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EL PUEBLO CATÓLICO MARZO 2015 12 Por Germán González-Flores Uno de los temas sobre la salud que más preocupa a la comunidad, es el de la diabetes. De hecho, estadísticas indi- can sobre lo serio que representa esta enfermedad en los hispanos y más en aquellas personas que la padecen y aún no son diagnosticadas. Más allá de los mitos y miedos que giran alrededor de la diabetes, lo importante es aprender, informarse y educarse mejor para cui- darse y tomar mayores medidas pre- ventivas que les permita llevar una me- jor calidad de vida. Por eso, un rol importante es el que viene haciendo la organización comu- nitaria Crea Results, llevando a cabo una serie de recursos y talleres, como por ejemplo el de Charlar, en donde más de 1.500 personas han aprendido a mejorar sus hábitos alimenticios, a comprender cuál es la importancia de hacer ejercicio, de llevar una vida más saludable. También es bien sabido que hay dos clases de Diabetes: Tipo I y Tipo II. Y aquellos que la padecen, pueden presentar más complicaciones en cual- quier tipo de enfermedad y requieren de un mayor nivel de cuidados, por lo que en muchas ocasiones necesitan permanecer mucho más tiempo en un hospital. Ojalá que hayan aprovechado el ci- clo de inscripción a un plan médico, aquellos que sufren de esta enferme- dad y tienen un estatus legal en los Estados Unidos, ya que los costos de tratamiento, medicinas y llegar de emergencia a un hospital suele ser muy caro; por ello, son muy importan- tes las citas con un doctor de manera periódica, para estar haciendo los exá- menes de rigor y estar bajo control de sus niveles de azúcar. Estudios realizados, destacan cifras impresionantes, como por ejemplo, que en 2012, 21 millones de personas en este país fueron diagnosticadas con diabetes. También esta enfermedad tiene un porcentaje muy alto en los estadounidenses de 65 años de edad o mayores. La diabetes I está relacionada más con los jóvenes y la diabetes II en- tre las personas adultas. La diabetes fue la séptima causa de muerte en Estados Unidos en el 2010. Gracias a este tipo de espacio infor- mativo en El Pueblo Católico y de otros medios más, Crea Results está haciendo una conexión más directa a la comuni- dad, con el fi n de brindarle mayor in- formación y recursos, buscando que las personas tomen ventaja de ello, acudan a talleres, sepan dónde más pueden recurrir para pedir ayuda; conocer de otras opciones, clínicas, otros medios que sean claves para cuidar su salud. Ese es el objetivo y el trabajo en parti- cular de las promotoras de s alud lidera- das por Fernando y Diana Pineda, por estar presentes en ferias de salud, activi- dades en diferentes iglesias, en áreas de Denver. También en Commerce City, Au- rora, Pueblo y muchas ciudades más, pa- ra que aprovechen lo que ahí les ofrecen y en este caso específi co, aprendan más sobre la diabetes, de cómo esta enfer- medad los puede llevar a sufrir de otras complicaciones como enfermedades del corazón, ataques cardíacos, derrame ce- rebral, presión alta, ceguera y problemas en los ojos, amputaciones, entre otras. Si usted desea participar en alguno de los diversos talleres educativos de salud, y conocer más a detalle de los re- cursos que se ofrecen, llame al Centro de Llamadas de Crea Results al 1-888- 747-2583 y una promotora de salud le atenderá en su idioma. Publicidad HABLANDO DE SALUD CON CREA RESULTS Un tema difícil de tocar: La Diabetes Por Carmen Elena Villa Dentro de los cinco diáconos que fueron ordenados el pasado 14 de febrero, en la Catedral de Immaculate Conception en Den- ver, hay un hispano. Se trata del mexicano Salvador Sánchez. Él asegura que con este "sí" que dio al Señor, quiere "cumplir su vo- luntad". Salvador quiso compar- tirnos la historia de su vocación, la cual no ha estado exenta de difi cultades pero que le ha traído grandes bendiciones. ¿Cómo fue la experiencia de recibir la ordenación diaconal? Maravillosa. Vino mucha gente de mi pueblo (León Guanajuato). No me lo esperaba. Se hicieron tres días de camino. Me dieron las gracias por compartirles la gran alegría que tenía. La celebración fue algo hermosísimo. Monseñor Aquila dijo casi al fi nal de la ho- milía que nosotros nos confor- mamos con Cristo como servidor, no como cabeza y pastor. Siento que, aunque no soy digno, Dios me quiso llamar para servirlo. Salvador, cuéntenos a cerca de su infancia ¿cómo fue creciendo en usted la semilla de la fe? Soy de León Guanajuato, es- pecífi camente de un ranchito, nací en 1983, estudié en un co- legio salesiano. Siempre tuve la inquietud de ser sacerdote. El padre Pablo Escalera era mi pá- rroco y fue uno de los que más infl uyó en mi fe. Antes de entrar al seminario se la pasó entre México y Esta- dos Unidos, ¿a qué se dedicaba? Trabajé en México por un tiempo, vine a Estados Unidos en el año 2001 y trabajé por cin- co años. Estaba muy solo. Veía la necesidad de la gente y tam- bién la necesidad espiritual. Me acerqué a la Iglesia pero no en- contraba esa respuesta, no me animaba a ir al seminario, no ha- blaba el idioma. Casi que desistí de la idea de ser sacerdote. Pero luego decidí ir a México y allí me invitaron a entrar al seminario y acepté. Y aunque tenía miedo, siempre tuve el apoyo de Dios y me sentí acompañado por Él. Es- pero que el próximo año pueda ser ordenado sacerdote. ¿Cómo descubrió que el sa- cerdocio era su vocación? El llamado siempre estuvo ahí, siempre busqué ir a la igle- sia pero las circunstancias no se prestaban. Especialmente por el trabajo. Cuando regresé a Méxi- co tenía 22 años y pensé que ya se había pasado el tiempo, pero me invitaron a entrar y dije "es mi última oportunidad". Y me acor- dé del padre Pablo Escalera, de quien yo había sido su acólito. Él me enseñaba de liturgia, de Dios, me llevaba con él a visitar a los enfermos. Siempre me llamaba la atención verlo cómo acompa- ñaba a la gente y cómo la gente se quedaba tan tranquila des- pués de que él les daba la comu- nión y la unción de los enfermos. ¿Cómo fueron para usted los años en el seminario? Muy difíciles pero llenos de bendiciones. El primer semina- rio fue Cristo Rey – Santa María de Guadalupe que está en Tex- coco, es el seminario para voca- ciones adultas. Es un seminario muy pobre. Teníamos que traba- jar para poder comer, teníamos que ir al campo, ordeñar las va- cas, hacer todo en la granja. Ahí aprendí a ser humilde, a valorar lo que tenemos. Porque llegar de Estados Unidos y entrar a un seminario tan pobre fue una ex- periencia muy diferente. Ahí hi- ce el año espiritual y comencé a terminar a la par la preparatoria. Luego me fui a la arquidiócesis de Morelia a hacer la fi losofía y a terminar el colegio y después llegué a Denver. ¿Y cuáles fueron las mayores difi cultades? El hecho de que antes yo vivía muy independiente y llegar a te- ner ciertas estructuras, normas, tener un horario día a día y em- pezar a estudiar de nuevo fue di- fícil, pero fue algo muy hermoso. Dios lo quiso así. Hice muy bue- nos amigos, mucho apostolado, fue una bendición, aprendí mu- cho de los sacerdotes en México. Estoy ahora en el tercer año de Teología. Regresé a Colorado en el 2011. Aquí me he dedicado a formarme. Primero en clases de inglés. Luego seguí la teología con algunos cursos y después continué la carrera completa. ¿Algún santo sacerdote al que le tenga devoción? Como estudié en un colegio salesiano, San Juan Bosco me inspiró mucho. Los sacerdotes estamos para enseñarle a la gen- te cómo amar y cómo servir. San Juan Bosco dijo: "si no enseñas con amor no vas a enseñar na- da". Y es verdad. También le ten- go mucha devoción a San Juan XXIII, el Papa bueno. He visto muchas veces su película (unas seis o siete veces) y siempre veo cosas nuevas. De él he aprendido que hay que ser sencillos para que nos entiendan y para que entiendan la Palabra de Dios. Si usted encuentra algún jo- ven con inquietudes vocaciona- les al sacerdocio, ¿qué le diría? Que se anime, que no tenga miedo y que arriesgue el todo por el todo a darle la respuesta al Señor en esta inquietud. Tal como señala el Catecismo de la Iglesia Católica, el diácono cuenta con las facultades de dis- tribuir la eucaristía, leer y predicar el Evangelio y administrar algu- nos sacramentos como el Bautizo, bendecir el Matrimonio y presidir exequias. También entregarse a diversos servicios de caridad. Un nuevo diácono hispano para la arquidiócesis de Denver FOTO DE DANIEL PETTY Salvador Sán- chez recibió el sacramento de la ordena- ción diaconal de parte del arzobispo Aquila.

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