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EL PUEBLO CATÓLICO OCTUBRE 2015 2 Luces en la oscuridad C uando entré en el proce- sional de la parroquia St. Mary Magdalene, me llené de gratitud por las seis herma- nas de la comunidad Sisters of Life (Hermanas de la vida), quienes estaban allí sentadas y rodeadas por los fi eles. "Probablemente se habrán dado cuenta", dije a las her- manas, "que la gente no está acostumbrada a ver religiosas con hábito, por no hablar de que no están acostumbrados a ver religiosas jóvenes". En este año de la Vida Consagrada, la llegada de las comunidades Sisters of Life y de las misione- ras de San Carlos Borromeo a la Arquidiócesis de Denver, representan un don y un signo de esperanza para nosotros, lo mismo que las congregaciones que han estado presentes aquí durante décadas. Ellas nos muestran visiblemente que las verdades de la fe son dadoras de vida, aunque la sociedad nos indique lo contrario. En 1975 el beato Papa Pablo VI obser- vó astutamente: "El hombre contempo- ráneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan, o si escuchan a los que enseñan, es porque dan testimonio"( E- vangelii Nun- tiandi, 41). Lo que era cierto en 1975 es más cierto hoy, como puede verse por las reacciones a tantos gestos del Papa Francisco. Cuando nosotros nos enamoramos realmente de Jesucristo, le entregamos toda nuestra vida, lo experimen- tamos en los sacramentos y conocemos la alegría de vivir en comunión con otros que lo aman, no podemos dejar de ser como Él y de convertir- nos en sus testigos. Y la gente tiene hambre de ver discípulos auténticos. En el evangelio de San Lucas, Jesús usó un ejemplo para describir la generación de su tiempo y ese ejemplo tam- bién puede aplicarse hoy: «Se parecen a los chiquillos que están sentados en la plaza y se gritan unos a otros diciendo: "Os hemos tocado la fl auta, y no habéis bailado, os hemos entonando endechas, y no habéis llorado» (Lc. 7, 32) ¿Por qué la autenticidad está en tal demanda hoy? Porque la gente rechaza la verdad y el orden creado del mundo, justo como los niños que rechazaban jugar un juego, en el ejemplo que pone Jesús en el Evangelio. Cada día experimentamos las consecuencias de vivir como si la verdad objetiva no exis- tiera, lo que está haciendo que mucha gente pase de largo la coherencia en medio del caos de "todo vale". Durante mi homilía en la Misa de bienvenida a las Sisters of Life, les recordé que ellas tienen la responsabili- dad de dar testimonio de la verdad con alegría y de servir como faros de luz en los mares tormentosos creados por el relativismo. Este deber no incumbe sólo a las religiosas. También se aplica a cada ca- tólico. Existe mucha gente que nunca ha escuchado hablar de la verdad y tiene nostalgia de ella; necesita verte a ti, vivién- dola y proclamándola. Pero aún si nosotros somos testigos gozosos, no podemos esperar estar exentos de ser odiados o perseguidos. De hecho, como han señalado San Juan Pablo II y el Papa Francisco, hay más mártires por la fe ahora que en la época de los primeros cristianos. Lo que sí podemos esperar es que el poder del amor de Cristo sea más fuete que la muerte causada por el pecado; que su miseri- cordia pueda transformar el corazón más duro y convertir a nuestros persecutores. A pesar de que la gente re- chace las verdades que Él pro- clamó, Jesús dijo: "la sabiduría se ha acreditado por todos sus hijos" (Lc. 7, 35). Yo le dije a las Sisters of Life, y les digo a ustedes, que deben ser testigos de verdades fundamentales como la sacralidad de la vida, la complementariedad del hombre y la mujer en el ma- trimonio, de que Dios desea darnos su misericordia, de que en Jesucristo es posible una nueva vida. Todos los católicos están llamados por el bau- tismo a compartir este men- saje de esperanza. Estamos llamados a ayudar a la gente a encontrar verdaderamente al Padre de las Misericordias, quien los hará libres, como ha hecho con nosotros, para recibir su amor y seguir sus mandamientos. El encuentro con la misericordia nos guía al amor y nos conduce a morir a nosotros mismos y a abrazar la verdad de Jesucristo y de su llamado. Solo en Él, el corazón humano encontrará paz y ale- gría. ¡No tengáis miedo porque para Dios todo es posible! POR EL EXMO. MONSEÑOR SAMUEL J. AQUILA Ofrecemos una selección de frases que pronunció el Papa en sus múltiples discursos y homilías sobre diferentes temas. "Las víctimas inocentes del aborto, los niños que mueren de hambre o bajo las bombas, los inmigrantes que se ahogan en busca de un maña- na, los ancianos o los enfermos, de los que se quiere prescindir, las víctimas del terrorismo, de las guerras, de la violencia y del tráfi co de drogas, el medio ambiente devastado por una relación predatoria del hombre con la naturaleza, en todo esto está siempre en juego el don de Dios, del que somos adminis- tradores nobles, pero no amos. No es lícito por tanto eludir di- chas cuestiones o silenciarlas". Discurso del Papa a los obispos Catedral Saint Matthew the Apostle Washington D.C, 23 de septiembre. "Nuestro mundo está afrontan- do una crisis de refugiados sin precedentes desde los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Lo que representa grandes desafíos y decisiones difíciles de tomar. A lo que se suma, en este continente, las miles de perso- nas que se ven obligadas a viajar hacia el norte en búsqueda de una vida mejor para sí y para sus seres queridos, en un anhelo de vida con mayores oportuni- dades. ¿Acaso no es lo que no- sotros queremos para nuestros hijos? No debemos dejarnos intimidar por los números, más bien mirar a las personas, sus rostros, escuchar sus historias mientras luchamos por asegu- rarles nuestra mejor respuesta a su situación. Una respuesta que siempre será humana, justa y fraterna. Cuidémonos de una tentación contemporánea: descartar todo lo que moleste. Recordemos la regla de oro: «Hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes» (Mt 7,12)" Discurso en la visita al Congreso de Estados Unidos de América. Washington D.C. 24 de septiembre "Entre nosotros hoy hay miembros de la gran población hispana de los Estados Unidos, así como representantes de inmigrantes recién llegados a los Estados Unidos. Gracias por abrir las puertas.(…) Y los saludo a todos con especial afecto. Muchos de ustedes han emigrado a este país con un gran costo personal, pero con la esperanza de construir una nueva vida. No se desanimen por los retos y difi cultades que tengan que afrontar. Les pido que no olviden que, al igual que los que llegaron aquí antes, ustedes traen muchos dones a esta nación. Por favor, no se avergüencen nunca de sus tradiciones. No olviden las lecciones que aprendieron de sus mayores, y que pueden enriquecer la vida de esta tierra americana. (…) También están llamados a ser ciudadanos res- ponsables y a contribuir como lo hicieron con tanta fortaleza los que vinieron antes a contri- buir provechosamente a la vida de las comunidades en que viven. Pienso, en particular, en la vibrante fe que muchos de ustedes poseen, en el profundo sentido de la vida familiar y los demás valores que han hereda- do. Al contribuir con sus dones, no solo encontrarán su lugar aquí, sino que ayudarán a reno- var la sociedad desde dentro". Discurso en el Encuentro para la Libertad Religiosa Independence Mall. Filadelfi a, 26 de septiembre "En la familia hay difi cultades, en las familias discutimos, en la familia a veces vuelan los platos. En las familias los hijos traen dolores de cabeza. No voy a hablar de las suegras, pero en las familias siempre, siempre hay cruz, siempre. Porque el amor de Dios, el Hijo de Dios, nos abrió también ese camino. Pero en las familias también después de la Cruz hay Re- surrección porque el Hijo de Dios nos abrió ese camino. Porque la Familia, perdónenme la palabra, es una fábrica de esperanza, una fábrica de vida y resurrección, pues Dios fue quien abrió ese camino". Oración, bendición y discurso fi nal en la Fiesta de las Familias Benjamin Franklin Parkway de Filadelfi a. 27 de septiembre Palabras del Papa Francisco en Estados Unidos El Pueblo C A T Ó L I C O El Pueblo Católico (USPS 024-042 / ISSN 1936-1122) is published monthly by the Archdiocese of Denver, 1300 S. Steele St., Denver, CO 80210, and printed by Signature Offset in Denver. Periodical postage is paid in Denver, CO. Subscriptions: $ 12 a year in Colorado, $ 16 per year out of state. Postmaster, send address changes to: El Pueblo Católico, Circulation Dept., 1300 S. Steele St., Denver, CO 80210. Directora General: Karna Swanson Editora interina: Carmen Elena Villa EL PUEBLO CATÓLICO, periódico en español de la Arquidiócesis de Denver, 1300 S. Steele St., Denver, CO 80210, Teléfono 303-715-3219, Fax 303-715-2045, E-mail: elpueblo@archden.org FOTO DE L´OSSERVATORE ROMANO. Francisco ha sido el primer Papa en ofrecer un discurso ante el Congreso de los Estados Unidos. Habló de los refugiados, del cuidado del medio ambiente, la defensa de la vida, entre otros temas.

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