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14 MAYO 2017 | DENVER CATHOLIC EN ESPAÑOL Opinión Venezuela y l os héroes de abril H ans Wuerich es el nombre del joven que se enfrentó des- nudo a los camiones ballena de la guardia nacional de Venezuela. Hans, de 22 años, cursa estudios de comunica- ción social en la uni- versidad Santa María en Caracas. En un acto de gran valentía, Hans se fue quitando la ropa mientras se acercaba a las fuerzas policiales enviadas por Nicolás Maduro para reprimir a los manifestantes que exigían el poder ejercer sus derechos políticos. Hans desafi ó a las autoridades policiales de su país, sin ropa y solo llevando en su mano derecha una biblia. Se suponía que él debía echarse a correr al ver que los ofi ciales eran capaces de lanzar agua y gases lacri- mógenos, y hasta disparar balas, con tal de dispersar a los manifestantes. Hans corrió con suerte. Le dejó su mensaje a los guardias aunque lo castigaron lanzándole un centenar de perdigones que dejaron marcas en su espalda. Otros jóvenes no regresaron a su casa luego de asistir a las mar- chas. Las protestas del mes de abril dejaron 26 fallecidos. El 84 por ciento de esas víctimas tenían edades com- prendidas entre los 14 y los 35 años. Hans dijo que las heridas que le dejaron los perdigones no le duelen. "Lo que duele es el hambre que está pasando la gente en mi país. Lo que duele son las bombas que le tiran a la gente por protestar", dijo. Y continuó, "prefi ero morir a vivir sometido por el actual régimen". El estado de ánimo de Hans, muy probablemente es similar al de la mayoría de los jóvenes en Venezuela. Hans y esos otros que cayeron como víctimas de la balas de los órganos policiales, y de las milicias del gobierno, arriesgan hasta su vida buscando cambiar el estado de cosas de su país. Hay muchos otros que jóvenes que han desistido de su lucha en el país y deciden emigrar. Un estudio del Departamento de Migraciones de la Universidad Simón Bolívar señala que, a fi nales del 2016, un 88 por ciento de los jóvenes profesionales venezolanos tenía intenciones de emigrar. "Me quiero ir" o "si puedo irme me voy", fueron las respuestas comunes. Iván de la Vega, director de la investigación asegura que los jóvenes prefi eren irse de cualquier modo antes que padecer la inseguridad y la escasez en su país. Los jóvenes que no han tenido la oportunidad de emigrar deben hacer esfuerzos por sobrevivir a la violencia reinante en el país. Según el estudio "Las muertes violentas de la juven- tud", del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), en 2016, más de 9 mil jóvenes entre 15 y 20 años murie- ron por la violencia. Esta cifra indica que 27 jóvenes, entre 15 y 20 años, murieron cada día en Venezuela. Lo más dramático es que la mitad de los victimarios de estos jóvenes tienen entre 20 y 24 años de edad. La juventud venezolana padece del fenómeno de la desesperanza. Esto explica la falta de miedo de Hans y de las víctimas de abril; la seria inten- ción migratoria de muchos jóvenes; y la sangre fría de los jóvenes victi- marios. El estudio del OVV asegura que en Venezuela se han reducido las oportunidades para que los jóve- nes puedan educarse y obtener un empleo. Han desaparecido las dos vías para la movilidad social. El informe de la OVV afi rma que existe una "brecha entre lo que el joven quiere y lo que puede alcanzar". La realidad que deben vivir los jóvenes venezolanos me sobrecoge. Venezuela es mi país. Allá tengo sobrinos, primos y seres queridos. Y no hago más que pensar en lo preocupado que estaría si mis dos hijos hubiesen tenido que enfrentar semejantes obstáculos. Yo me sumo al aplauso que buena parte de los vene- zolanos y la prensa mundial le han dado a Hans y los jóvenes que cayeron víctimas de las balas. Yo también le agradezco su gesto rebelde y valiente. Ellos encontraron la mejor manera de decir "ya basta". Columnista invitado Director Ejecutivo de El Comercio de Colorado. Venezolano. Politólogo e historiador. JESÚS SÁNCHEZ MELEÁN

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