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2 ABRIL 2017 | DENVER CATHOLIC EN ESPAÑOL Página del Arzobispo Columna del Arzobispo Exmo. Monseñor Samuel J. Aquila FOTO DEL MES ACTIVIDADES DEL ARZOBISPO 1 DE ABRIL: Misa de candidatos. Seminario St John Vianney. Centro St. John Paul II, 4 p.m. 6 DE ABRIL: Misa de Legatus. Reunión de capítulo de Denver. Centro St. John Paul II, 6:20 p.m. 9 DE ABRIL: Domingo de Ramos. Catedral Basílica Immaculate Conception, 10.30 a.m. 14 DE ABRIL: Celebración de la pasión del Señor. Catedral Basílica Immaculate Conception, 3 p.m. 15 DE ABRIL: Vigilia Pascual. Catedral Basílica Immaculate Conception, 8:15 p.m. 16 DE ABRIL: Misa de Pascua. Catedral Basílica Immaculate Conception, 10:30 a.m. 19 DE ABRIL: Misa de confi rmación. Parroquia Guardian Angels Denver, 7 p.m. 20 DE ABRIL: Misa de confi rmación. Centro católico St. Thomas Aquinas Denver, 7 p.m. 21 DE ABRIL: Misa de confi rmación. Parroquia Saint Joseph Golden, 5:15 p.m. 23 DE ABRIL: Misa de confi rmación. Parroquia St. Fraincis the Sales, 9 a.m. Periódico en español de la Arquidiócesis de Denver, 1300 S. Steele St., Denver, CO 80210. Teléfono 303-715-3219, Fax 303-715-2045, E-mail: elpueblo@archden.org DENVER CATHOLIC EN ESPAÑOL (USPS 024-042 / ISSN 1936-1122) is published monthly, except January, by the Archdiocese of Denver, 1300 S. Steele St., Denver, CO 80210, and printed by Prairie Mountain Publishing, LLP in Boulder. Periodical postage is paid in Denver, CO. SUBSCRIPTIONS: $ 12 a year in Colorado, $ 16 per year out of state. Postmaster, send address changes to: El Pueblo Católico, Circulation Dept., 1300 S. Steele St., Denver, CO 80210. Directora General KARNA SWANSON Editora CARMEN ELENA VILLA Jefe de Publicidad MICHAEL O'NEILL E N E S P A Ñ O L El arzobispo de Denver monseñor Samuel Aquila (izquierda) y el Obispo James Gonia (derecha) en la iglesia luterana Bethany de Cherry Hills Village, Colorado, estrechan su mano después de la conmemoración luterana – católica por los 500 años de la Reforma Protestante el pasado 19 de marzo. FOTO DE DANIEL PETTY Lecciones de Cuaresma del santo silencioso F ue un hombre de silencio y acción. A medida que vamos avanzando en el tiempo de Cuaresma, San José, el hombre reve- renciado como patrón universal de la Iglesia y "terror de los demonios" tiene mucho que enseñarnos. Para quienes viven en el mundo atiborrado de sonidos e imágenes, el silencio de San José puede ser des- concertante. Ninguna palabra suya está registrada en los Evangelios. Solo nos dicen que era un "hombre justo" (Mt. 1, 19). También sabemos que fue un hombre que confi ó mucho en Dios y obedeció su voluntad. Esto se hace evidente en el encuentro de San José con el ángel del Señor, quien se le apa- reció en un sueño y le dijo que tomará a María como su esposa. A pesar de cualquier consecuencia negativa que esto podría haber tenido para él en su comunidad, San José actuó inmedia- tamente según se le había ordenado. Meses más adelante, después que Jesús naciera y que los magos lo visitaran, un ángel se apareció nueva- mente a San José y le dijo: "Levántate, toma al Niño y a su madre y huye a Egipto, y quédate allí hasta que yo te diga; porque Herodes va a buscar al Niño para matarle" (Mt. 2, 13). Siendo aún de noche, José se levantó y huyó a Egipto con Jesús y María. La obedien- cia y los cuidados de José salvaron la vida de Jesús, ya que Herodes mandó matar a todo niño en la región que tuviera dos años o menos. Ahondando en nuestra conversión durante la Cuaresma, San José nos muestra tres cualidades que, con la ayuda de Dios, todos podemos buscar imitar. Él fue silenciosamente atento, obediente y fi rme. Y precisamente por esas tres virtudes es que se le con- sidera el "terror de los demonios". Recientemente, el cardenal Robert Sarah escribió un magnifi co libro titu- lado "El poder del Silencio". En él, el Cardenal explica que el silencio es una condición esencial para escuchar la voz de Dios, así como el silencio de San José le permitió escuchar a Dios en sus sueños. "El silencio es más importante que cualquier otra tarea humana", dice el purpurado, "pues manifi esta a Dios. La verdadera revolución viene del silencio; nos lleva hacia Dios y a hacia los demás, poniéndonos humilde y generosamente a su servicio". San Juan de la Cruz, refl exionando sobre el estado del mundo antes que fuera creado, dijo que "el primer len- guaje de Dios es el silencio". Si quieren incrementar su capacidad de escuchar la voz de Dios, entonces les reco- miendo que usen el resto de los días de Cuaresma como una oportunidad para cultivar el silencio, exterior e interior. Viendo las acciones de San José es evidente que, además de haber estado siempre atento a Dios, él confi ó pro- fundamente en el Señor. La confi anza es el cimiento sobre el cual se cons- truye la obediencia de los santos. Su obediencia fl uye de saber que Dios Padre solo busca su bien y que ellos pueden confi ar en Él. San José no fue una excepción: Una vez que escuchó las indicaciones de Dios, él obedeció porque confi aba en Él. Hay un maravilloso pasaje en el libro del profeta Jeremías que cap- tura muy bien esta actitud. Jeremías profetiza: "Bendito es el hombre que confía en el Señor, cuya confi anza es el Señor. Será como árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces junto a la corriente; no temerá cuando venga el calor, y sus hojas estarán verdes; en año de sequía no se angustiará ni cesará de dar fruto" (Jer. 17, 7-8). Si quieren crecer en obediencia durante esta Cuaresma, entonces esfuércense por crecer en su relación con Dios Padre. Confíen en Él y crean en su corazón que solo quiere vuestro bien. Refl exionen sobre la historia del Hijo Pródigo, preguntándose, '¿Qué hijo soy yo, el hijo pródigo o el hijo mayor resentido?' Y luego piensen en su oración sobre el amor generoso y siempre presente del Padre por uste- des. Pídanle al Padre que revele su amor personal y único por ustedes. Las últimas líneas de la bendi- ción de Jeremías nos dan una vívida imagen de la virtud de la perseve- rancia y resolución de San José en momentos de difi cultad. Vemos esta virtud en despliegue cuando se reúne con María y Jesús en medio de la noche y huye a Egipto, consciente del peligro, pero confi ando en Dios. Por encima de todo, vemos la consistencia y constancia de San José al aceptar su vocación de cuidar y ayudar a criar al hijo de Dios, así como de proteger a María, una responsabilidad verdade- ramente abrumadora. Él la acepta y abraza con gozo. Ser fi rme y consistente en una sociedad que difícilmente acepta los valores y creencias cristianas, es una verdadera necesidad en nuestro tiempo. Si estamos conectados a la gracia de Dios a través de los sacra- mentos y la oración diaria, entonces no daremos signos de angustia en nuestro mundo tan árido, sino que daremos fruto. Cada uno de nosotros está llamado por Dios a ser santo en nuestras circunstancias concretas. Esta Cua- resma los animo a seguir el ejemplo de San José y esforzarnos por crecer en atención y sensibilidad ante la voz de Dios, obediencia a su voluntad, y perseverancia en llevarla a cabo. Que San José, patrono de la Iglesia universal, ruegue por nosotros y nos ayude a crecer en santidad en esta Cuaresma.

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