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EPC - Julio 2013

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EL PUEBLO CATÓLICO JULIO 2013 13 El Sacerdote tiene la tarea de santificar H oy quiero reflexionar brevemente en la tarea que tenemos los sacerdote de santificar a los hombres, sobre todo mediante los sacramentos y el culto de la Iglesia. Aquí, ante todo, debemos preguntarnos: ¿Qué significa la palabra santo? La respuesta es: santo es la cuali - dad específica del ser de Dios, es decir, absoluta verdad, bondad, amor, belleza: luz pura. Santi- ficar a una persona significa, por tanto, ponerla en contacto con Dios, con su ser luz, verdad, amor puro. Es obvio que esta relación transforma a la persona. Tengo la convicción de que sin un mínimo contacto con Dios, el hombre no puede vivir. Verdad, bondad, amor son condiciones fundamentales de su ser. La cuestión es: ¿Cómo puede el hombre encontrar ese contacto con Dios, que es fundamental, sin ser arrollado por la grandeza del ser divino? La fe de la Iglesia nos dice que Dios mismo crea este contacto, que nos transforma poco a poco en verdaderas imáge - nes de Dios. Así llegamos de nuevo a la tarea del sacerdote de santificar. Ningún hombre por sí mismo, partiendo de sus propias fuerzas, puede poner a otro en contacto con Dios. El don, la tarea de crear este contacto, es parte esencial de la gracia del sacerdocio. Esto se realiza en el anuncio de la Palabra de Dios, en la que su luz nos sale al encuentro. Se realiza de un modo particular en los sacramentos. La inmersión en el Misterio pascual de la muerte y resurrección de Cristo acontece en el Bautismo, se refuerza en la Confirmación y en la Reconciliación, se alimenta en la Eucaristía. Por lo tanto, es Cristo mismo quien nos hace santos, es decir, nos atrae a la esfera de Dios. Pero como acto de su infinita misericordia llama a algunos a "estar" con Él y a con - vertirse, mediante el sacramento del Orden, pese a su pobreza humana, en partícipes de su mismo sacerdocio, ministros de esta santificación, "puentes" del encuentro con Él, de su media - ción entre Dios y los hombres, y entre los hombres y Dios. Por consiguiente, ¿quién salva al mundo y al hombre? La única respuesta que podemos dar es: Jesús el Señor y Cristo, crucificado y resucitado. Y ¿dónde se actualiza el Misterio de la muerte y resurrección de Cristo, que trae la salvación? En la acción de Cristo mediante la Iglesia, en particular en el sacra - mento de la Eucaristía, que hace presente la ofrenda sacrificial redentora del Hijo de Dios; en el sacramento de la Reconci- liación, en el que de la muerte del pecado se vuelve a la vida nueva; y en cualquier otro acto sacramental de santificación. Es importante, por tanto, promover una catequesis adecuada para ayudar a los fieles a comprender el valor de los sacramentos, pero asimismo es necesario que los sacerdotes, siguiendo el ejemplo del santo cura de Ars, seamos generosos, disponibles y atentos para comunicar a los hermanos los tesoros de gracia que Dios ha puesto en nuestras manos, y de los cuales no somos "dueños", si- no custodios y administradores. Esto es fundamental, sobre todo en nuestro tiempo, en el que por un lado, parece que la fe se va debilitando y, por otro, emergen una profunda nece- sidad y búsqueda generalizada de espiritualidad; es preciso que todos los sacerdotes recorde- mos que en nuestra misión, el anuncio misionero y el culto y los sacramentos, nunca van separados. Promovamos una sana pastoral para formar al pueblo de Dios y ayu- darlo a vivir en plenitud los sacramentos como dones gratuitos de Dios, actos libres y eficaces de su acción de salvación. Recordemos que sacramento significa, en primer lugar, que no somos los hombres los que hacemos algo, sino que es Dios el que se anticipa y viene a nues- tro encuentro con su actuar, nos mira y nos conduce hacia Él. Sacerdotes, vivamos con ale- gría y amor la liturgia y el culto: es acción que Cristo resucitado rea- liza con la potencia del Espíritu Santo en nosotros, con nosotros y por nosotros. Sacerdotes, hay que volver al confesionario, como lugar en el cual celebrar el sacramento de la Reconciliación, para que el fiel pueda encontrar misericordia, consejo y consuelo, sentirse amado y comprendido por Dios y experimentar la pre- sencia de la Misericordia divina, junto a la presencia real en la Eucaristía. Sacerdotes celebre- mos y vivamos con intensidad la Eucaristía, que está en el centro de la tarea de santificar; es Jesús que quiere estar con nosotros, vi- vir en nosotros, darse a sí mismo, mostrarnos la infinita misericor- dia y ternura de Dios; es el único Sacrificio de amor de Cristo que se hace presente, se realiza entre nosotros y llega hasta el trono de la Gracia, a la presencia de Dios, abraza a la humanidad y nos une a Él. Y el sacerdote está llamado a ser ministro de este gran Miste- rio, en el sacramento y en la vida. ESPIRITUALIDAD POR MONS. JORGE DE LOS SANTOS empezar sacerdotal, pues entrega de gente ma- testimonios Dios muy aportar familias dirías a los llamados a que Jesús es el diá- con aque- para estar amor, pero Él sobre hay nada triste co- Cuando dispues- para dar el cuando llama impor- ello está Hay que un Dios recompen- Corazones Preocupada por el bienes- tar del ser humano, Catholic Charities (Caridades Católicas) incluirá dentro de su servicio, dos iniciativas de larga trayec- toria en Denver: Recursos pa- ra Defender la Vida y Proyecto Gabriel. La primera "existe para de- fender y proteger toda vida hu- mana, ya sea la de un embrión concebido en el vientre de la madre como la de un anciano enfermo en un hospicio". Así lo dijo su Directora Ejecutiva, Lynn Grandon. Por su parte, Mimi Eckstain, Directora del Proyecto Gabriel que ayuda a mujeres embaraza- das en crisis, dijo que "estamos felices por la oportunidad de llegar a más personas". A partir de julio, ambas ofi - cinas se encuentran en las instalaciones de Caridades Ca- tólicas, en 4045 Pecos St., Den- ver, con el fin de contribuir a construir una cultura de la vi- da, tal como lo ha pedido el Ar- zobispo de Denver, Monseñor Samuel Aquila. Informes al 303-742-0828 ó 303-377-1577. Caridades Católicas por la vida Por Mayé Agama 4 destacados líderes del Mi- nisterio Hispano en Denver, via- jaron en junio a St. Paul, Minne- sota, para asistir a un Seminario de la reconocida Universidad St. Thomas, con el fin de capacitar- se y potenciar el servicio ofrecido a la comunidad en el Norte de Colorado. Representando a Centro San Juan Diego fueron su Director, Luis Soto, la Coordinadora de Educación para Adultos, Alejan- dra Bravo y el Director Asistente de Bienestar Servicios Familia- res, Juan Carlos Reyes. Y de la Parroquia St. Therese, en Aurora, fue Max López como Director del Ministerio de Jóvenes. Los temas que recibieron jun- to a otros 30 participantes fueron la Enseñanza Social de la Iglesia, el Desarrollo integral del Ser hu- mano, así como el Liderazgo y el Discipulado católicos. "Para ser un buen líder tiene que haber una conversión men- tal, no sólo moral", dijo Alejandra Bravo. "¡Que sea posible pen- sar como Jesús! Que Jesús, que nuestra fe, se haga presente en la manera que servimos a la comu- nidad hispana. Y que podamos valorar a cada uno de nuestros estudiantes/personas, amarles en su totalidad, respetar su dig- nidad, y en verdad amar como Jesús", agregó. Alejandra dijo que el Semina- rio en Minnesota "fue una expe- riencia enriquecedora; siempre hay algo que aprender, recordar, practicar y aplicar. ¿Por qué? Por - que Dios nos llama a ser verda- deros santos, verdaderos líderes, verdaderos discípulos". La joven de 24 años espera "que sin decir una palabra, la gente se dé cuenta que soy cató- lica. A través de mi pensar, de mis acciones, de mi manera de vestir, de mi manera de servir. Que pue- da recibir lo que Dios me da y dar lo que he de recibir", concluyó. Un buen líder piensa como Jesús FOTO DE ADAM URENECK Líderes reflexionaron sobre la tarea de evangelizar con fidelidad.

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