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EL PUEBLO CATÓLICO JUNIO 2015 13 Junio, mes del Curpus Christi En la Ultima Cena, Jesús tomó un pan, y pronunciada la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, dicien- do: "Tomen y coman. Este es mi Cuerpo". Luego tomó en sus manos una copa de vino, y pronunciada la acción de gracias, la pasó a sus discípu- los, diciendo: "Beban todos de ella, porque ésta es mi Sangre, Sangre de la nueva alianza, que será derramada por todos, para el perdón de los pecados". (Mt 26,26-28; cf. Mc 14,22-24, Lc 22,17-20, 1 Co 11,23-25) T eniendo presente este misterio celebrado por Jesús, la Iglesia Católi- ca cree y profesa que en la celebración de la Eucaristía, el pan y el vino se convierten sustancialmente en el cuerpo y la sangre de Jesucristo por el poder del Espíritu Santo y me - diante el ministerio del orden sagrado. Jesús dijo: "Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre, y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida…Mi car - ne es verda- dera comida y mi sangre es verdadera bebida" ( Jn 6,51-55). Cristo entero está verdaderamente presente: cuerpo, sangre, alma, divini - dad, en todo su Ser, bajo la apariencia de pan y vino: es Cristo glorificado que resucitó de entre los muertos, el que nos salvó de nuestros pecados. Esto es lo que quiere decir la Iglesia cuando habla de la "presencia real" de Cristo en la Eucaristía. Se dice que la pre - sencia de Cristo en la Eucaris- tía es "real" sin excluir el que sean reales los otros tipos de presencia espiritual de Cristo, estos también deben enten- derse como reales (Cf. CIC, no. 1374). Cristo resucitado está presente en su Iglesia de muchas maneras, pero muy especialmente a través del sacramento de su cuerpo y su sangre. Su presencia real en la Eucaristía significa que es sublime total y lógicamente es mayor que las otras presen - cias, aunque reales, pero solo espirituales. ¿Qué significa que Jesucristo esté presente en la Eucaristía bajo la apariencia de pan y vino? ¿Cómo sucede esto? La presencia de Cristo resucitado en la Eucaristía es un misterio inagotable que la Iglesia cree firmemente porque cree en Je- sucristo, y el creer en el Señor es también creer en lo que Él nos dice, y justamente esto es lo que Jesús dijo; tomó el pan y dijo: "esto es mi cuerpo"; to- mó el cáliz lleno de vino y dijo: "esta es mi sangre…hagan esto en memoria mía". ¿Cómo es que sucede esto? La Iglesia nunca podrá explicar con palabras el cómo se realiza este misterio, sabemos que Je- sucristo se hace presente pero no sabemos cómo es que se hace presente, eso Jesús no lo comunicó a sus apóstoles, solo les ordeno que lo hicieran, y confiando en su palabra desde entonces así se celebra, como en la Iglesia primitiva se decía, la fracción del pan. Debemos recordar que el Dios trino es el creador de todo lo que existe y tiene el poder de hacer más de lo que nos es posible incluso imaginar. Como dijo San Am- brosio: "Si la palabra del Señor Jesús es tan poderosa como para crear cosas que no existían, entonces con mayor razón las cosas que ya existen pueden ser converti- das en otras". Como sucesores de los apóstoles y auténticos maestros de la Iglesia, los obispos tienen la obligación de transmitir lo que Dios nos ha revelado y alentar a todos los miembros de la Iglesia a profundizar en el misterio y don de la Eucaristía. Jesús se da a nosotros como alimento espiritual en la Eu- caristía porque nos ama. Todo el plan de Dios para nues- tra salvación está dirigido a hacernos partícipes de la vida de la Trinidad, la comunión del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Comiendo el cuerpo y bebiendo la sangre de Cristo en la Eucaristía llegamos a unirnos a la persona de Cristo a través de su humanidad. Para que Cristo entero esté presente, cuerpo, sangre, alma y divinidad, el pan y el vino no pueden quedar como tales, sino que deben dar lugar a la presencia de su cuerpo y su sangre glorificados. Así, en la Eucaristía, el pan deja de ser pan en substancia y se convierte en el cuerpo de Cristo, mientras que el vino deja de ser vino en substancia y se convierte en la sangre de Cristo. Por eso la Eucaristía es nuestro gran tesoro. ¡Feliz Fiesta de Corpus Christi! ESPIRITUALIDAD POR MONS. JORGE DE LOS SANTOS Por Gilberto Hernández García. Elobservadorenlinea.com Treinta y cinco años después del asesinato de Óscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salva- dor, la Iglesia lo ha colocado en los altares. El pueblo –los pobres, los desechados, los excluidos, los perseguidos, los que él defendió y a los que dio su voz– lo tenían ahí desde el instante mismo de su muerte. La misa de beatificación es- tuvo presidida por el Cardenal Ángelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y representante especial del Papa, y se celebró en la plaza de Cristo Salvador, en la capital salvadoreña, en la cual estuvieron presentes unos 300.000 fieles. Ejemplo de pastor que defiende a los pobres Al inicio de la celebración, el arzobispo de San Salvador, mon- señor José Luis Escobar Alas, hi- zo pública la petición al Papa Francisco de inscribir a Rome- ro en el número de los beatos. Luego, el postulador de la causa, monseñor Vincenzo Plagia leyó su biografía. Resaltó que en al- gunos de sus escritos se lee: "Los pobres son la encarnación de Cristo". O "deseo ser una hostia ofrecida al Señor sobre el altar". Además destacó que "con Ro- mero, Jesús caminaba de nuevo con su pueblo […] cargó sobre sus hombros con todo el dolor de los pobres […] El pueblo sin- tió el olor de pastor de Romero y éste llegó a ser un ejemplo de pastor que defiende a los pobres". También señaló que muchos "lo acusaron de hacer política, pero Romero aclaraba: "lo que busco hacer no es políti- ca, sino Evangelio que tiene que iluminar las calles del país". Monseñor Paglia subrayó que la opción preferencial por los po- bres era para Romero el camino indicado por el Concilio Vaticano II. "Fue herido al corazón mien- tras celebraba la santa misa, pe- ro su voz se difundió por toda la tierra". Hoy mientras sube a los altares, exclamó Paglia, "Romero sigue hablando y pidiendo nues- tra conversión con esa expresión popular por él muy querida: "Pri- mero Dios, sí, Dios sobre todo". Con esta celebración se lleva a cabo la misa interrumpida el día del martirio y la interrumpida el día del funeral". Por su parte, el Cardenal Án- gelo Amato, dijo en su homilía: "Si sus perseguidores han desa- parecido en las sombras del ol- vido y la muerte, la memoria de Romero continúa viva y dando consuelo a los marginados de la tierra". Y recordó que su mar- tirio no fue una improvisación, sino que tuvo una larga prepa- ración en el Evangelio mismo, en la Eucaristía, en el contacto con la vida de su pueblo. Modelo de compromiso cristiano El Papa Francisco, en una car- ta enviada al Arzobispo de San Salvador, señaló que la beati- ficación de Romero "es motivo de gran alegría para los salvado- reños y para cuantos gozamos con el ejemplo de los mejores hijos de la Iglesia. Monseñor Romero, que construyó la paz con la fuerza del amor, dio tes- timonio de la fe con su vida en- tregada hasta el extremo". "En tiempos de difícil convi- vencia, Monseñor Romero supo guiar, defender y proteger a su rebaño, permaneciendo fiel al Evangelio y en comunión con to- da la Iglesia", indicó el Papa. "En el momento de su muerte, mien- tras celebraba el santo sacrificio del amor y de la reconciliación, recibió la gracia de identificarse plenamente con Aquel que dio la vida por sus ovejas", aseguró el Pontífice en su mensaje. Monseñor Romero, una beatificación esperada FOTO DE DAVID RAMOS CNA En la Plaza de Cristo Salvador se celebró la beatificación de monseñor Oscar Romero y contó con la presencia de unos 300.000 fieles. Por: German McKendzie El tipo de teología de la li- beración que encontramos en las homilías y cartas pastorales del beato Romero es muy cer- cana a aquella del Papa Pablo VI en la exhortación Evangelii nuntiandi. Esto tiene muy po- co en común con la teología de la libración más difundida, la misma que usa el análisis mar- xista, como aquella desarro- llada, entre otros, por Gustavo Gutiérrez, Leonardo Boff y, en El Salvador, por Jon Sobrino (…) Según Romero, las conse- cuencias liberadoras de la fe empiezan con la liberación del pecado a través de Jesucristo. La conversión personal a Él en su Iglesia está en el corazón de este proceso. Desde allí es que comienza una completa renovación de las relaciones del ser humano consigo mis- mo, con los demás hombres y con la naturaleza. En el con- texto en el que Romero vivió las consecuencias sociales del seguimiento de Cristo eran particularmente importantes y urgentes. Él trabajó decidida- mente por defender los dere- chos de los pobres donde éstos fuesen violados, por promover el desarrollo de organizaciones populares como medios para que la gente pueda hacer oír su voz sobre asuntos relacionados con el bien común. Esta fue la "verdad de la fe" por la cual el Arzobispo Romero dio su vida dando un testimonio supremo. ¿Teólogo de la liberación? ALGUNOS DATOS • La fiesta litúrgica del bea- to Romero para la Iglesia será el día 24 de marzo, para recordar su martirio. • Durante la celebración fueron presentadas las reliquias del nuevo beato: la camisa ensan- grentada que utilizaba el día del martirio acompañado de flores y la palma, que significa la victoria de los mártires. • Romero también fue elegido como uno de los patronos de Cáritas Internationalis.