"HOMBRE Y MUJER LOS
CREÓ" (GEN 1:27)
Dios nos hizo hombre y mujer:
distintos, pero complementarios
e iguales en dignidad. El hombre
y la mujer se complementan en su
cuerpo, y Adán se da cuenta de ello.
Ve a Eva por primera vez y exclama:
"¡Esta sí es hueso de mis huesos y
carne de mi carne!" (Gen 2:23).
Al verla, se da cuenta de que
no está hecho para la soledad, sino
para la comunión. Sabe que está
llamado a entregarse en cuerpo y
alma. El hombre y la mujer están
hechos el uno para el otro, y el
mismo cuerpo es señal de ello.
Así, el hombre y la mujer refle-
jan a Dios mismo, que es comunión
en la Santísima Trinidad y, a la vez,
son signo de nuestro destino final:
la comunión plena con Dios. Dios
nos creó con un alma inmortal para
que pudiéramos gozar de su amor
y grandeza en el reino celestial, en
comunión con él.
Dios creó al ser humano
para amar y ser amado.
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CREADOS
Creados a su
�imagen y
semejanza�
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