Issue link: https://elpueblocatolico.uberflip.com/i/377695
EL PUEBLO CATÓLICO JUNIO 2013 9 EL PUEBLO CATÓLICO JUNIO 2013 8 He intentado siempre estar con ellos, en alegrías y tristezas Dios me ha dado el privilegio de ser padre de 3 hijos. Noel de 30 años, Berenice de 28, y Ser- gio de 20; y para mí ha sido la mayor bendición que he podi- do recibir. El poder poner en marcha la misión que Dios me ha dado de educar, criar y acer- car a Dios a mis hijos. Esto no ha sido nada fácil. El camino es largo y tiene muchos obs- táculos, sin embargo tiene la satisfacción de verlos crecer y ser parte de una comunidad. Cuando pienso en esto, pienso también que Dios me ha ense- ñado poco a poco a ser padre. ¿Bueno? Sólo Dios lo sabe. Pero he intentado siempre estar con ellos en sus alegrías y tristezas así como he disfrutado de sus momentos de triunfo; he com- partido sus graduaciones y he hecho mi mejor esfuerzo para que cuando lloren, llorar con ellos, y cuando sufren, sufrir con ellos; así como también alegrarme con ellos en sus mo- mentos de triunfo. Me he hecho cómplice algu- nas veces de sus travesuras, pe- ro también he buscado cuando se equivocan, darles nuevas oportunidades y perdonar, al igual que mi Padre celestial me perdona a mí. Dios me ha hecho participe de su paternidad. Y así como el Señor Jesús encargó a San Pedro apacentar sus ovejas, como padre debo yo apacentar a estas ovejas que Dios me ha encomendado. Guillermo De La Rosa, está casado con María de los Án- geles y tiene 3 hijos. Es parro- quiano de St. Therese, Aurora y ha participado en concursos de canto vocacional junto a sus hijos, ganando varias veces. Ser padre junto a una mujer excepcional es todo un honor Faltaban 10 días para el primer cumpleaños de nuestro primer hijo Ignacio, cuando nació Juan Pablo; y quince meses después nació Gabriel. Tenemos tres hijos en menos de 5 años de matrimo- nio. Todo ha pasado rápido. Sí, el ser padre es una respon- sabilidad muy grande, es un honor del cual no soy digno, y es una alegría inmensurable. Además, entre tantas cosas be- llas soy compañero de una mu- jer excepcional. Soy padre junto a una madre que toma su cruz todos los días en el silencio del hogar. Estoy experimentando el don total y gratuito de una per- sona por otros. Al convertirme en padre mi esencia ha sido modificada, hay en cada uno de mis hijos parte de mí y en mí, parte de cada uno de ellos. Soy participe de una realidad que me sobrepasa y mi vocación al matrimonio tiene su princi- pio y fin en Dios. La crisis que tenemos de vocaciones al sacerdocio es grave, pero peor aún se en- cuentra la vocación a ser padre. Más del 97% de los hombres serán padres y no sacerdotes. En este mes en que festeja- mos a los padres rueguen por nosotros, para que podamos ser padres a imagen de nuestro Padre celestial. Juan Carlos Reyes está casado con Ma- rilu y tienen 3 hijos. Es Director Asistente de Bienestar Servicios Familiares de Cen- tro San Juan Diego. Ellos pertenecen a la Parroquia Our Lady of Guadalupe. Mi misión es que mis hijos sean santos y vayan al cielo Ser padre de familia para mí significa una gran responsabilidad, pero también un honor muy grande que Dios me dio. Crecí en una familia donde la figu- ra paterna brilló por su ausencia y esto marcó mi vida. Yo hice lo mismo durante los primeros 5 años de matrimonio pe- ro me di cuenta que no era lo correcto. Y una experiencia verdadera del amor de Dios Padre, cambió mi vida. ¡Tengo 7 hijos y los últimos 9 años de mi vida han sido los mejores! He visto que sin Dios no puedo llevar en serio el rol de papá, pues nadie da lo que no tiene. Antes sólo deseaba que mis hijos fueran buenos, educados, profesionales. Nada malo hay en eso, pero no es lo más importante. Ahora sé claramente mi misión y lo que más quiero para mis hijos es "que sean santos", que conozcan a Dios, que sean hombres y mujeres de Fe, que vayan al Cielo. Esto no lo aprenderán en la universidad, pero sí en la familia viendo a sus padres buscando con insistencia las cosas de arriba y no las de la tierra. Rezar con mis hijos y por mis hijos es mi deber, enseñarles lo que nadie fuera de la Iglesia Católica les enseñará, tam- bién es mi responsabilidad; pero tam- bién es mi alegría. Abram León está casado con Josefa y tie- nen 7 hijos. Es Coordinador del Movimien- to de Renovación Carismática y pertenece a la Parroquia de St. James, en Denver. Un tributo a los padres: Gracias por tener el amor y la valentía de estar ahí LA AUSENCIA PATERNA ES LA PRINCIPAL RAZÓN DE LOS PROBLEMAS EN LOS NIÑOS Por Mayé Agama El 'buen padre', imagen difundida por la sociedad consumista, tanto en libros como en películas, es la del 'proveedor' que satisface todas las ne- cesidades materiales del hogar. Para "que no les falte nada a los hijos" tra- baja jornadas dobles y aún los fines de semana. Por este motivo, muchas veces no llega a vivir lo más impor- tante: la experiencia única de ver, junto a su esposa, crecer a los hijos. Existe otro problema más preocu- pante aún. Según la hermana Fran- cisca Ramírez, Coordinadora del Ministerio de Familia de Centro San Juan Diego, "existe una tendencia cada vez mayor a creer que el padre sólo se necesita para engendrar; des- pués ya no es necesario pues la ma- dre puede ser padre y madre a la vez". Esto lo corrobora la realidad. El porcentaje de familias sin padre es cada vez más alto, y son las madres solteras las que se encarguen de educar a sus hijos; terminan siendo prácticamente las únicas responsa- bles de los hijos, pues los padres no están en casa. Las razones son va- riadas: trabajo, divorcio, problemas legales o de inmigración, alcoholis- mo, entre otros. No pocos expertos señalan que la ausencia paternal es una de las prin- cipales razones de los problemas en la sociedad. En el libro "América sin padre: confrontando nuestros pro- blemas más urgentes" (Fatherless America: Confronting Our Most Ur- gent Problem), se dice que la caren- cia de padres es el motivo principal del deterioro de los niños y el factor preeminente de muchos de los pro- blemas de la sociedad, incluyendo el crimen, embarazos en adolescen- tes, abuso sexual a niños, homose- xualidad, entre otros. Por ello, urge recordar a los hom- bres el rol vital que tienen como padres de familia. "Las familias ne- cesitan un padre fuerte, sólido, líder forjado en la virtud y en la valentía", dijo a El Pueblo Católico Greg Willits, Director de la Oficina de Evangeliza- ción y Familia de la Arquidiócesis de Denver. "Los niños se benefician cuando tienen un padre que es fuerte y que los ama. Y las madres de estos niños -nuestras esposas- merecen el amor, el respeto y la provisión que sólo los padres pueden dar", agregó Willits. "Esposos y esposas, madres y pa- dres, hombre y mujer, son iguales en importancia y dignidad, pero diferentes; y estas diferencias no im- plican oposición sino complemen- tariedad", señala Willits, y todas ellas, enriquecen a los hijos. De ahí que los niños necesitan tanto de un papá como de una ma- má; ellos tienen derecho a contar con ambos para desarrollarse, cre- cer, y ser felices. Por ello, el matrimo- nio entre un hombre y una mujer, destinado a procrear y ser feliz, es el único camino por el cual la familia y la sociedad serán fortalecidas. Mientras la figura de la madre protege, acoge, cobija, la figura del padre ayuda a equilibrar el desarro- llo psicológico de los hijos. El padre es el mediador entre el niño y la rea- lidad y le ayuda y enseña a tomar iniciativas. Según el padre Armando Marsal, Asesor de la Pastoral Familiar en la Arquidiócesis de Denver, "la fun- ción principal de un padre es dar identidad –psicológica, moral y se- xual- tanto a las hijas como a los hi- jos. El padre tiene la misión de guiar, y eso supone sacar a la realidad, ha- cer madurar a la persona, y lo hace a través de la autoridad que le da Dios, llevando a los hijos hacia el bien". Al hablar de autoridad, el P. Marsal explicó que "la autoridad –que viene de Dios- es virtud, mientras que el autoritarismo es un vicio". Se trata de ejercer la autoridad paterna, para que "el niño o la niña aprenda a salir de sí mismo, y sea capaz de amor y amistad, caminando hacia Dios, ha- cia el camino de la felicidad", afirmó el P. Marsal. Recemos por todos los padres, pa- ra que con la Gracia de Dios, puedan asumir el rol que Dios les ha dado como líderes espirituales y padres de familia, velando por el bien de ella, por el cuidado de los hijos, el cuidado de sus almas. Urgen padres sólidos, forjados en el amor, en la virtud, en la valentía FOTOS PROVISTAS Abram recibe el beso cariñoso de una de sus hijas, Daniela. Guillermo junto a sus tres hijos, a quienes ha amado y acompa- ñado siempre. Juan Carlos y Marilú con sus tres pequeñitos.