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EPC - Diciembre 2013

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EL PUEBLO CATÓLICO DICIEMBRE 2013 3 TU IGLESIA TE RESPONDE El Pueblo Católico (USPS 024-042 / ISSN 1936-1122) is published monthly by the Archdiocese of Denver, 1300 S. Steele St., Denver, CO 80210, and printed by Signature Offset in Colorado Springs. Periodical postage is paid in Denver, CO. Subscriptions: $ 12 a year in Colorado, $ 16 per year out of state. Postmaster, send address changes to: El Pueblo Católico, Circulation Dept., 1300 S. Steele St., Denver, CO 80210. de la CO 80210, Uno de nuestros seguidores en Facebook, Gonzalo Nila, de León, México, nos hace esta pregunta: ¿Por qué los sacramentos de la Iglesia Católica, como la Eucaris- tía, son válidos en la Iglesia Orto- doxa, si esta iglesia está separada de la iglesia católica romana? Compartimos la respuesta de Mons. Jorge De los Santos, Vicario del Ministerio Hispano en Denver. L a teología Ortodoxa con- cuerda generalmente con la Católica, pues ambas poseen una herencia común en el orden dogmático y litúrgico. Los orto- doxos poseen un gran número de elementos de nuestra Iglesia, como son: El Bautismo con todos los demás Sacramentos, y con sus respectivas gracias sacramentales; la sucesión apos- tólica en el episcopado y en el sacerdocio, aunque no admitan la institución del Primado juris- diccional romano; los poderes eclesiásticos de orden en toda su plenitud, con un verdadero y auténtico episcopado y de ma- gisterio a través de los Concilios, Santos Padres del Oriente, vida litúrgica, etc. (aunque esté, por efecto de la ruptura, en estado restringido y precario). La doctrina de los sacramen- tos en los ortodoxos es gene- ralmente igual a la católica. Las diferencias y discrepancias que existen, han sido y son, ya desde los primeros tiempos, más de disciplina que de doctrina. Su definición de Sacramento coincide sustancialmente con la católica, y en cuanto al número, comúnmente aceptan siete, al igual que nosotros. Con respecto a la Eucaristía, tanto la Iglesia Católica Romana como la Iglesia Ortodoxa creen firmemente en la presencia real y total de Cristo en el pan y vino consagrado, es decir creen que Jesucristo está presente en su Cuerpo, en su Sangre, en su Alma, en su Divinidad, en todo su Ser. Su validez está en función de la sucesión apostólica. Sobre la sucesión apostólica, copiamos aquí, casi textualmen- te, la explicación de Benedicto XVI en su Audiencia del 10 de mayo de 2006: «El Señor lo había iniciado convocando, como hemos visto, a los Doce, en los que estaba representado el futuro pueblo de Dios. Con fidelidad al mandato recibido del Señor, los Doce, des- pués de su Ascensión, primero completan su número con la elección de Matías en lugar de Judas (cf. Hch 1, 15-26); luego asocian progresivamente a otros en las funciones que les habían sido encomendadas, para que continúen su ministerio. El Resu - citado mismo llama a Pablo (cf. Ga 1, 1), pero Pablo, a pesar de haber sido llamado por el Señor como Apóstol, confronta su Evangelio con el Evangelio de los Doce (cf. Ga 1, 18), se esfuerza por transmitir lo que ha recibido (cf. 1 Co 11, 23; 15, 3-4), y en la distribución de las tareas misio- neras es asociado a los Apóstoles, junto con otros, por ejemplo con Bernabé (cf. Ga 2, 9). Del mismo modo que al inicio de la condición de apóstol hay una llamada y un envío del Re- sucitado, así también la sucesiva llamada y envío de otros se rea- lizará, con la fuerza del Espíritu, por obra de quienes ya han sido constituidos en el ministerio apostólico. Éste es el camino por el que continuará ese ministerio, que luego, desde la segunda ge- neración, se llamará ministerio episcopal, "episcopé"… Así, la sucesión en la función episcopal se presenta como con- tinuidad del ministerio apostóli- co, garantía de la perseverancia en la Tradición apostólica, pala- bra y vida, que nos ha encomen- dado el Señor. El vínculo entre el Colegio de los obispos y la comu - nidad originaria de los Apóstoles se entiende, ante todo, en la línea de la continuidad histórica... La sucesión apostólica del mi- nisterio episcopal es el camino que garantiza la fiel transmisión del testimonio apostólico. Lo que representan los Apóstoles en la relación entre el Señor Je- sús y la Iglesia de los orígenes, lo representa análogamente la su- cesión ministerial en la relación entre la Iglesia de los orígenes y la Iglesia actual. No es una simple concatenación material; es, más bien, el instrumento his- tórico del que se sirve el Espíritu Santo para hacer presente al Se- ñor Jesús, cabeza de su pueblo, a través de los que son ordenados para el ministerio mediante la imposición de las manos y la oración de los obispos. Así pues, mediante la sucesión apostólica es Cristo quien llega a nosotros: en la palabra de los Apóstoles y de sus sucesores es Él quien nos habla; mediante sus manos es Él quien actúa en los sacramentos; en la mirada de ellos es su mirada la que nos en- vuelve y nos hace sentir amados, acogidos en el corazón de Dios. Y también hoy, como al inicio, Cristo mismo es el verdadero pastor y guardián de nuestras almas, al que seguimos con gran confianza, gratitud y alegría». Católicos y ortodoxos ¿ ? ENVÍENOS SUS PREGUNTAS Si tiene preguntas o dudas de fe, búsquenos en el Facebook de El Pueblo Católico, visite www.elpueblocatolico.org, llámenos al (303)715-3219 o escríbanos a elpueblo@archden.org Con mucho gusto le responderemos. discípulo misio- Cristo, sale demás. Es ne- pastoral", deje "las "reforma incluso "todas ellas misioneras" y "tantos her- viven sin la consuelo de la sin una conten- sentido y Francisco hace valiente de en que actual. que señala dinero, así ataques religiosa. Tam- indivi- familia, el la falta los fieles durante este tiempo de gracia. Y esto es vital para el futu - ro de nuestra Arquidiócesis, de nuestro país y de nuestra Iglesia, porque el contexto cultural en el que vivimos, desprecia cada vez más la fe". El desafío ahora está en vivir esa profunda fe, de manera coti- diana. ¿Dónde está la clave para ello? El prelado dice que la en- contramos en el pasaje del Evan- gelio sobre el encuentro de Jesús con Andrés, uno de sus apóstoles. "Ese encuentro con Jesús fue tan convincente que Andrés fue a buscar a su hermano Pedro y le dijo "¡hemos encontrado al Mesías!", señala el Arzobispo. "En la historia de Andrés y Pedro, encontramos un plan de acción en relación a lo que estamos lla - mados a hacer cuando termine el Año de la Fe". Este tiempo, dice Mons. Aqui- la, "no fue una campaña de mar- keting para entusiasmar a los católicos. Fue un tiempo para encontrar a Jesús y a Su Iglesia; un tiempo para conocer y amar más profundamente a Jesús y a Su Iglesia. Fue un tiempo para crecer en intimidad con Jesús, para encontrar al Señor en nues- tro corazón". Para ello, el prelado hace algu- nas recomendaciones: Continuar creciendo en in- timidad con Jesús, a través de la oración y los sacramentos. "¡Mientras más nos enamora- mos de Jesús, nuestras vidas se ven más transformadas para siempre!" Luego, seguir creciendo en la compresión de nuestra fe, aprovechando la variedad de instancias formativas de la Arquidiócesis de Denver. En tercer lugar, hacer apos- tolado, participando en los dis- tintos servicios y ministerios que existen en la comunidad. Y finalmente, el Arzobis- po plantea lo más exigente. "Compartir valiente y gozo- samente nuestra fe en Cristo con todo el mundo". "Esto no será fácil y en algu- nos casos será doloroso y su- pondrá la cruz", señala en su carta, porque vivimos en una cultura cada vez más seculari- zada. Pero estamos llamados a "dar testimonio de su amor y misericordia con nosotros". "Rezo para que la experien- cia del Año de la Fe haya traí- do a cada uno de ustedes un encuentro con Jesús que haya impactado sus vidas, tal como fue con Andrés", concluye el prelado. Lea la Carta Pastoral com- pleta escanean- do el código QR o vísite nues- tra web: www. elpueblocatolico.org. de trasmisión de la fe. Pero para él son más preocupantes aún las tentaciones de los agentes pasto- rales (la pereza egoísta, amor al dinero, la envidia, el desgaste de la fe, la conciencia de derrota, la mundanidad espiritual, el cleri- calismo, ...): "¿A quién vamos a evangelizar con estos compor- tamientos?" (EG, 100). "¡No nos dejemos robar la alegría evange- lizadora!" (EG, 83). Algo más El Papa considera la homilía como un bello diálogo amoroso de corazón a corazón entre Cris- to y su pueblo de carácter "cuasi sacramental" (EG, 142). La evan- gelización requiere "un camino comunitario de escucha y de res- puesta" (EG, 162). Ésta implica "desear, buscar y cuidar el bien de los demás", especialmente los pobres y los excluidos (EG, 178). "Jesús quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos la carne sufriente de los demás" (EG, 270). "Precisamente en esta época,... los discípulos del Señor son llamados a vivir como comu- nidad que sea sal de la tierra y luz del mundo (cf. Mt 5,13-16)" (EG, 92). Vendrán frutos Como párroco y como misio- nero, estoy convencido de que si esta obra es debidamente recibi- da, rezada, reflexionada y llevada a la práctica, veremos muchos frutos de santidad y conversión en nuestras parroquias y comu- nidades de fe. La alegría de los cristianos es siempre la "alegría misionera" (EG, 21) de llegar a los alejados y estar cerca de todo el que sufre. * El P. Felix es párroco de Queen of Peace, en Aurora. FOTO DE JEFFREY BRUNO FOTO DE JEFFREY BRUNO En la exhortación hace un llamado a todos los miembros de la Iglesia a sumarse a esta gesta misionera con alegría. Los jóvenes son agentes fundamenta- les para esta revolución misionera que transmita el gozo del Evangelio. DE DANIEL PETTY la Inmaculada Arzobispo conclusión Lea la Exhorta- ción del Papa escaneando el código QR.

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