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EL PUEBLO CATÓLICO ABRIL 2016 11 Por Aaron Lambert Fue una poderosa solemne escena en la sede de Planned Parenthood en Stapleton la mañana del sábado 5 de marzo, cuando el Arzobispo Samuel J. Aquila presidió una procesión eucarística a la que asistie- ron 1.800 católicos dándole la vuelta siete veces al centro abortista por más de una hora con silencio y oración. "Fue verdaderamente un momento de gracia, un mo- mento de bendiciones, un mo- mento de oración al Señor en el que muchos corazones han podido ser cambiados", dijo el Arzobispo Aquila. "Fue mara- villoso ver cuánta gente vino al evento". "El Arzobispo anunció la in- tención de presidir esta pro- cesión a mediados de febrero y la respuesta fue altamente positiva", dijo Karna Swanson, directora ejecutiva de comuni- caciones de la Arquidiócesis de Denver. "Nosotros preparamos una página web con una invitación directa y puntual para que las personas vinieran y rezaran con el Arzobispo e inmediata- mente la gente empezó a darle las gracias al Arzobispo por es- ta iniciativa", afirmó Swanson. "Sin gritos ni discusiones", el sitio web de la Arquidiócesis de Denver describió el evento. "Solo oración y un fuerte testi- monio del amor y de la miseri- cordia de Dios". Para garantizar el carácter sagrado de la procesión euca- rística, la oficina arquidioce- sana de liturgia veló por el ca- rácter sagrado de la procesión eucarística y organizó la logís- tica del traslado la Eucaristía a aquel lugar. Además, ofreció li- bros de oración a todos los que estuvieron allí presentes. Antes de que la procesión comenzara, el padre Scott Bai- ley exhortó a los allí presentes a enfatizar la importancia del silencio: "El silencio es parte esencial de esta procesión al unir nuestras voces con aque- llos que han sido silenciados por el aborto", dijo. Estudiantes del seminario St. John Vianney entonaban him- nos y oraciones cada vez que la procesión pasaba alrededor de la entrada del edificio del centro abortista. También ayu- daron a controlar el flujo de las multitudes. "Honestamente, estábamos esperando entre 500 y 800 personas", dijo Swanson. "Es- te número se multiplicó por tres, lo cual fue para nosotros un desafío logístico pues 1.800 personas no suelen caber en las aceras de las calles de la ciudad". "Queríamos asegurarnos de que todo el que quisiera parti- cipar pudiera hacerlo, pero no queríamos que el departamen- to de la policía encontrara ra- zones para cancelar el evento". Aunque la procesión rebasó las calles, los oficiales de la po- licía presentes se aseguraron de que el evento no impidiera el tráfico ni la libre circulación de los vehículos. "El trabajo en equipo fue maravilloso, entre los semi- naristas, el grupo de ciclismo A.M.D.G. (Ad Majorem Gloria Dei, para la mayor gloria de Dios), los oficiales de la policía y los participantes", dijo Swan- son. "Era obvio que estábamos allí para orar y eso hicimos: casi todos los aquí presentes tenían su rosario en la mano y, entre la multitud, rezaban juntos en grupos pequeños. Definitivamente el Cielo con nuestras oraciones". Testimonios de participantes En la procesión participaron familias con niños pequeños, así como algunas religiosas: En- tre ellas las Nashville Domini- cans (Domiunicas de Nashville), las Sisters of Life (Hermanas de la Vida) y las Missionary Sisters of St. Charles Borromeo (Misio- neras de San Carlos Borromeo). La familia Martínez de la parroquia Saint Augustine en Brighton fue una de las tantas que participó de la procesión. Jaime Martínez, junto con su esposa, sus hijos y sus suegros, estuvo presente para orar por la eliminación del aborto. "Vinimos para darle voz a los niños no nacidos que son abor- tados cada día aquí y para orar por aquellas madres que están pensando en abortar a sus hi- jos, para que puedan pensar de manera distinta y escoger así una opción diferente". Luego agregó: "Fue muy conmovedor ver tanta gente uniendo fuerzas para promo- ver el movimiento pro-vida. Ojalá podamos ver más perso- nas en el futuro". Por su parte, Sam y Amber Bittner asistieron con sus dos hijos, Mateo y Evelyn y sus ca- misetas combinadas que de- cían "Respect" y "Life" ("Respe- ta" y "La Vida")Esta familia que sigue creciendo – ya que Am- ber está esperando su tercer hijo – se vio motivada a asistir para "traer algo de alegría". "Necesitamos traer alegría a esta situación y demostrar que nos importan ellos y que los amamos", dijo Sam, "y no solo decir 'estás equivocado'". "Vinimos como testigos para nuestros hijos", agregó Amber. "Queremos mostrarles que es realmente importante estar involucrados y orar por todos aquellos que estén tomando las decisiones y también por sus bebés". Este artículo fue publicado originalmente en el Denver Catholic. Planned Parenthood, rodeado de oración por casi 2.000 personas Ser semejantes a Jesucristo es el ideal de todo cristiano S an Pablo en su carta a los Romanos nos dice: "Pues a los que de antemano conoció, también los predes- tinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera Él el primogénito entre muchos hermanos". Es el trabajo del Espíritu Santo: producir el carácter de Cristo en cada uno de nosotros, es decir, nos hace más y más parecidos a Jesús a medida que somos transfor- mados a la gloriosa imagen del Señor. Este proceso de cambio para ser más como Jesús se llama santificación. Uno no puede hacerse semejante a Jesús por uno mismo aunque nos lo propongamos con las mejores intenciones. Es solo el Espíritu Santo el que tiene poder para realizar en nosotros la conversión, el que hace posible que no seamos ya nosotros los que vivamos sino que Cristo viva en nosotros. Sin embargo, el he- cho de que el Espíritu de Dios nos transforme en semejanza a Cristo no significa que podamos sen- tarnos, cruzar los brazos y ser llevados al cielo. El proceso exige nuestra cooperación voluntaria con el Espíritu Santo. Llegar a ser más como Cristo requiere tanto el poder divino como también nuestra participación en el cumplimiento de las respon- sabilidades humanas. El crecer cada vez más a la semejanza de Jesús debe ser el propósito central en nuestra vida. Tiene que ser el centro a todas nues- tras actividades, nuestro estilo de vida, nuestras relaciones, nuestra espiritualidad. Frecuentemente, el poder del Espíritu Santo se desenvuelve en nuestra vida en una forma silenciosa, en imperceptibles formas de las cuales a veces ni nos damos cuenta o senti- mos. Para eso debemos pasar tiempo con Él en oración, seguir y aplicar sus enseñanzas, seguirle a Él porque Él tiene un camino único para nosotros. Él nos guía por el camino en que debemos andar. La imagen del Hijo de Dios se marca sobre todos los hijos de Dios cuando somos adoptados en el Bautismo, adoptados en la familia de Dios. El Espíritu Santo da la vida espiritual y nos hace partícipes de la naturaleza divina. El "hombre nuevo" es a imagen y semejanza de Cristo. El hombre nuevo es la obra de Dios nacido del Espíritu y tiene el Espíritu de Cristo morando en él. La meta de Dios es para el creyente ser "conformes" a lo que hoy es verdad de Jesús. El Espíritu Santo está obrando en el creyente para transfórmalo en la semejanza de Cristo quien no tiene pecado. El hombre ex- terior está siendo transformado por el hombre interior que está en la semejanza de Cristo. So- mos conformados a la imagen de Cristo en la santidad. De tal forma, los pensa- mientos de Dios deben ser nuestros pensamientos. Los pensamientos que Dios tiene sobre nosotros son preciosos y se multiplican. El salmo 139 nos dice que hagamos nuestros los pensamientos de Dios. Es decir, que debemos apropiar- nos de los maravillo- sos pensamientos del Señor y pensar como Él. El profeta dijo: "tus pensamientos no son mis pensamientos, tus caminos no son los míos". Eso significa que debemos ha- cer nuestros los pensamientos del Señor para poder caminar en bendición. Dios piensa bien de nosotros: tomemos esos pensamientos y hagámoslos nuestros. Si tan solo pensáramos y actuáramos como Jesús; si Sus prioridades gobernaran nuestras acciones; si su pasión dictara nuestras decisiones y su amor dirigiera tu compor- tamiento; si tratáramos a los menos privilegiados como personas importantes; si no tu- viéramos enemigos y a los que nos hacen el mal les tratáramos con más gracia y misericordia; si actuáramos sin temor hacia lo que hoy le tememos; todo esto nos enriquecería como personas. El actuar como Jesús definitivamente cambiaría nuestras agendas, nuestras obligaciones, nuestros com- promisos, nuestras salidas y nuestras citas. Si a Jesús le diéramos el control de nuestra vida, de nuestros pensamien- tos, de nuestros sentimientos, de nuestras acciones, si permi- tiéramos que el Espíritu Santo nos transformara a imagen de Jesús, esto nos llevaría a ser los hijos que Dios quiere que seamos, a semejanza de su Hijo Jesucristo. ESPIRITUALIDAD POR MONS. JORGE DE LOS SANTOS FOTOS DE ANDREW WRIGHT Los alrededores de Planned Parenthood se convirtieron en un lugar de oración el pasado 5 de marzo.