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EPC - Febrero 2015

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EL PUEBLO CATÓLICO FEBRERO 2015 B4 Los esposos Villareal agradecen a Dios por la formación católica que sus hijos están recibiendo Por Lara Montoya Cuando Wendy y Francisco se mudaron a Denver y soñaban con el futuro de su familia, no contemplaban la posibilidad de enviar a sus hijos a una escuela privada, "mi esposo es chofer de camiones y yo soy trabajado - ra familiar del programa Head Start de Caridades Católicas, la posibilidad de una escuela ca- tólica estaba muy por encima de nuestras posibilidades", se- ñaló Wendy en una entrevista con este medio. Sin embargo, ambos sabían que en este país de las oportu- nidades, tenían el derecho de escoger la educación que les darían a sus hijos y que si bus- caban con empeño podían en- contrar el modo de salir adelan- te y darles lo mejor. "Como padres somos los pri- meros maestros de nuestros niños, es importante que les in- culquemos desde pequeños los valores de nuestra fe y cultura", asegura Wendy. Sin embargo, reconoce que esa formación no es suficiente, "no podemos ig- norar que vivimos en medio de una cultura muy agresiva y que nuestros hijos están expuestos a ella, por eso la escuela, en don- de van a pasar gran parte de su tiempo, en donde desarrollarán su mundo social y donde serán también formados, tiene mu- cha influencia y hace la diferen- cia", añade Wendy. Con esta conciencia, Wendy dedicó un buen tiempo en co- nocer las diferentes posibilida- des educativas que existían en el área. Cuando su hijo mayor, Mario, iba a comenzar el kínder, ella visitó seis escuelas diferen- tes, la mayoría públicas. "Una de estas escuelas estaba frente a mi casa, era muy conve- niente, mi hijo se podía ir cami- nando y yo lo podía ver desde la puerta, pero cuando fui a visi- tarla, lo primero que vi fue a dos jovencitos abrazados y besándo- se justo frente a la oficina de la directora, sin ningún respeto, yo no quería que mi pequeñito es- tuviera expuesto a eso. Por otro lado, al entrar a los salones cons- taté que eran enormes, tenían un grupo de 35 niños para un solo maestro". Wendy encontró una realidad similar en otras escue- las públicas, pero no se dio por vencida, siguió buscando hasta que visitó la escuela católica St. Rose of Lima. "Vi un gran cambio, eran 12 a 15 niños por maestro, los programas involucraban a los padres en la formación de los ni- ños, había un ambiente de fami- lia y lo mejor de todo es que era católica". Aunque la escuela era perfec- ta para lo que Wendy buscaba, los costos no estaban a su alcan- ce, sin embargo, ella no se detu- vo ni se desanimó. "Las escuelas católicas te ayudan mucho, tie- nen planes de financiamiento, becas disponibles, programas de ayuda. Es cuestión de bus- car y hacer sacrificios", señala la madre hispana, quien para po- der costear la colegiatura de sus dos hijos-Mario y Sergio- ade- más de haber recibido ayuda de Seeds of Hope y ACE Scholar- ship, ofrece servicios de traduc- ciones a la escuela. La escuela secundaria Machebeuf donde está matriculado el mayor ofre- ce además oportunidades de trabajo para el adolescente, que lo ayudan a pagar los costos de su educación. "Si quieres lo mejor para tus hijos tienes que involucrarte y trabajar muy duro, incluso sa- crificar cosas de la vida familiar. Ellos tienen que ver que estoy dispuesta a estar con ellos y ca- minar con ellos, eso es muy im- portante, eso a la vez los mue- ve a hacer sacrificios también", dice Wendy, y comparte que cuando no alcanza el dinero pa- ra pagar la colegiatura, tienen que recortar muchas cosas, co- mo salidas extras o momentos de entretenimiento. Estos sacrificios, además de permitirles una buena educa- ción, han dado otros frutos, co- mo unir a la familia, ayudarlos a vivir con corazones agradeci- dos e inculcar en todos ellos un gran sentido de solidaridad y responsabilidad. "Mis hijos han aprendido a trabajar desde jóvenes durante los veranos, ellos ahora saben lo que cuestan las cosas porque han trabajado para ganárselas y así han aprendido a valorar mucho lo que tienen. Por otro lado saben que mientras mejor educación tengamos más opor- tunidades tendrán en la vida", concluye Wendy. Consejos de padres a padres Los Villareal se sienten afor- tunados y bendecidos por la ayuda que han recibido para lograr que sus hijos reciban una educación de calidad. Con co- razones agradecidos, quieren compartir algunos consejos a otros padres, que como ellos quieren lo mejor para sus hijos. • Visitar diferentes escuelas para ver las opciones que uno tiene. • Nunca desalentarnos cuan- do nos dicen los precios, sino preguntar inmediatamente que tipos de becas y ayuda tiene la escuela. • Trabajar con la oficina de ad- misiones y completar todos los requisitos que pide la escuela, buscando orientación. • Estar dispuestos a sacrificar cosas pensando que es una in- versión que rendirá grandes frutos para el futuro de toda la familia. Por la educación de los hijos vale la pena sacrificarse FOTO PROVISTA Francisco y Wendy junto a sus hijos. Sergio, el menor, está en la escuela St. Rose of Lima; Mario cursa su secun- daria en Bishop Machebeuf.

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