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EL PUEBLO CATÓLICO SEPTIEMBRE 2016 6 NUESTRA Visita FirstBank para todas tus necesidades bancarias: • Cuenta de cheques y ahorros • Tarjetas de crédito para uso personal o comercial • Banca por internet • Préstamos residenciales y comerciales • Centro de atención telefónica personal 24/7, y mucho más! Jesus Ornelas NMLS: #1080484 4350 Wadsworth Blvd. Wheat Ridge, CO 80033 303.456.2199 Felipe Bedon NMLS: #1229185 10403 West Colfax Ave. Lakewood, CO 80215 303.235.1120 Claudia Castillo NMLS: #566260 550 S. Wadsworth Blvd. Lakewood, CO 80226 303.742.3002 Cristal Corral Macias NMLS: #1283008 2300 S. Havana St. Aurora, CO 80014 303.696.2911 efirstbank.com/espanol Miembro FDIC TU IGLESIA TE RESPONDE Esta es la pregunta de la lectora Marta Cazenave, quien se contactó con nosotros a través de la página web www.elpueblocatolico.com E l problema del mal ha sido por mucho tiempo un obstáculo. Sa- bemos que Dios es bueno y que es todopoderoso. Sin embargo, también sabemos que el mal existe. A un Dios bueno y amoroso no le gustaría que existiera el mal. Un Dios todopoderoso sería capaz de erradicar el mal. ¿Podríamos imaginar un mundo sin el mal? Entonces no estaríamos presentes en él, porque los seres humanos somos imperfectos y peca- minosos. Y aquí entra la cuestión del libre albedrío. Sin el libre albedrío, no seríamos personas sino títeres de Dios. No podríamos amar a Dios en verdad. Debido a que Él desea tener una rela- ción real con nosotros que implica una elección voluntaria, entonces tenía que permitir que existiera el mal. Cabe hacer la distinción entre permitir el mal y querer que el mal suceda. Dios no desea el mal pero es necesario permitirlo para que el hom- bre pueda desarrollarse en la virtud. Por supuesto que Dios pudo crear un mundo sin que existiera lo malo, pero Dios sabía que un mundo limitado en su libertad sería un mundo inferior porque las virtudes son defi nidas por lo opuesto a ellas. Una persona puede ser humilde solo si el orgullo se ante- pone. Y ser humilde implica también la posibilidad de ser orgulloso. Es en esta lucha de carácter donde peleamos para dejar el orgullo, que somos formados. Podemos decir que Dios todavía podría darnos libre albedrío y al mismo tiempo prevenir las consecuencias del mal. Podemos querer que Dios intervenga en el caso de asesinato o violación. Pero ¿quere- mos que Dios intervenga en el caso de nuestra propia idolatría? Todo pecado es una ofensa a Dios, y nos separa de Él. Si Dios fuera a intervenir y evitar el mal, Él tendría que eliminarnos a nosotros. Además, si Dios fuera a eliminar todas las consecuencias ne- gativas de nuestros actos, ¿tendríamos realmente libre albedrío? En esencia, Dios no quiere el mal pero lo permite, porque Él desea una relación con nosotros. Somos peca- dores. Con los pecadores vienen cosas malas. Pero ¡gracias al Señor que nos ha redimido! No es necesario vivir en la esclavitud de nuestras inclinaciones pecaminosas, aunque todavía lucha- mos contra nuestros malos deseos. Sí, vivimos en un mundo de pecado sobre el que Satanás tiene dominio. Los creyentes no son inmunes a las consecuencias del mal ¡Pero Jesús ha vencido! Dios es fi el para redimir el mal que sucede en nuestras vidas. La historia de José en el Antiguo Tes- tamento, es una de gran ejemplo de re- dención. Siendo vendido como esclavo por sus hermanos y luego convertido en un protagonista importante en el gobierno egipcio, José más tarde salvó a la nación y dijo a sus hermanos: "Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente" (Gn 50,20). Dios algunas veces permite el sufrimiento con el objetivo de desa- rrollar algo mejor. Dios permite el mal, sí, pero tam- bién algunas veces lo detiene. Debido a que Dios es bueno, solo lo que se puede redimir y que puede conducir al bien está permitido. Claro que muchas veces pensamos que esto es más de lo que podemos soportar. Pero sabemos del carácter de Dios. Él es un Dios de justicia y de amor. El mal no quedará sin redención. Tampoco el pueblo de Dios que sufre a manos de los demás quedará sin socorro. También, hay que recordar que un día Dios erradicará el mal. Actual- mente está esperando con paciencia que más personas se vuelvan a Él y sean salvos. Pero un día, Satanás será arrojado al lugar del fuego por toda la eternidad. Agradecemos a monseñor Jorge de los Santos por responder a esta pre- gunta. Si tiene alguna duda escriba a elpueblo@archden.org o mándenos un mensaje a nuestro sitio en Facebook. Si Dios existe, ¿por qué permite el mal en el mundo? FOTO DE ADOBE STOCK A la derecha

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