elpueblocatolico

2020_EPC_Agosto-Septiembre

Issue link: https://elpueblocatolico.uberflip.com/i/1275101

Contents of this Issue

Navigation

Page 4 of 35

E L P U E B L O C A T Ó L I C O | 3 vez dos mil años después de la Misa en la que se consagró este "pan", cuando se unieron el cielo y la tierra de una manera dramática y terriblemente emocionante; y aun más, cuando el velo del templo en Jerusalén se rasgó en dos, pues cada Misa es también la unión con el sacrificio del Monte Calvario, donde el creador del universo murió la muerte más humi- llante, solo por amor al hombre. Es decir, en la Misa el tiempo ya no es presente, pasado y futuro. El lugar ya no es aquí; es la Tierra Santa y el Cielo, pues, donde se celebra la Misa, la unión de aquí y el universo terrenal y celestial es perfecta, y la unión del tiempo y la eter- nidad es perenne. San Ignacio de Loyola, en sus ejercicios espirituales, invita al ejercitante a usar su imaginación durante las horas de oración y así entrar al párrafo de las Escrituras. ¿Por qué no imitar esta invitación mientras se asiste a la celebración eucarística? Aquí podemos abiertamente, en el silencio de nuestro corazón, expresarle a Jesús vivo nuestros pensamien- tos, emociones y deseos. No hay mejor momento que durante la celebración de la Misa para dejarnos llevar a lo más alto del cielo, el único lugar donde podremos encontrar aquello que vamos bus- cando en nuestro peregrinar: la verdadera felicidad y el gozo que no termina. Debido a esta práctica de san Ignacio, no es casualidad que él haya compuesto una de las oraciones eucarísticas más bellas e inspiradas de la historia del cristia- nismo: "Alma de Cristo". Los invito a rezarla. Ruego a la Misericordia Divina, y por intercesión de san Ignacio, que el Señor nos conceda apre- ciar, entender y, sobre todo, responder cada vez más a las maravillas de su amor que constantemente nos regala en la Santa Misa. Alma de Cristo Por san Ignacio de Loyola Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh, buen Jesús!, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del maligno ene- migo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame. Y mándame ir a Ti. Para que con tus santos te alabe. Por los siglos de los siglos. Amén.

Articles in this issue

Archives of this issue

view archives of elpueblocatolico - 2020_EPC_Agosto-Septiembre