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EL PUEBLO CATÓLICO AGOSTO 2013 7 Queridos hermanos del Centro San Juan Diego, Muchas gracias por promover una auténtica visión de la vocación al matrimonio y por todo el apoyo que nos han brindado a lo largo de todos estos años. ¡Que Dios bendiga su ministerio! Encuentro Matrimonial Mundial Próximo fin de semana: 20, 21 y 22 de Septiembre Informes: con Samuel y Lidia Posada al 720.341.7000 o con Manuel y Consuelo Fuerte al 303.570.9720 ó 303.287.9328 Visite nuestra página Web: http://emmcolorado.org Comunidades de Base agradece la labor que han realizado a lo largo de estos 10 años en la comunidad hispana. ¡Que Dios siga bendiciendo su hermoso ministerio y que vengan muchos años más de servicio fructífero! ¡FELIZ ANIVERSARIO CENTRO SAN JUAN DIEGO! Queridos hermanos de Centro San Juan Diego, Los miembros de Prevención y Rescate les felicitamos por estos 10 Años de trabajo. Gracias por el apoyo al ministerio y a la Comunidad Hispana, Dios los siga bendiciendo. ¡FELICIDADES POR ESTE GRAN LOGRO! Para más información sobre encuentros y actividades del ministerio: Lauro Saenz (303) 249-0043 Gerardo Quezada (303) 587-5413 Tomas Antillon (970) 213-1329 Ana Chaparro (720) 935-3593 MI PARROQUIA...MI GENTE comparte desafíos EL PADRE TOMÁS COMPARTE LO VIVIDO DURANTE SUS 50 AÑOS DE SACERDOCIO Por Lara Montoya Colgada en la pared de la oficina del Padre Tomás Fraile, se encuentra una foto de su pueblito natal, Oliva de Pla- sencia. "Se llama así por los numerosos olivos que tenemos, es hermoso", dice el padre señalando la que fue su casa, ubicada a unas cuadras de la Iglesia local. Esa casa ya no es más suya, pues al responder al llamado del Señor, el P. Tomás ha hecho de Denver su hogar, su tierra, su familia, y de Dios su lote y su heredad. "Denver es el lugar donde he desa- rrollado mi apostolado y he visto a Dios muy cerquita", señala el sacerdote con su marcado acento español, "pues es- tamos en las montañas, lo vemos desde lo alto y aunque no sea el monte Tabor, aquí lo he encontrado yo". Tenía apenas 13 años cuando entró al Seminario menor de los Teatinos; a ellos los conoció de muy joven y se sin- tió prontamente atraído por su caris- ma. "Me gustó mucho su misión y me encantó la manera de hablar de uno de ellos, sobre todo su manera de pensar, el modo como hablaban de la Provi- dencia, que es el amor que Dios nos tiene; y claro, si Él cuida de los lirios y los pájaros, con cuánto más cuidado vela por nosotros", dice el padre Tomás. Luego añade con picardía, "también me encantaba el fútbol, y me habían prometido que se jugaba en el semi - nario; como muchacho que era, pensé que era una idea excelente, ahí se ma- taban dos pájaros de un tiro". El P. Tomás terminó filosofía y teolo- gía a muy temprana edad, pero pidió no ser ordenado como sacerdote aún; quería confirmar si realmente Dios lo llamaba. Y el Señor se encargó de decír- selo. "Fue hermoso sentir el llamado de Dios con la cita de Jeremías 20, 7", di- ce el padre y la repite haciéndola suya: "Me has seducido y yo me he dejado seducir…tú has sido más fuerte que yo, te has salido con la tuya". "¿Y cómo lo sedujo el Señor?", le pre- gunté, y él respondió sin pensarlo dos veces: "A través de las necesidades de la sociedad". Esas mismas necesidades, lo llevaron hace 40 años a asumir la pa- rroquia St. Cajetan, su familia amada, en donde ha desplegado la mayor parte de su vocación sacerdotal. Cuando la Arquidiócesis decidió vender la Iglesia St. Cajetan, el padre se preocupó mucho del futuro de to- dos los parroquianos hispanos que se quedaban sin 'casa'. "La gente quería identificarse con su parroquia, era la parroquia nacional de Denver. El Padre Jaime Prohens y yo fuimos a ver qué pensaba la gente, y algunos querían te- ner una nueva iglesia. Trabajamos mu- cho para conseguirla y gracias a la Pro- videncia de Dios, y al pueblo, pudimos construir esta Iglesia en julio de 1975". Desde entonces, St. Cajetan fue pa- ra él su hogar y su comunidad. En ella aprendió a amar a la comunidad hispa- na y formó una hermosa amistad con el P. Prohens, con quien vivió "34 años, 8 meses y 15 días", recuerda, hasta que el Señor llamó al P. Prohens a su Gloria. "Fuimos grandes amigos", recuerda el Padre con nostalgia, "como todos los buenos amores, en el buen sentido de la palabra, hemos estado juntos en alegrías, en penas, nos quisimos y per- manecimos fieles, sirviendo a la comu- nidad, y entendiendo como hermanos que no vinimos para ser servidos, sino para servir". Han pasado ya 50 años desde que el Padre Tomás se ordenó como sacerdo- te y en todos estos años, nos dice, "he tratado siempre de vivir mi pasión por la Palabra de Dios, viviendo el servicio desinteresadamente, con alegrías y pe- nas, salud y enfermedad y grandes ga- nas de amar y servir a nuestro pueblo. Al llegar a Denver y ver al pueblo his- pano, sentí que Dios me llamaba acá. Ojalá y pueda continuar haciendo esto durante muchos años más". "Me has seducido Señor y yo me he dejado seducir por Ti" FOTO DE LARA MONTOYA El P. Tomás, párroco de St. Cajetan, nos señala su pueblito natal. Pero su verda- dera casa, nos dice, es esta parroquia en la que sirve desde hace 40 años.