E L P U E B L O C A T Ó L I C O | 5
A
mi niño de año y
medio le encan-
tan los pájaros. Lo
primero que hace cuando
salimos de la casa es mirar
hacia el cielo. Y si llega a ver
uno que otro volando, se
emociona, patalea, apunta
con el dedo y grita: "¡Ira, ira,
ira!", para que me emocione
con él mientras se mueve de
alegría. Ahora hasta a mí me
han empezado a fascinar los
pájaros.
Este tipo de experiencias
me hacen pensar. En verdad,
es asombroso el vuelo de un
pájaro. Hay tanta belleza,
tanto ingenio, tanta inten-
ción, tanto detalle en él, que
en sí parece ser un milagro.
Y luego se me ocurre que el
simple hecho que mi niño y
yo –vivos, respirando, cons-
cientes– podemos contem-
plar el vuelo de un pájaro
es igualmente asombroso y
milagroso.
Como dijo una escritora:
"Existimos. Aquí estamos.
Respirando. Aprendiendo.
Eligiendo. Amando.
Viviendo... ¡Qué cosa tan
profunda!".
En el fondo, todo este
asombro suscita las pregun-
tas más profundas e inevi-
tables sobre nuestra vida y
existencia: "¿Por qué estoy
aquí?, ¿por qué nací en este
tiempo y no hace siglos?, ¿fui
creado o soy un producto del
azar?, ¿para qué nací?".
Rescued: The unexpected and
Extraordinary News of the Gospel por
el padre John Riccardo
"The Marvelous Goodness of God's
Creation" por Katie Prejean McGrady,
Denver Catholic