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EPC_Octubre 2019

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nueva edición de la revista de El Pueblo Cató- Para ayudarte a elaborar tu respuesta perso- a esta pregunta, permíteme decirte la mía. Porque nací en una familia católica, me bautizaron cató- me educaron en la fe católica. Contribuyó también que en un país de mayoría católica y consecuentemente las probabilidades de nacer en el seno de una familia católica muy altas. Si hubiera nacido en Arabia Saudita muy probablemente ahora estaría de peregrinación a la Meca; mis padres hubieran sido adventistas, este sábado encontrarían ustedes en el templo del Séptimo Día. Pero como sabemos que para Dios no hay casuali- dades o situaciones no planeadas, y todo sucede con- forme a su designio divino, la pregunta "¿Por qué soy católico?" cobra una profundidad inesperada. Significa nací de padres católicos, en un país católico y bautizaron católico por un designio de la volun- santísima de Dios que me quiso, a mí, católico. ¿Por qué? ¿Se me concedió un privilegio? ¿Se me un pase seguro al cielo por ser católico? ¿Estoy más consentido que otros que no tuvieron la fortuna de nacer una familia católica? También en este punto la pregunta porqué se hace más complicada, porque sabemos Dios ama a todos sus hijos independientemente raza, color, religión o cultura, y se me hace difícil pensar que a mí me haya consentido y a otros no. Entonces, no fue una casualidad que yo haya nacido católico y no fue un don de Dios para hacerme la más fácil y el cielo más seguro. Pero una cosa es cierta: Dios me quiso católico desde toda la eternidad. Pienso que Dios me dio la gracia bautismal en la Iglesia Católica como un gesto de grande confianza en mí, y eso honra mucho. Me hizo nacer en la verdadera Iglesia fundada por Jesucristo. "El sagrado Concilio fija su atención en primer lugar en los fieles católicos. Y enseña, fundado en la Sagrada Escritura y en la Tradición, que esta Iglesia peregrinante es necesaria la salvación. El único Mediador y camino de salvación es Cristo, se hace presente a todos nosotros en su Cuerpo, que es la Igle- A esta sociedad de la Iglesia están incorporados plenamente quienes, poseyendo el Espíritu de Cristo, aceptan la totalidad de su organización y todos los medios de salvación establecidos en ella, y en cuerpo visible están unidos con Cristo, el cual la rige mediante el Pontífice y los Obispos, por los vínculos de la profesión de fe, de sacramentos, del gobierno y comunión eclesiástica" (L.G., n.14). Ahora entiendo por qué Dios me quiso cató- desde toda la eternidad: para ayudarle en la misión de convocar a todos sus hijos esparcidos por mundo en esta Iglesia, la única que posee todos medios de salvación que Cristo dejó a su Pueblo. Por tanto, ser católico no es un privilegio, no es una membresía de club, no es un favoritismo ni un hacerme especial respecto a los demás. Ser católico es recibir de Dios responsabilidad de ser un misionero del Evangelio, para llevar la vida divina a todos por medio de los sacramentos, de Escritura, del amor del Espíritu, de la auténtica doctrina fe cristiana, en una comunidad de hermanos guiados los legítimos pastores que Cristo asignó a su Iglesia. Abandonar la fe católica no es solamente abandonar la nuestros padres -esa fe en la que creyeron y murie- ron-, sino, sobre todo, significa apartarse del plan provi- dente de Dios que te hizo nacer en el seno de una familia católica, donde se profesaba la fe íntegra y se celebraban sacramentos instituidos por nuestro Señor Jesucristo. Es verdad que hemos sido testigos de hermanos que han dejado la Iglesia Católica. Algunos se plantean la cuestión de vale la pena quedarse en ella o no. Otros la dejan, y luego atacan. Pero recuerda siempre: tú eres católico o católica nací de padres católicos, en un país católico y bautizaron católico por un designio de la volun- santísima de Dios que me quiso, a mí, católico. ¿Por qué? ¿Se me concedió un privilegio? ¿Se me un pase seguro al cielo por ser católico? ¿Estoy más consentido que otros que no tuvieron la fortuna de nacer una familia católica? También en este punto la pregunta porqué se hace más complicada, porque sabemos Dios ama a todos sus hijos independientemente raza, color, religión o cultura, y se me hace difícil pensar que a mí me haya consentido y a otros no. Entonces, no fue una casualidad que yo haya nacido católico y no fue un don de Dios para hacerme la más fácil y el cielo más seguro. Pero una cosa es cierta: Dios me quiso católico desde toda la eternidad. Pienso que Dios me dio la gracia bautismal en la Iglesia Católica como un gesto de grande confianza en mí, y eso honra mucho. Me hizo nacer en la verdadera Iglesia fundada por Jesucristo. "El sagrado Concilio fija su atención en primer lugar en los fieles católicos. Y enseña, fundado en la Sagrada Escritura y en la Tradición, que esta Iglesia peregrinante es necesaria la salvación. El único Mediador y camino de salvación es Cristo, se hace presente a todos nosotros en su Cuerpo, que es la Igle- A esta sociedad de la Iglesia están incorporados plenamente quienes, poseyendo el Espíritu de Cristo, aceptan la totalidad de su organización y todos los medios de salvación establecidos en ella, y en cuerpo visible están unidos con Cristo, el cual la rige mediante el cuerpo visible están unidos con Cristo, el cual la rige mediante el Pontífice y los Obispos, por los vínculos de la profesión de fe, de sacramentos, del gobierno y comunión eclesiástica" (L.G., n.14). Ahora entiendo por qué Dios me quiso cató- desde toda la eternidad: para ayudarle en la misión de convocar a todos sus hijos esparcidos por mundo en esta Iglesia, la única que posee todos medios de salvación que Cristo dejó a su Pueblo. Por tanto, ser católico no es un privilegio, no es una membresía de club, no es un favoritismo ni un hacerme especial respecto a los demás. Ser católico es recibir de Dios responsabilidad de ser un misionero del Evangelio, para llevar la vida divina a todos por medio de los sacramentos, de Escritura, del amor del Espíritu, de la auténtica doctrina fe cristiana, en una comunidad de hermanos guiados los legítimos pastores que Cristo asignó a su Iglesia. RECIBE LA REVISTA EN TU CASA GRATIS! TEXTEA EPCD AL 84576

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