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EL PUEBLO CATÓLICO AGOSTO 2016 2 Atesorando a nuestros jóvenes ¿ Pueden imaginarse a un mar de dos millones de per- sonas reunidas en un mis- mo campo, unidas en oración y en la fe a Jesucristo y energi- zadas por los encuentros entre ellos? Esta fue la escena en la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia, Polonia. Si usted asistió o la vio por televisión, pudo ver que la fe y la esperan- za están vivas en la gente joven alrededor del mundo. En la ceremonia de inaugura- ción de su pontifi cado, el Papa San Juan Pablo II capturó bien esto cuando dijo a los jóvenes: "Ustedes son el futuro del mun- do, ustedes son la esperanza de la Iglesia, ustedes son mi esperanza". Esa es la razón por la que he ido a todas las Jornadas Mun- diales de la Juventud desde Toronto 2002. En Cracovia he recordado cuán importante es para mí como obispo alentar ese encuentro gozoso con Cristo, desafi ar a los jóvenes a vivir el Evangelio, y apoyarlos en su en- cuentro con el Señor. En el mundo de hoy, la diferencia entre los valores promovidos a los jóvenes y aquellos dados por Cristo es clara. Cuando el año pasado se reunió con los jóvenes en Roma, por la Jornada Mundial de la Juventud a nivel diocesano, el Papa Fran- cisco resaltó aquellos mensajes claramente contrastantes. "Queridos jóvenes", dijo el Papa, "en la cultura de lo pro- visional, de lo relativo, muchos predican que lo importante es 'disfrutar' el momento, que no vale la pena comprometerse para toda la vida, hacer opcio- nes defi nitivas, 'para siempre', porque no se sabe lo que pasa- rá mañana". En vez de sucumbir ante la cultura prevalente, el Santo Padre urgió a los jóvenes a ser "revolucionarios", a que vayan contracorriente y que se "atrevan a ser felices. Les pido que se rebelen contra esta cultura de lo provisional, que, en el fondo, cree que ustedes no son capaces de asumir responsabilidades, cree que us- tedes no son capaces de amar verdaderamente". Hoy no escuchamos lo sufi ciente acerca de las buenas cosas que Dios está haciendo. Pero cuando estás en la Jornada Mundial de la Juventud, la rea- lidad que Él está obrando en los corazones de muchos jóvenes es tremendamente visible. No hay otra forma de explicar las gozosas, pacífi cas e inspirado- ras historias que oímos cuando los jóvenes regresan a casa sobre cómo actúa la gracia. Pero para que esas historias continúen después de la Jor- nada Mundial de la Juventud, nuestros jóvenes tienen que ser apoyados y alentados. La salud futura de nuestra Iglesia y de la sociedad depende de jóvenes valientes que estén dispuestos a rechazar las ideas destructi- vas promovidas por la sociedad secular y que se encuentren con Jesús a través de la oración, las Escrituras, los sacramentos y en la vibrante amistad centra- da en Cristo. El encuentro con Jesús en Polonia capaz de cambiar vidas, no puede ser el fi nal del recorrido cristiano; de hecho, para muchos de nuestros jóve- nes, éste ha sido el comienzo. Y depende de nosotros- usted y yo- recibir a nuestros jóvenes cuando regresen de la cima de la montaña y enseñarles a través de nuestras oraciones y nuestras vidas cómo integrar ese nuevo comienzo con ser discípulos de Cristo por toda una vida intensa. Es esencial que nos preguntemos: ¿Cómo puedo alentar a los jóvenes católicos que conozco a profundizar en la expe- riencia que tuvieron en Cracovia de Cristo y de su Iglesia? Y si los jóvenes que conoces no pudieron ir a la Jor- nada Mundial de la Juventud, entonces busca maneras de ayudarlos para que conozcan a Cristo y tengan la experiencia de gozo de encontrar a otros que están vivos en su fe. Hemos ya pasado la mitad de camino del Jubileo del Año de la Misericordia, y esta Jornada Mundial de la Juventud se llevó a cabo bajo el patronato de dos santos de la misericordia- San Juan Pablo II y San Faustina- con el lema: "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia". Por favor únanse a mis ora- ciones a través de la poderosa intercesión de estos dos santos de la misericordia, para que los jóvenes sigan experimentando la misericordia del Padre, y ten- gan el valor de rechazar la falsa libertad presentada por una cultura que no conoce a Jesús como Señor. Recemos para que toda la gente alrededor del mundo, encuentre la miseri- cordia del Padre revelada en el rostro de Jesús y puedan llegar a ser misericordiosos como nuestro Señor. POR EL EXMO. MONSEÑOR SAMUEL J. AQUILA El Pueblo C A T Ó L I C O El Pueblo Católico (USPS 024-042 / ISSN 1936-1122) is published monthly by the Archdiocese of Denver, 1300 S. Steele St., Denver, CO 80210, and printed by Prairie Mountain Publishing, LLP in Boulder. Periodical postage is paid in Denver, CO. Subscriptions: $ 12 a year in Colorado, $ 16 per year out of state. Postmaster, send address changes to: El Pueblo Católico, Circulation Dept., 1300 S. Steele St., Denver, CO 80210. Directora General: Karna Swanson Editora: Carmen Elena Villa EL PUEBLO CATÓLICO, periódico en español de la Arquidiócesis de Denver, 1300 S. Steele St., Denver, CO 80210, Teléfono 303-715-3219, Fax 303-715-2045, E-mail: elpueblo@archden.org Por Carmen Elena Villa Cracovia es la ciudad polaca que fue testigo de la santidad de Juan Pablo II, Sor Faustina Kowalska y cuna de la devoción a la Divina Misericordia. Esta fue la sede de la Jornada Mun- dial de la Juventud que se llevó a cabo del 27 al 31 de julio. ¿Los invitados? Jóvenes con- vencidos de que la vida cris- tiana es la mejor aventura ¿El motivo? Un encuentro con el Papa Francisco ¿El número? Un millón y medio de chicos y chicas ¿los eventos? Jornadas de catequesis, un vía crucis, una vigilia, la Misa fi nal y mu- chos momentos de compartir y celebrar juntos. Los jóvenes participaron así de una fi esta llena de alegría auténtica. Llegaron de 128 paí- ses. Se les veía caminando y bailando por las calles, cantan- do, alzando banderas, pancar- tas, intercambiando recuerdos del propio país. Sobresalían la fraternidad y la solidaridad. Estuvieron ausentes el alco- hol, las drogas y las peleas callejeras. El 30 de junio el enor- me Campus Misericordiae de Cracovia fue testigo de una vi- gilia que combinó la oración, la refl exión, y la celebración. Los jóvenes también pudie- ron apreciar el arte con una obra de teatro cuyo eje princi- pal fue la vida de Santa Faus- tina, que mostraba el drama de la soledad y aislamiento en que viven muchos jóvenes y la valentía de quien se atreve a seguir el llamado de Cristo en medio de tantos sucedáneos. Tocados por la misericordia Antes del discurso del Papa, jóvenes provenientes de dife- rentes continentes compartie- ron ante el inmenso público sus historias: Rand Mittri lle- gó desde Alepo – Siria: "Es un sentimiento difícil y doloroso saber que se está rodeado por la muerte y la matanza, y que no hay forma de escapar, que nadie ayuda", dijo conmovida esta joven de 25 años. Viajó a Cracovia con una delegación de 21 jóvenes valientes del Me- dio Oriente. Y ante la pregunta de dónde está Dios en estos momen- tos, Mittri respondió: "Vemos la presencia de Dios cuando vemos a un niño que ayuda a tener agua, vemos a Dios en aquellos que trabajan y se arriesgan por otros, vemos a Dios en padres que no se rin- den y son capaces de darles ali- mentos a sus hijos", dijo. "He aprendido que mi fe en Cristo supera las circunstan- cias de la vida. Esta verdad no está condicionada a vivir una vida de paz que esté libre de difi cultades", aseguró la joven siria. Luego habló Miguel, Para- guayo. Fue drogadicto, come- tió varios delitos, estuvo dos veces en la cárcel. Pero decidió rehabilitarse y luego acercarse a Dios. Hoy ayuda a que otros también dejen la vida de vicio y sicariato. El mal que hizo se transformó en perdón y solida- ridad. No solo para sí mismo sino para aquellos que quieran salir de esta problemática. El último testimonio fue el de Natalia Wrzesien, Polaca. Vivía una vida vacía y trató de Cracovia 2016, contra la "felicidad del sofá" El Campus FOTO DE ALAN HOLDREN/CNA

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