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10 | O C T U B R E - N O V I E M B R E 2 0 2 1 SIGNIFICADO DE LA EUCARISTÍA VALOR INFINITO DE LA MISA Y FRU TO PERSONAL QUE RECIBIMOS Cada Misa celebrada posee un valor infi- nito. Es el sacrificio de Cristo. Ahora bien, es importante distinguir entre el merecimiento de las gracias, su aplicación y nuestra capaci- dad para recibir esas gracias. Sin duda cada vez que se celebra la Misa, la gracia de Dios se derrama. Por eso, cada Euca- ristía celebrada posee un valor que excede nuestro entender. Ese valor está más allá de la santidad personal del sacerdote que la celebra. Una cantidad inmensa de gracias se derraman sobre los hombres de la tierra; no solo sobre los que forman parte de la Iglesia actualmente, sino también sobre los que están llamados a ser miembros de la Iglesia y, en ese momento, no lo son. Además, también se derraman muchas gracias sobre la Iglesia purgante. Tenemos que distinguir el valor que la Misa tiene de suyo de la capacidad receptiva que aquellos que participamos de ella tene- mos. Los hombres somos cria- turas finitas y, por tanto, nues- tra capacidad para recibir es limitada. Es por ese motivo que nuestras disposiciones subjetivas importan en el fruto personal que recibimos de la Eucaristía. Se parti- cipa más en la Misa, cuanta más caridad se tiene, es decir, cuanto mayor es nuestra unión con Cristo. Y cuanto mayor es esa participación, mayor es el fruto que la Eucaristía pro- duce en el alma cristiana. ...si uno sabe que no está viviendo bien, y no encuentra la manera de salir de esa situación, una cosa es clara. La gracia que necesita para cambiar lo que sea necesario cambiar en su vida procede de la Misa. Ahora no es momento para comulgar, pero sí lo es de escuchar la palabra de Dios, orar y pedir la gracia de la conversión. Posiblemente, también es tiempo de dejarse acompañar y dirigir por un buen sacerdote".

