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EL PUEBLO CATÓLICO MAYO 2016 8 Pentecostés y Espíritu Santo en 2546 Federal Blvd., Denver, CO 80211 303-433-9999 6211 W. Alameda Ave., Lakewood, CO 80226 303-274-4885 El Centavito 4344 Federal Blvd. Denver CO 80211 303-455-1213 Joyería fina de oro y plata. Ropa Vaquera Libros católicos y espirituales. Reparaciones de joyería. Compramos oro usado y pesos mexicanos. El mejor tipo de cambio en todo Colorado. EXISTEN MUCHAS MANERAS DE EXPRESAR EL AMOR… Ven a visitarnos y has especial este DIA DE LA MADRE Ganadora del premio "la mejor tienda vaquera de Colorado" ¡Visítenos y compruébelo! Inolvidables Días 11 166 South River Rd, Suite 110, Bedford, NH 03110-6928 800-653-0017 canterburypilgrimages.com/reservations@canterburypilgrimages.com Acompañe al padre Benito y la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe- 303-477-1402 Ext. 23 Canonización de José Luis Sánchez del Río Por Carlos Alberto Escobedo Gaytán "El viento sopla donde quiere y tú oyes su silbido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Lo mismo sucede al que ha nacido del Espíritu" (Jn 3,8). Cristo ya había anunciado a sus discípulos la llegada del Es- píritu Santo Paráclito. "Yo rogaré al Padre y les dará otro intercesor que permanecerá siempre con ustedes. Este es el Espíritu de verdad que el mundo no puede recibir porque no lo ve ni lo co- noce. Pero ustedes saben que el permanece con ustedes y estará en ustedes" (Jn 14,16-17) Cincuenta días después de la Pascua, el domingo de Pen- tecostés, el Espíritu se apodera del cenáculo, un viento huraca- nado sopla en torno, aparecen unas lenguas como de fuego y los apóstoles fueron transformados de hombres débiles y tímidos en valientes proclamadores de la fe; los necesitaba Cristo para difun- dir su Evangelio por el mundo, así como Él nos sigue necesitan- do para llevar el amor verdadero a nuestros semejantes. El Espíritu Santo nos precede y es quien despierta en nosotros la fe; viene en ayuda de nuestra debilidad y de manera especial en la oración. "…No sabemos cómo pedir ni qué pedir, pero el Espíritu lo hace por nosotros, con gemidos inefables" (Rom 8, 26). El Espíritu es, pues, aquél que derrama el amor de Dios en los corazones humanos de for- ma sobreabundante y hace que podamos tomar parte en este amor. Su acción transformado- ra sigue en nuestros días afec- tando positivamente la faz de la tierra: es Él quien guía nuestros pasos cuando decidimos adherir nuestra voluntad a la voluntad de Dios y realizar la misión apostó- lica que Cristo mismo comenzó con sus discípulos. Pero para que este cambio, esta revolución de amor suceda, el espíritu huma- no necesita tener conciencia de la filiación divina; en otras pa- labras, el ser humano, todos los hombres y mujeres tenemos que vivir una verdadera vida de hijos de la adopción divina. El Espíritu Santo hace que en este mundo exista la fe, la espe- ranza y sobretodo el amor. ¡No te dice que algo bueno vendrá! Nos da la certeza de que lo mejor es- tá ocurriendo en este momento. Hace, por su acción pacificadora, que tengamos paz incluso en la tormenta. Su acción liberadora y sanadora nos libra de esos dos días que tanto daño hacen al mundo actual y que nunca exis- tirán y nunca han existido: ayer y mañana. "Pero no se acuerden más de otros tiempos, ni sueñen ya más en las cosas del pasado" (Is 43, 18). "No se preocupen por el día de mañana, pues el mañana se preocupará por sí mismo" (Mt 6, 34). Él nos otorga la sabiduría para darnos cuenta de que lo único que tenemos es el día de hoy: "¡Este es el día que ha hecho el Señor, gocemos y alegrémonos en él!" (Sal. 118, 24). ¡No tenemos más que este día! Y así tomamos conciencia de que nuestra vocación como cristianos por voluntad de Dios es estar siempre alegres, orar sin cesar y dar gracias a Dios en todo