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EL PUEBLO CATÓLICO AGOSTO 2013 11 encontrado las ganas de seguir traba- jando en sus comunidades". Xochitl Garcia está casada con Derek y tienen dos hijas. Trabaja en Latin American Educational Foundation, en Denver. Experimenté el amor de hermano "Tenía un año de vivir en Boulder. Tra- bajaba en la lavandería de un asilo de an- cianos y limpiaba oficinas. Sólo teníamos misa en español en el Sagrado Corazón de Jesús, el tercer domingo del mes, si llegaba el padre. Allí nos invitaron a la JMJ. Pedí mis vacaciones en el trabajo para poder asistir. Mi jefa me preguntó a dónde viajaba y le dije que iba a la JMJ Denver. Ella me dijo que aunque no era católica, el Papa le inspiraba paz, alegría especial y que lo admiraba y lo vería por la tele. No tenía muchos amigos ya que me dedicaba a trabajar. Aun así me apunté. Había varios jóvenes de high school. La señora Micaela Ortiz, al ver que era nuevo, me presentó con los jóvenes. Fue una gran bendición porque pude experimentar el verdadero motivo de la Jornada. Fueron cinco días maravillosos donde sentí algo especial y único: el amor de hermano. Y en verdad vi a Jesús en cada uno de ellos. Aunque no hablaba el mismo idio- ma podía sentir ese cariño y sinceridad de parte de los jóvenes. Esa expresión de gozo y alegría era algo surreal. Recuerdo especialmente la Vigilia con el Papa. Me recordó que en su visita a Pue- bla, México -de donde yo soy- no pude ir porque era pequeño. Juré que algún día lo vería de cerca. Esa noche no dormí. ¿Cómo hacerlo si sabía que al día siguiente era la Misa final y tendría que separarme de la nueva fami- lia que acababa de descubrir? Tenía que aprovechar, saborear cada minuto con ellos y con el Papa. "Joven, ¡no tengas miedo! Demuestra tu fe", fueron las palabras de Juan Pablo II. Él me estaba hablando a mí directamente, me entendía, me decía "tú puedes, confió en ti." Veinte años después, no dejo de son- reír cada vez que recuerdo esa semana en Denver. En ella aprendí que se pue- de convivir en armonía, y que si se da la confianza y responsabilidad a los jóvenes, ellos responden. Pues son el presente y no el futuro. Y lo que recuerdo como lo mejor de todo, es que pude ver a Jesús en mis hermanos". Rafael Visoso, está casado con Mar, con quien tiene tres hijos. Trabaja en una escuela católica, en Maryland. del encuentro con Juan Pablo II transformó Denver El afecto del Vicario de Cristo con- quistó los corazones de los jóvenes. FOTOS DEL FILE DEL DCR miles de jóvenes en el Cherry Creek State Park. Iglesia? ¿Y cómo era Denver hace 20 años? Estas preguntas las respondió el Cardenal Francis Stafford, quien era Arzobispo de Denver en ese entonces. En entrevista con el Denver Catholic Register, el Cardenal dijo que antes de la JMJ, las cosas eran muy diferentes y las expectativas muy bajas. "La llegada a los jóvenes desde 1968, estaba cues- ta abajo, la generación de Woodstock parecía sorda a Jerusalén o Roma. Un abismo separaba Woodstock y el par- que Cherry Creek. La comunicación in- tergeneracional estaba atrofiada". Muchos dentro de la misma Iglesia, creían que la iniciativa del Papa, de ve- nir a Denver a encontrarse con los jó- venes, no iba a atraer a más de 20 mil personas. Además, la situación de Denver en ese entonces no era llamativa. "En el departamento papal en Roma -cuen- ta el Cardenal Stafford- circulaban re- portes sobre el agudo incremento de asesinatos en Denver; visiones de un "oeste salvaje" en América revivieron en Europa". Pero Dios tenía un plan diferen- te y contra todo pronóstico, las ins- cripciones de los jóvenes peregrinos 20 años de la JMJ Continúa en la Página 16