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EPC - Marzo 2014

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EL PUEBLO CATÓLICO MARZO 2014 2 El mensaje perfecta lio, con sus amados blo VI, to XVI, consejo constante. su momento, núa con con renovada espiritual. Redescubriendo la Reconciliación Queridos hermanos y her- manas en Cristo, A l comenzar el tiempo li- túrgico de la Cuaresma, deseo que cada uno de ustedes conozca y reciba el amor de Jesucristo, y que haga un fi rme compromiso de cre- cer en santidad. Cuando visito las parro- quias, frecuentemente pre- gunto a los jóvenes si alguno de ellos será santo. Muchos no saben cómo responder, y sus padres quedan sorprendidos por la pregunta. Pero esta es una pregunta que debemos hacernos a no- sotros mismos. ¿Vamos a ser santos? ¿Estamos dando pasos para acercarnos al Padre, al Hi- jo y al Espíritu Santo? ¿Estamos tratando de descubrir la volun- tad del Padre para nuestras vidas? Queridos hermanos y her- manas, Jesús y el Padre nos aman, y quieren darnos su amor en el Espíritu Santo. Es importante que digamos "sí" a esta gran verdad. Si realmente confi amos en Jesús, Él cambia- rá todo en nuestras vidas; pero esto no sucederá sin nuestra cooperación. Tenemos que abrir nuestro corazón a la conversión. Y aún así, el ser santo no es al- go que ocurre de un día para otro, y no está exento de lucha. Por esta razón, Cristo nos dio los sacramentos. Ellos nos alimentan y fortalecen en el camino a la santidad, que muchas veces se nos hace di- fícil. Cuando vamos a misa y recibimos la Eucaristía, así como cuando nos acercamos al Sacramento de la Confesión, nos estamos encontrando con Jesús, con su misericordia, su gracia y su fuerza. Ser un buen católico no con- siste simplemente en decir las cosas correctas, tener las ideas correctas, hacer grandes sacri- fi cios o acatar estrictamente un código moral. El núcleo de nuestra fe consiste en conocer y ser transformados por una persona: Jesucristo. Con la Confesión, Jesús nos invita a acercarnos a Él, reco- nociendo nuestros pecados y pidiendo su perdón. Si bien al pecar dañamos nuestra rela- ción con Dios, la belleza de la Confesión consiste en que nos hace capaces de recibir su mi- sericordia y su perdón, y nos permite restaurar nuestra rela- ción con el Señor. Podemos ver esta verdad en la parábola del Hijo Pródigo, y en los muchos encuentros que Jesús tuvo con los pecadores. En esta Cuaresma, los exhor- to a todos y a cada uno de us- tedes a acudir a la Confesión. Si no lo han hecho por años, ahora es el momento. Ahora es el momento de preparar sus corazones para celebrar la Pascua. No tengan miedo del sacramento de la mi- sericordia. No tengan miedo de cambiar sus vidas. Esto es lo que nuestro Señor más anhela para ca- da uno de nosotros. Los aliento a que ha- gan de la Confesión, parte regular de su vida co- tidiana, acu- diendo a este sacramento de manera mensual. Jesús siem- pre invita, nunca impone, aun cuando anhela darnos su amor y su misericordia. Responder a Jesús, abrirle nuestra mente y nuestro corazón, y seguir- lo, depende de cada uno de nosotros. ¡Que tengan una Cuaresma muy bendecida! En el amor y la misericordia de Jesucristo, Archbishop Samuel J. Aquila POR EL EXMO. MONSEÑOR SAMUEL J. AQUILA El Pueblo C A T Ó L I C O Editora: Mayé Agama Directora General: Karna Swanson EL PUEBLO CATÓLICO, periódico en español de la Arquidiócesis de Denver, 1300 S. Steele St., Denver, CO 80210, Teléfono 303-715-3219, Fax 303-715-2045, E-mail: elpueblo@archden.org Por Enrique Elías * Hace sólo un año, todos los católicos vivimos una expe- riencia tan fuerte que parecía algo irremediable. ¡El Papa Be- nedicto XVI renunció! Pasamos días muy intensos de estupor y desconcierto ante un gesto his- tórico, que poco a poco, pasado el primer impacto comenza- mos a entender como un acto lleno de humildad y fe en Jesús nuestro Redentor, quien guía a su Iglesia. Muchos sintieron miedo, co- mo los apóstoles en medio de la barca durante la tormenta: "Se desató en el mar una tormenta tan grande, que las olas cubrían la barca. Mientras tanto, Jesús dormía. Acercándose a él, sus discípulos lo despertaron, di- ciéndole: «¡Sálvanos, Señor, nos hundimos!»". Luego de la elección del Pa- pa Francisco, fuimos testigos de un fenómeno asombroso; en pocas semanas brotó desde todos los ángulos del mundo una simpatía, un afecto y una entrega inesperada hacia el Vicario de Cristo, suscitando expectativas de cambio, que pocas semanas antes, parecían imposibles: escenas de devo- ción y un consenso en los me- dios, muchos de ellos ubica- dos entre los peores enemigos de la Iglesia. Pasaron los meses y el fenó- meno aumentaba. Se hizo vi- sible en las Audiencias de los miércoles, donde la intensidad vital de los encuentros sema- nales y la cantidad de personas en la Plaza San Pedro adquiría nuevas dimensiones; y a escala internacional se vio en el en- cuentro inolvidable con los jó- venes en Río de Janeiro, seguido por cientos de millones de todo el mundo gracias a la televisión; y para terminar, también desta- có su presencia casi permanen- te en las noticias y en Internet. ¿Qué ha sucedido? ¿Cómo entender este fenómeno que luego de un año podemos llamar con toda justicia el Efecto Francisco? La fi gura del Papa Francisco en este primer año de Pontifi ca- do ha trasformado la percepción del mundo sobre la Iglesia en algo esencialmente positivo, be- llo y edifi cante, en algo digno de respeto y admiración. Todo alre- dedor de un pontífi ce que ha lo- grado llegar a la gente, que ama a los pobres y a los enfermos, que invita con humildad y valentía a todos los católicos a ser mejores, a la conver- sión, y a evangelizar este mundo con su ejemplo de vida. El Papa nos invita todo el tiempo a cons- truir nuestras vidas sobre terreno só- lido, sobre la roca sólida de la fe en la Per- sona de Nuestro Señor. Aquel que al ser despertado durante la tormenta dijo "«¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?». Y levantándose, increpó al viento y al mar, y sobrevino una gran calma" (Mt. 8, 24-26). Pues es el Señor la fuente de nuestra segu- ridad y nuestra verdadera paz. Un milagro patente Hemos sido testigos de un milagro durante este primer año de Pontifi cado, una gracia especial. El mundo, por un mo- mento, ha abierto el corazón a Pedro, el Papa. Y él está pre- dicando en medio de esa co- rriente de simpatía, cosas muy fuertes y radicales a partir de la fe. Invita a la sencillez y a la hu- mildad, invita a creer en la pre- sencia del demonio, y a comba- tirlo con una vida santa. Invita a la devoción hacia los santos y a rezar en frente de la Eucaristía, para lograr la paz en el mundo, como en Siria y Ucrania. Invita a los políticos a decir la verdad, a ser mejores, a curarse de la corrupción y a defender la vida y la familia. Invita a los obispos y sacerdotes a ser más santos y siempre menos mundanos. El Efecto Francisco te en las noticias y en invita con humildad y valentía mejores, a la conver- sión, y a evangelizar este mundo con su ejemplo de vida. invita todo el tiempo a cons- truir nuestras vidas sobre terreno só- lido, sobre la roca sólida de la fe Per- FOTO DE ANSA/ANGELO CARCONI La ternura del Papa y su cercanía con los pequeños y los frági- les ha conquistado el corazón de católicos y no creyentes. El Papa ha predicado ¿QUÉ LECTORES Jueves, 20 de Marzo 4:30—7:00pm Ven al Sacramento de la Confesión www.archden.org/light Lawrence OP Luz La Ti encendida para está FOTO DE ANSA/OSSERVATORE ROMANO

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