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E
l designio de Dios para
la familia comienza
con la unión de
hombre y mujer. El hombre
y la mujer se complementan
uno al otro en su cuerpo.
Están hechos el uno para el
otro. Solo en el acto sexual
entre hombre y mujer se
puede crear algo nuevo: el
fruto de un hijo. Solo ellos
pueden convertirse verdade-
ramente en "una sola carne"
(Gen 2,23).
–FAMILIAS "NO
TRADICIONALES"?
Por eso no puede existir
la distinción de familia "tra-
dicional" y "no tradicional",
la cual, en vez de tener a un
hombre y una mujer como
padres, busca tener padres
del mismo sexo. Tal distin-
ción no es posible porque
la unión entre personas del
mismo sexo no puede ser
estrictamente un matrimo-
nio: no se pueden convertir
en "una sola carne" porque
sus cuerpos no se comple-
mentan. Tampoco pueden
generar el fruto de un hijo, y
no es por causa de un defecto
físico, como sucede con
parejas estériles, sino porque
la falta de complementarie-
dad biológica lo hace imposi-
ble como principio.
¿Qué
forma una
familia?
Para descubrir qué es
verdaderamente la familia y cuál
es su misión, debemos volver
al principio del ser humano, al
Génesis, a la creación. El relato
de la creación nos muestra no
solo quién es el hombre, sino
también por qué Dios lo creó.
Esta verdad se refl eja no solo en
la fe, sino en el mismo cuerpo y
alma de todo hombre y mujer.
UN
MATRIMONIO:
HOMBRE Y
MUJER
Hombre y
mujer los creó"
G E N 1, 27; M T 19,4
"
P O R V L A D I M I R M A U R I C I O - P É R E Z
LA VOCACIÓN FAMILIAR