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EPC - Mayo 2014

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EL PUEBLO CATÓLICO MAYO 2014 2 Vivimos en una era de milagros E n el Evangelio del pasa- do domingo leemos que "Jesus realizó en presencia de los discípulos otros muchos milagros, que no están escritos en este libro". Los milagros y los signos no han dejado de manifestarse desde el tiem- po de Jesús. De hecho, el 27 de abril la Iglesia celebró la canonización de los santos Juan XXIII y Juan Pablo II, dos hombres que cambiaron profundamente las vidas de muchos y también cambiaron el curso de la historia. Dos noches antes de la canonización, estaba cenan- do, y un sacerdote se acercó a mí con una amplia sonrisa en su rostro y con una mira- da pura llena de gozo. Había notado que yo era un obispo y solamente quería decirme cuán contento estaba de haber podido concelebrar la Misa de canonización con el Papa Francisco. Él había sido ordenado en 1957 por Juan XXIII, cuando era Patriarca de Venecia. Me mostró una foto en blanco y negro de su ordena- ción y no podía estar más lleno de gozo y sorpresa por el hecho de haber podido cele- brar la canonización. Mi conexión personal es con el Papa Juan Pablo II. Tuve la prime- ra oportuni- dad de verlo durante mi visita a Roma en 1983. Después tuve la ben- dición de encontrarme con él en múltiples ocasiones, primero como sacerdote y luego como obispo. La ocasión más memorable fue duran- te la Jornada Mundial de la Juventud en Denver, cuando asistí en tres de las Misas que celebró, así como en la ceremonia de bienvenida de la Arquidiócesis. Cuando llegué a Roma para la canonización, el aire vibraba con la electricidad de la gente de todo el mundo, reunida para la celebración. Me encontré con un grupo de Bérgamo, el lugar natal de San Juan XXIII y con muchos peregrinos polacos. El do- mingo me sorprendí al saber que iba a concelebrar la Misa de canonización. Fue una verdadera bendición y pude sentir la cercanía de San Juan Pablo II mientras celebraba la Eucaristía. Para mí y para muchos sa- cerdotes, religiosos y laicos, él fue un padre espiritual que me atrajo al abrazo del Padre, me acercó más al Hijo y me ayudó a conocer el amor del Espíritu Santo. En las oportunidades que tuve de reunirme con él, era evidente que se trataba de un verdadero discípulo de Jesucristo, lleno del amor de Cristo y de compasión. Y en los años de su ocaso, enseñó al mundo cómo asumir la enfermedad y la muerte como un cristiano. La lectura del domingo de los Hechos de los Apóstoles, hizo eco a un tema de la lec- tura del Evangelio, hablando sobre cómo "el asombro se apoderaba de todos, pues los apóstoles realizaban muchos prodigios y signos". Esta experiencia de asom- bro a los signos y prodigios, no es algo del pasado. Nosotros sabemos a partir de las inves- tigaciones realizadas para las causas de Juan XXIII y Juan Pa- blo II, que han ocurrido mila- gros a través de su intercesión y que continúan ocurriendo hoy. En el caso de Juan XXIII, el milagro implicó la curación y salud de la hermana Cateri- na Capitani de las Hijas de la Caridad (Vicentinas). En 1954 se descubrió que su vesícula y páncreas no estaban funcionando bien y que habían causado tumores ulcerosos en las paredes del estómago. La mayoría del páncreas, toda la vesí- cula y parte importante del estómago fueron removidos, y después de varios meses de sufrimien- to y de una infección en su abdomen, sólo esperaba la muerte. Las hermanas de su congregación le insistieron que rezara por intercesión del Papa Juan XXIII, y en 1966 cuando se encontraba cerca de la muerte, tuvo una visión del Pontífi ce. Juan XXIII le dijo a Sor Cate- rina: "Me has rezado mucho… Realmente has tomado este milagro de mi corazón. Pero ya no tengas miedo ahora, estás curada… Pondré mi mano en tu herida y quedarás curada". El postulador de la causa de Juan Pablo II dijo que miles de milagros fueron reportados, pero los ofi ciales fueron la cu- ración de la religiosa francesa Simon Pierre Normand de la enfermedad de Parkinson, y la cura de Floribeth Mora Díaz de Costa Rica, de un aneuris- ma cerebral. La curación de Mora Díaz, madre de 4 niños, es sorpren- dente porque ella descubrió en abril de 2011 que tenía el aneurisma y que tenía apenas POR EL EXMO. MONSEÑOR SAMUEL J. AQUILA El Pueblo C A T Ó L I C O Editora: Mayé Agama Directora General: Karna Swanson EL PUEBLO CATÓLICO, periódico en español de la Arquidiócesis de Denver, 1300 S. Steele St., Denver, CO 80210, Teléfono 303-715-3219, Fax 303-715-2045, E-mail: elpueblo@archden.org Ellos, enfatizó el Papa "fueron dos hombres valerosos, y die- ron testimonio ante la Iglesia y el mundo de la bondad de Dios, de su misericordia". El Papa recordó además, que ambos santos "fueron sacerdo- tes, obispos y papas del siglo XX. Conocieron sus tragedias, pero no se abrumaron. En ellos, Dios fue más fuerte…fue más fuerte la misericordia de Dios que se manifi esta en estas cin- co llagas; más fuerte la cercanía materna de María". Lleno total En los días previos al evento, miles de delegaciones de pere- grinos llegaron a Roma, y según la Ofi cina de Prensa del Vatica- no, a la Fiesta de la canonización asistieron más de 1 millón de peregrinos, de los cuales, medio millón abarrotó la Plaza San Pe- dro, mientras que el resto pre- senciaba la emotiva ceremonia en las calles aledañas, a través de pantallas gigantes. "¡Estoy tan contenta de haber estado ahí!, he podido experi- mentar a la Iglesia universal, te- ner el gozo de estar entre tantos países representados por can- ciones y oraciones que oíamos en diferentes idiomas", señaló Agnes Schmerge, de la Parroquia St. Peter en Greeley, quien con un grupo de 45 peregrinos partieron desde Colorado a Roma, para participar en la canonización. Noël Stewart, de la Parroquia Sacred Heart of Jesus, Boulder, también tuvo una experiencia inolvidable. En medio de un día nublado, vio que "momentos an- tes de la canonización, el sol salió radiante, y por un tiempo breve, tuvimos un día claro y luminoso. Fue maravilloso, como si fuera un destello de la aprobación de Dios. Fuimos testigos de estos pequeños milagros". Denver también celebró Aquí en Denver también hubo fi esta: Vigilias, rosarios, pláticas y exposiciones fotográfi cas. In- cluso hubo una procesión y Misa trilingüe (inglés, español y po- laco), celebrada en la Parroquia St. Joseph Polish, en honor a los nuevos santos y a la fi esta de la Divina Misericordia. La procesión, celebrada el mismo domingo 27, partió de la parroquia Our Lady of Guada- lupe, Denver y llegó a St. Joseph, donde fi eles, vestidos con trajes típicos de Polonia los recibie- ron para unirse a la celebración Eucarística. Gloria Ramírez, se levantó de madrugada para ver la canoniza- ción por televisión, y luego par- tió hacia la parroquia Our Lady of Guadalupe. "Me desvelé, pero valió la pena, fue una gran alegría ver a estos dos santos elevados a los altares", señaló Gloria. "Juan XXIII me abrió las puertas de la Iglesia y a Juan Pablo II lo conocí acá cuando visitó Denver, estuve cerquita a él. ¡Tener un santo en el cielo al que conocí en persona acá en la tierra es una dicha que no se explica!, agregó. José Saucedo pidió permiso en su trabajo para participar en la procesión y la Misa. "¡Cómo no iba a venir! Juan Pablo II ha sido muy importante para mí. Él nos dejó mucha esperanza y trabajó por la unión del mundo; él quiso que los hijos de Dios nos viéramos como tales, nos ha de- jado un gran legado", dijo José. La Misa fue presidida por Mons. Bernard Schmitz, Vica- rio para el Clero y concelebrada por el P. Benito Hernández y el Santos Viene de la Página 1 FOTO DE TODD WOLLAM En medio de vivas, oraciones y cantos, fi eles caminaron desde Our Lady of Gudalupe hasta St. Joseph Polish, para celebrar la fi esta de la Divina Misericordia y a los dos nuevos santos. P. Marek Lady of Polish, consecutivamente. En su mitz, haciendo Evangelio, aparece pulos mostrándoles y ofreciéndoles que al cluye también refl ejan cia de la cerdote. verdadera te la aceptación to. "San lo vivió judíos en Él conoció embargo el Papa mitz. "Y bién conoció pero comprendió Señor de tan terribles en paz". FOTO DE JEFFREY BRUNO/ALETEIA Mas de un millón de peregrinos marcharon hacia la Plaza San Pedro para poder ser parte de este momento histórico. Fiesta y Más de Denver, Continúa en la Página 6

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