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EL PUEBLO CATÓLICO DICIEMBRE 2016 7 Publicidad HABLANDO DE SALUD CON CREA RESULTS Cuidado con lo que come en estas fechas. Su salud es primero Por Germán González-Flores Estamos ya sintiendo y preparán- donos para los eventos festivos de lo que nos queda este 2016. Posible- mente estemos visualizando un as- pecto que nos hace sentir bien, como es el arte de dar regalos. A veces nos enfocamos tanto en lo material que nos olvidamos de cosas importantes como son nuestra salud, cuidarnos en fechas donde suele haber en abundancia comida, bebidas. Por ello en ocasiones sufrimos un descon- trol que rompemos con hábitos que con mucho esfuerzo hemos cuidado como caminar, comer de manera saludable, entre otros. Realmente ya estamos con el calor festivo que dio inicio desde el Día de Acción de Gracias hasta terminar la presentación del Niño Jesús, el 2 de febrero de 2017-. Y no está mal participar en reunio- nes, probar la comida de la tía, de las reuniones familiares, pero debe- mos hacerlo con moderación, con responsabilidad, especialmente para aquellas personas que sufren de algu- na enfermedad seria, como lo son la diabetes, el colesterol, entre otras. ¿Realmente hemos puesto en una balanza nuestra salud? ¿Tomamos conciencia de lo que comemos y be- bemos? ¿Qué tanto cuidamos nuestro corazón? Dentro de los talleres educativos e informativos de CREA Results, siempre se busca que los participan- tes aprendan a guiarse con hábi- tos saludables, y uno de ellos es la alimentación, ya que si se cuida este aspecto se pueden evitar enferme- dades. Es cierto, hay muchos facto- res que ayudan a que una persona enfrente un mejor estilo de vida, en donde entre los factores que hay que cuidar, además del alimenticio, son el emocional, el ambiental y el genético. Así que, en este período de fi estas, tenga cuidado con esos tamalitos, el pozole o los taquitos. No son malos, de hecho, son deliciosos, pero si se padece de una enfermedad crónica como las que citamos líneas arriba, hay que tener mucho cuidado, pues pueden desencadenar ciertos proble- mas cardiacos que pueden alterar el rumbo de nuestra vida. Según leía en un artículo, cada año, alrededor de 715 mil estadounidenses tienen un ataque al corazón y alre- dedor de 600 mil personas mueren a causa de enfermedades cardíacas, tanto hombres como mujeres. Ya ve la importancia de cuidar lo que come, lo que bebe. Las fechas festivas las tenemos cada año, pero no podemos garanti- zar cada año que nuestra salud siga bien, si nosotros no la cuidamos. Hay que trabajar en hábitos que no son complicados, como ir a correr, a trotar o caminar en las áreas verdes que hay en nuestra comunidad. Aún en época de frío se puede trabajar en ello. Si es con la familia, mucho mejor, ya que no sólo se trabaja en todos estos aspectos, sino también se está fortaleciendo los lazos familiares y alimentando a nuestro espíritu, creamos una atmósfera de felicidad. Disfrute de los suyos en estas fi es- tas, coma con prudencia; no rechace la comida que le invitan, pero no abuse y más si se trata de mucha grasa. Tenga cuidado al beber. Lo importante es convivir, disfrutar de ello, seguir cuidando lo más sagrado que es su salud y si de propósitos se refi ere… ¿Ya hizo los suyos? Por Carmen Elena Villa Tuve la bendición de viajar hace poco a Tierra Santa con mis hermanas de la Fraternidad Mariana de la Reconciliación y con un grupo de peregrinos de de diferentes lugares de Es- tados Unidos. Estaba liderada por el profesor Edward Sri del Agustine Institute de Denver, un gran conocedor de la Biblia y de Tierra Santa. Se trató de una peregrinación mariana en la que recorrimos cada uno de los escenarios de los 20 misterios del Santo Ro- sario. En cada lugar había una meditación sobre este momen- to de la vida de Jesús. También rezábamos el denario corres- pondiente a este misterio. En muchos de estos sitios tuvimos media hora para la oración personal. Fue una bendición estar en las orillas del Mar de Galilea y saber que allí Jesús tantas veces predicó, que caminó sobre las aguas y calmó de manera mila- grosa, una tempestad que casi los hace perecer. Allí, la canción "Pescador de hombres" cobra un signifi cado especial pues fue en este lugar donde Jesús eligió a los apóstoles. Donde no buscó "ni a sabios ni a ricos". Otro lugar signifi cativo es Na- zaret y la Basílica de la Anuncia- ción donde se encuentran las ruinas de la casa de María, esce- nario de su diálogo con el ángel Gabriel. Allí hay una inscripción que dice "El Verbo se hizo carne aquí". Es conmovedor saber que en aquella casita de Nazaret la respuesta libre de una doncella cambió para siempre la historia. Subimos también al Monte de las Bienaventuranzas donde Jesús pronunció aquel sermón revolucionario en el que nos ex- horta a ser pequeños, humildes, puros de corazón. Donde nos pide amar a nuestros enemi- gos, eliminar nuestro deseo de venganza y vencer el mal con el bien. Fuimos al Monte Tabor donde Jesús se transfi guró ante sus dis- cípulos amados, Pedro, Santiago y Juan y les mostró un pedacito de cielo. También como ellos yo quería decir: "Señor, bueno es estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres tiendas..." (Mt. 17, 4). La segunda parte de nuestro viaje fue Jerusalén y sus alrede- dores. De camino pasamos por el Río Jordán donde Jesús fue bautizado. Allí renovamos nues- tras promesas bautismales y le di gracias a Dios por haber recibido con un mes de nacida el sacra- mento que me hizo hija de Dios. Llegamos después Ein Karem, lugar donde María visitó a su prima Isabel ¡Solo estando allí te das cuenta de cuánto tuvo que andar la Virgen, comen- zando su embarazo, para servir a su prima! Tenía razón San Lu- cas cuando describió este lugar como una "región montañosa" (Lc. 1, 39). Y ves al frente tuyo las montañas las que tuvo que atra- vesar María, caminando o en burrito, para llegar a su destino. Un lugar para preguntarnos có- mo estamos viviendo el servicio con los demás. Al día siguiente (viernes, lo cual fue muy signifi cativo) tu- vimos la bendición de rezar el Vía crucis de madrugada en la Vía Dolorosa y de hacer el mis- mo recorrido que hizo Jesús de camino al Monte Calvario para ser crucifi cado. Fue muy con- movedor rezar en basílica del Santo Sepulcro donde estuvo clavado Jesús en el madero de la cruz. Un momento para pedirle perdón por todas aquellas veces que también lo crucifi camos con nuestro pecado. El ultimo día estuvimos en el monte de los Olivos, donde Jesús ascendió al cielo y donde lloró por Jerusalén. Aquí te en- cuentras con ese Jesús que ama a su patria y sufre por el confl icto y la división que durante siglos ha marcado su tierra. Luego ba- jamos por el mismo camino que Él recorrió en su entrada a Jeru- salén el Domingo de Ramos y llegamos al huerto de Getsema- ní: escenario del dolor y el temor de Jesús antes de ser crucifi cado. Un momento para ofrecerle al Señor los propios sufrimientos y decir, como Él lo hizo con el Padre: "No se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lc. 22, 42). Belén fue nuestro último des- tino. Estuvimos en el campo de los pastores. Fue hermoso ver que los más sencillos y humil- des fueron los primeros en con- templar a Dios hecho niño lue- go de subir presurosos a Belén tras el anuncio del ángel. Como ellos, subimos a la basílica de la Natividad, ubicada en la plaza de Belén para poder contemplar el lugar de nacimiento de Jesús. Viajar a Tierra Santa es algo que marca la vida. Los escena- rios descritos en la Biblia se ha- cen palpables. Por algo el Papa Benedicto XVI llama a esta tie- rra "el quinto evangelio". Es un momento de encuentro con la humanidad e historicidad de Jesús. Son lugares donde se percibe la piedad, la gracia y la oración, pero también el dolor de una tierra tan dividida como son los estados de Israel y Pa- lestina. Dentro del dolor de la división resulta hermoso ver el testimonio de muchos cristia- nos que viven en allí, en medio de la persecución, pero con una actitud valiente y perseverante. Le doy gracias a Dios por haber estado en la Jerusalén terrenal y le pido que este sea un escalón más para mi patria defi nitiva: La Jerusalén celestial en la cual me encontraré un día cara a ca- ra con Él. De viaje a la tierra de Jesús FOTO DE SEITADI La Vía Dolorosa que conduce a la basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén. Lugar donde Jesús fue clavado en la cruz, donde fue sepultado y resucitó al tercer día. FOTO DE TED SRI Los peregrinos del grupo de Ted Sri en el Monte de los Olivos. Detrás se puede apreciar la ciudad de Jerusalén.