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2021_EPC_Octubre-Noviembre

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La palabra hebrea todá significa "acción de gracias". El sacrificio todá era una ofenda de paz que un israelita presentaba por recibir un gran beneficio de Dios. En el sacrificio se ofrecía carne, pan y vino (Lv 7,11-15; Nm 15,8-10). La palabra "eucaristía" también significa "acción de gracias" en griego. En el sacrificio de la Eucaristía, el pan y el vino se convierten en el cuerpo y la sangre de Jesús. Muchos eruditos consideran los sacrificios judíos de la pascua y todá prefiguraciones de la Eucaristía. Después de recibir los 10 Mandamientos, "Moisés tomó la sangre, roció con ella al pueblo y dijo: 'Esta es la sangre de la alianza que Yahvé ha hecho con vosotros'" (Ex 24,8). Jesús utiliza el mismo lenguaje para instituir una nueva alianza con su cuerpo y su sangre durante la Última Cena: "Esta copa es la nueva alianza en mi sangre, que se derrama por vosotros" (Lc 22,20). Después de la huida de Egipto, Dios hace llover el maná –o "pan del cielo"– a su pueblo en el desierto (Ex 16,4). Jesús es el cumplimiento del maná; él mismo dice: "Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron… Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre" (Jn 6,49-51). MANÁ 6. PAN DE LA PRESENCIA 8. EL SIERVO 10. OFRENDA TODÁ 9. ASPERSIÓN DE SANGRE 7. Dios ordena a Moisés construir un santuario –que siglos después sería reemplazado por el Templo– para habitar "en medio de ellos" (Ex 25,8). Luego le manda conservar ahí el arca de la alianza y el "pan de la presencia" (Ex 25,30). Siglos después, David comería de este pan: "El sacerdote le dio [a David] pan consagrado, porque no había allí otro pan, más que el pan de la presencia" (1 Sam 21,7). Jesús alude a este pasaje y dice: "¿No habéis leído… cómo [David] entró en la casa de Dios y [comió] los panes de la presencia?... Pues hay aquí algo mayor que el Templo" (Mt 12,3- 4.6): su cuerpo es el verdadero templo y pan consagrado. El pasaje de Isaías 53 nos presenta una prefiguración impactante de Cristo. Habla del Siervo, un hombre afligido, "herido por nuestras faltas… como cordero llevado al matadero… Él ofreció su vida como sacrificio por el pecado…" (Is 53,5.7.10). Además, se le llama el "Justo" que "justificará a muchos" y que "[intercede] por los pecadores" (Is 53,11-12). San Juan Bautista llama a Jesús el "Cordero de Dios", y el apóstol san Juan lo llama "Justo", intercesor o "defensor' ante el Padre y "víctima por nuestros pecados" (Jn 1,36; 1 Jn 2,2). E L P U E B L O C A T Ó L I C O | 15

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