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4 JULIO-AGOSTO 2017 | DENVER CATHOLIC EN ESPAÑOL Primera Plana C uando el cristianismo es reducido a un mero conjunto de preceptos y dogmas, la vivencia de la fe es percibida como una carga y podría parecer como algo que no está relacionado con la "vida real". Pero cuando la fe se vive como una relación que empieza con el encuentro con aquella persona que nos parece tan fascinante que no imaginaríamos un momento sin ella, esto se convierte en algo hermoso. Así dice el presidente de la fraternidad Comunión y Liberación, el padre Julián Carrón. El padre Carrón es el sucesor del padre Luigi Giussani, fundador del movimiento, más conocido como "CL" y autor del libro "La belleza desarmada" (Ediciones Encuentro 2016). En diálogo con el Denver Catholic (DC), el padre Carrón habla sobre lo que él llama "el evento" del cristianismo. DENVER CATHOLIC EN ESPAÑOL: En "La belleza desarmada" usted dice que el cristianismo es "un evento" que está "lleno de atrac- tivos" los cuales "se apoderan de los seres humanos con su belleza". Para muchos, ser católico se reduce a ir a Misa los domingos, lo cual es visto a menudo como aburrido, de poca importancia y con pocas consecuencias para la "vida real". ¿Cómo podemos, nosotros como católicos redescubrir el "evento" del cristianismo y recuperar el sen- tido de la belleza de la fe? PADRE CARRÓN: "Basta observar lo que sucede en la vida de cada uno de nosotros cuando encontramos una persona realmente signifi cativa para nuestra vida (por ejemplo, cuando nos enamoramos), es un acontecimiento que nos saca del aburrimiento y llena la vida de plenitud.˜ De modo análogo, pero infi nitamente más atrayente, esto fue lo que sucedió al inicio del cristianismo. El primer encuentro de Jesús con Juan y Andrés muestra que cuando se encuentra alguien fascinante no se puede evitar desear volverlo a ver al día siguiente. Ellos se encontraron con alguien tan excepcio- nal que deseaban estar con Él. Estar con Él era lo más bello que podía suce- der en la vida. ¿Qué signifi ca excepcio- nal? Que correspondía a la espera del corazón. No eran solo los discípulos. Sucedía lo mismo a los publicanos, como vemos tras la llamada de Mateo: se reúnen a comer con Él. Ir a bus- carle para estar con Él debía ser una cosa habitual, como dice el Evange- lio: "Los publicanos se acercaban a Jesús". ¿Qué habrán visto en Jesús para exclamar: 'Nunca habíamos visto una cosa igual'? Cuando era profesor de religión en una escuela y hablaba estas cosas a mis alumnos, ellos me decían: 'Es precioso lo que cuenta el Evangelio, pero ya no sucede'. Eso me hizo entender que tantas personas encuentran un cristianismo reducido a ritos, sin conexión con la vida, o a una lista de cosas que hay que cumplir. Para ellos el cristianismo no es un acontecimiento como fue para Juan y Andrés. Por eso, lo que todos estamos esperando es que suceda algo similar a lo que les sucedió a ellos ¿Es posible? Si. Cuando encontramos alguien para el que Cristo es tan signifi cativo, que le ha cambiado la vida. Cuando lo encon- tramos no podemos vivir sin Él. DCE: La libertad es un tema impor- tante en el libro y usted la describe como "un don" de Dios, quien esco- gió crearnos como seres libres. La tendencia, en una cultura secular, y esto incluye a católicos en la medida en que todos somos pro- ductos de una nueva cultura, es ver las enseñanzas morales de la Igle- sia como imposiciones de afuera hacia nosotros ¿Cómo podemos reconciliar las demandas de vivir una vida cristiana con nuestra condición de seres libres? PC: "Comprendo que si el cristianismo es reducido a un elenco de preceptos que hay que cumplir, la vida cristiana es percibida como un peso insopor- table. Ninguno se casaría solo para lavar los platos, hacer las compras o limpiar la casa. Uno se casa porque ha encontrado alguien tan signifi cativo que quiere vivir la vida en su compa- ñía. Después, porque quiere crear un entorno bello para compartirlo con la persona amada, decora la casa o la limpia, o hace una buena comida. Nadie que vive una experiencia así tiene la percepción de perder su liber- tad. Al contrario, tiene la impresión de realizarla. Finalmente es libre, porque ha encontrado alguien que llena la vida de gozo con su presencia. En tantas ocasiones, vemos que el amor se enfría y comienza la búsqueda de alguien que nos vuelva a fascinar. Sucedía tam- bién en tiempos de Jesús. La mujer de Samaría había tenido cinco maridos, pero continuaba insatisfecha. Fue entonces cuando Jesús la desafi ó con una promesa inesperada y sorpren- dente, ofreciéndole un agua que podría satisfacerla. ¿Quién de nosotros no habría pedido como ella: 'Dame de esa agua'? Solo quien encuentra esa agua es libre. Porque la libertad es el cum- plimiento del deseo de felicidad que todos tenemos. Ser cristiano es la cosa más fascinante que cada uno pueda imaginar porque Jesús ha venido a res- ponder a ese deseo".˜ DCE: Hablemos ahora de las difi - cultades más comunes para los católicos hoy. Una pareja joven decide comenzar con una fami- lia numerosa como una manera hermosa de construir la cultura de la vida, pero pronto encuentra en el día a día que la crianza de los niños pequeños es más difícil de lo que parece. Se sienten culpables cuando admiten lo difícil que es y se sienten culpables de no querer tener más hijos e incluso de encontrar difi cultades en la plani- fi cación natural. ¿Qué consejo les daría usted? PC: "Que busquen personas en su parroquia, asociación o movimiento que vivan el cristianismo como algo fascinante, para que les acompañen a vivir esta situación. Solo dentro de una comunidad cristiana podemos vivir la vida que la Iglesia nos propone. Es inútil perder el tiempo en culpabili- zarse. Solo una comunidad cristiana viva puede mirarnos con la mirada de misericordia que necesitamos para ser sostenidos en el camino. Es una aven- tura solo para personas audaces, que no se rinden ante las difi cultades. Esta es una de las ventajas de nuestro tiempo, que fi nalmente seremos cristianos, no por obligación o por tradición, sino por la fascinación de Cristo, una fascina- ción que no queremos perder por nada del mundo. Con Él podemos desafi ar cualquier difi cultad, porque cada cir- cunstancia se convertirá una ocasión para ver cómo Cristo vence también en esa situación. Así, crecerá en nosotros el amor y la gratitud a Cristo por la ter- nura con que nos cuida". DCE: "Usted ha hablado de manera elocuente sobre 'el descubrimiento del yo'. Usted escribe: 'Nada es El evento del cristianismo, una belleza desarmada Entrevista con el padre Julián Carrón, presidente de Comunión y Liberación POR KARNA SWANSON karna.swanson@archden.org @KarnaSwanson