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8 | F E B R E R O - M A R Z O 2 0 2 0 ESPOSOS, ALCANCEN A CRISTO El primer nivel de santidad de la familia pasa por los esposos. De ellos dependerá si en su hogar se encuentra a Dios o a otra cosa. El matrimonio no fue hecho para que los esposos solo se miraran el uno al otro en un círculo cerrado, sino que, siendo una sola carne, miraran a Cristo. Una imagen del matrimonio puede ser el yugo del que Cristo habla en el evangelio de Mateo (11,30). El yugo es una pieza alargada de madera con dos arcos que se sujetan al cuello o la cabeza de las mulas o bueyes y les permite trasla- dar una carga pesada. La imagen del yugo nos permite ver que nunca llevamos la carga solos. En el caso del matrimonio, los dos esposos están unidos por el yugo y miran hacia Cristo, y a la vez es Cristo quien se une a ellos para hacer su carga ligera. La amistad que así se genera en esta meta común es la amistad más apasionante, porque consiste en construir una familia que alcance a Cristo. SEAN "IGLESIA DOMÉSTICA" La familia es tan importante que la Iglesia la ha llamado "iglesia doméstica". Esto significa que el hogar es el lugar pri- vilegiado donde se transmite la fe. Esta se puede transmitir también por medio de ministerios porque la familia necesita apoyo, pero el lugar más importante sigue siendo la familia. Los padres son los primeros educadores de sus hijos. Los hijos aprenden y experimentan su amor y el amor de Dios, no cuando van a la escuela, sino cuando el papá y la mamá les demuestran que los aman con una sonrisa, con el afecto, con el tiempo que pasan con ellos. Por eso las prácticas diarias de oración y los sacramen- tos son de gran importancia para los hijos. Les enseñan el camino de plenitud. Así, cuando llegan las preguntas y dudas sobre la fe en la adolescencia, al menos en el hijo se habrá despertado una apertura a Dios, que, con acompañamiento, puede fortalecer y no debilitar su fe. LA VOCACIÓN FAMILIAR La familia está llamada a la santidad. Los santos no son seres que están fuera del alcance de todos, sino personas que, en sus debilidades y problemas, dejaron que Dios los transformara y guiara. La manera en que la familia se hace santa es a través del hogar. Está llamada a ser el espacio humano en el que se encuentra a Dios. Llamados a la grandeza