elpueblocatolico

DCE_10-17_website

Issue link: https://elpueblocatolico.uberflip.com/i/891508

Contents of this Issue

Navigation

Page 7 of 15

8 OCTUBRE-NOVIEMBRE 2017 | DENVER CATHOLIC EN ESPAÑOL Noticias de la Arquidiócesis "Tras el terremoto de México se fue el egoísmo y creció la fe" Testimonio de Tomás Lozoya, sobreviviente del terremoto del 19 de septiembre POR EQUIPO DE DENVER CATHOLIC EN ESPAÑOL T omás Lozoya, quien ha sido colaborador en varias oportu- nidades de Denver Catholic en Español, se encontraba en Ciudad de México cuando esta fue sacudida por el± terremoto ±de 7.1 grados en la escala Richter, que dejó 369 muertos. Con- movido por lo vivido, quiso compartir esos momentos en los que la esperanza floreció en medio del dolor y el pánico. No es la primera vez que Tomás vive una experiencia como esta. Él todavía recuerda aquel 19 de septiembre de 1985, cuando fue testigo del devasta- dor movimiento telúrico de 8.1 grados escala de Richter, en el que murie- ron alrededor de diez mil personas. En ese entonces Tomás era un joven universitario. 32 años después, Lozoya revivió aquel momento con un nuevo sismo: "Estaba trabajando, me encontraba en un quinto piso y comenzó a temblar muy fuerte. Pensamos primero que era un camión que pasaba por en frente del edificio, segundos después nos dimos cuenta de que era un terremoto. Yo abracé una columna del edificio donde también se encontraban dos compañe- ras más. Pudimos evacuar por las esca- leras cuando ya se tranquilizó todo", describe. LLAMADO A SER VOLUNTARIO Al ver la desesperación y el caos que ocasionó aquel sismo, dejando su saco y su mochila de lado, y aun vistiendo su ropa de oficina, Tomás tomó la decisión de unirse como voluntario a las brigadas de rescate en el Distrito Federal, donde primero facilitó el trabajo de rescate en una empresa textilera, ubicada en el centro de la ciudad. Al día siguiente el escenario de ayuda fue otro: La escuela Enrique Rébsa- men, que se encuentra a una milla de su casa y cuyas edificaciones se vinieron abajo, cobrando la vida de 19 menores de edad y nueve adultos. Allí llegó a las 5:30 de la mañana para ofrecerse como voluntario. Tomás fue uno de los encargados de facilitar las herramientas necesarias para las diferentes tareas de rescate: picos, palas, cinceles, marros, pata de cabra, boquillas, casco, esmeril entre otras. "Yo tenía un altavoz y decía las herramientas que necesitaba", recuerda. De esta manera los volun- tarios trabajaron para que los escom- bros no terminaran de derrumbarse y para facilitar la seguridad de los topos (aquellos que buscan entre los escom- bros si hay sobrevivientes). "Eran gente humilde los que estaban sirviendo allí. Luego empezaron a llegar más profe- sionales", cuenta. Tenía puesta su camiseta de los broncos, ya que el color naranja lo hacía más visible ante las necesidades de los voluntarios. Cada 30 minutos debía alzar las manos y cerrar el puño como señal de petición de silencio (un gesto que se ha convertido en emblemá- tico de esta tragedia), para que así los rescatistas pudieran escuchar si había sobrevivientes gritando y pidiendo ayuda entre los escombros. "Se hizo un pasillo para acceso fácil para que pudieran pasar las personas rescatadas, pero había mucha gente que no estaba apoyando. Les decía que se pusieran atrás de la cuerda", describe Lozoya. UN SIGNO DE ESPERANZA Tomás encontró entre los pedazos de la edificación un objeto que se ha convertido en algo emblemático para él: un cuaderno que tenía el nombre de una de las estudiantes de cuarto grado: Kamila Monserrat Castro Toscano. Esa fue según él, una señal de esperanza. En su cuaderno Kamila destacaba algunos valores como la cooperación y el respeto entre hombres y muje- res, pero lo que más impactó a Tomás fue lo que había en la primera página: un dibujo del planeta tierra que dice: "¡Cuídame!". "Este cuaderno dice mucho. Nos

Articles in this issue

Archives of this issue

view archives of elpueblocatolico - DCE_10-17_website