la familia, el Papa señaló el individualismo, el egoísmo, el relativismo, la sensualidad y el temor a los compromisos duraderos. Con el fi n de dejar en claro las importantes refl exiones que tuvieron lugar durante el Sínodo, y evitar mayores con- fusiones, recogemos aquí cua- tro temas fundamentales que fueron confi rmados durante el Sínodo y que quedaron esta- blecidos en el documento fi nal del evento: 1. El matrimonio es indisoluble: El evangelio de San Mateo dice que los fariseos le pre- guntaron a Jesús si era posible repudiar a la mujer como está inscrito en la ley de Moisés, a lo que Jesús respondió: "Moisés, teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón, os permi- tió repudiar a vuestras muje- res; pero al principio no fue así. Ahora bien, os digo que quien repudie a su mujer -no por for- nicación- y se case con otra, comete adulterio". Por eso, la promesa del matrimonio es pa- ra siempre. Muchos dicen que los tiempos han cambiado y que cada vez es más difícil que una pareja mantenga la estabi- lidad de su matrimonio. La fra- gilidad del hombre a la hora de ser fi el a sus promesas, no se da porque hoy sea menos perse- verante, sino porque el mundo nos invita a evadir el sufrimien- to y a dejar cualquier compro- miso ante la primera difi cultad, incluyendo el matrimonio. Pe- ro Dios llama al hombre a al- go mucho más grande, y así lo expresó el documento fi nal del Sínodo: "Bajo esta luz, el amor conyugal, único e indisoluble, persiste a pesar de las múlti- ples difi cultades del límite hu- mano, y es uno de los milagros más bellos, aunque también es el más común". 2. Urge una mejor preparación para el matrimonio: La mayoría de las parejas se casan ignorando los compro- misos que se adquieren con el matrimonio y los elementos que le dan validez. La prepara- ción en las parroquias suele ser defi ciente y tal como dijo Fran- cisco, una o dos conferencias ¿Y después del Sínodo qué? FOTO DE FRANCO ORIGLIA / GETTY IMAGES NEWS El Papa Francisco convocó un total de 253 participantes al Sínodo de la Familia. Las discusiones buscaron responder a los desafíos del matrimonio y la familia. "El matrimonio y la familia nunca han sido tan atacados como ahora", dice el Papa Francisco Continúa en la Página 11

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