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EPC - Febrero 2014

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EL PUEBLO CATÓLICO FEBRERO 2014 12 Adiós a la inocencia NO DEJES QUE NADIE TE LA ROBE… H ace unos días fui con unas amigas al cine a ver una pe- lícula muy interesante que disfruté mucho. Sin embargo, lo que vi antes de la película, me dejó triste y muy preocupada. "En este día de san Valentín, dile adiós a tu inocencia". Esta era la frase con la que promo- vían un nuevo film que saldrá en el cine precisamente este 14 de febrero, día de San Valentín. Supuestamente, es una his- toria de "amor eterno" entre dos jóvenes (ella adolescente, mucho menor que él) quienes pocos días después de conocer- se tienen relaciones sexuales. Se trata, lamentablemente, de una historia conocida, pues cada vez más jovencitas siguen este patrón: conocen al "amor de su vida" y para no parecer "aburridas, anticuadas, o moji - gatas", terminan prontamente entregando, después de juegos o tragos, lo más valioso y preciado que tienen: su pureza. Alguien podría decirme ¿Por qué te sorprendes? Eso se ve no sólo en las pe- lículas sino también en la vida real. Es verdad. Pero eso no quita que sea lamentable. Me mo- lesta la agresividad con que la película empuja directamente y sin tapujos a adolescentes a perder su ino - cencia; como si se tratara de algo de poco valor o incluso hasta de un logro. Me pareció una violación a esa pureza, que no le pertenece ni a los directores de la película, ni a productores o actores, sino a la propia jovencita, y nadie se la debería robar. Se trata de una situación cada vez más grave. Y no podemos voltear la vista frente al tema. Niñas, desde los 12 o 13 años, se lanzan cada vez más frecuen- temente a experimentar algo que no corresponde a su edad, ni a su estado. Y ni qué decir de las quinceañeras, que muchas veces creen equivocadamente, que al pasar "de niña a mujer", ya tienen cancha libre para tener relaciones sexuales. Esto no so - lamente es falso, sino que atenta contra la dignidad y riqueza de la sexualidad humana. Pero las jovencitas lo creen. No en vano, en Estados Unidos cada año hay 750,000 adolescen- tes que quedan embarazadas fuera del matrimonio. Así es, 750 mil. La cifra es impresionante. Y lo peor de todo, es que entre ese grupo, el índice de mujeres hispanas es cada vez mayor. Sin duda, la influencia de una cultura liberal, relativista, en la que ya no se distingue clara- mente lo bueno de lo malo, lo que te hace bien o te daña, lleva a que cada vez más adolescentes caigan en esta trampa. La presión social es muy fuerte. En una reciente encuesta realizada en clases de educación sexual en escuelas preparatorias se les preguntó a las chicas cuál era para ellas la pregunta más importante sobre sexualidad. Contrariamente a la expectativa de los profesores, no era sobre los métodos de control natal o enfermedades de transmisión sexual. Las chicas querían saber cómo decirle que "no" a un chico sin herir sus sentimien- tos. Claro, no querían herir sus sentimientos, pero bajo este velo se ocultaba una preocupación secreta: temían el rechazo y la posibilidad de quedarse solas. ¿Qué hacer frente a esta situa- ción? Es necesario hablar con los hijos, tanto los hombres como las mujeres, y enseñarles el inmenso valor de la pureza y de la castidad. No sólo decir que es malo tener relaciones sexuales prematrimoniales, sino explicarles el por qué, hacerles saber que aún no están preparados para ello. Que llegará el día en que con la persona que de verdad amen, y sea para siempre, podrán disfrutar dentro del matrimonio, que habrá sido bendecido y sostenido por Dios. Los padres no pueden callar. Los padres tienen que hablar, escuchar, acompañar y orien- tar. Y para ello, por supuesto, dar un buen ejemplo con la propia vida. No permitamos que el mundo con sus antivalores y criterios equivocados, llene la cabeza y el corazón de nuestros adoles- centes y les robe la inocencia, llevándolos a una vida liberal, promiscua, y lejana de su pure- za. Por el contrario, hagámosles saber que vale la pena cuidar ese tesoro, para que cuando llegue el momento preciso, puedan entregárselo por completo a la persona que será su compañero para siempre. Existen muchos recursos e ini- ciativas en distintos lugares del mundo que pueden ayudarnos a promover la castidad, y alentar a nuestros jóvenes a esperar hasta el matrimonio. Una de ellas es Opción V, que cuenta con miles de muchachos que han hecho una promesa de castidad, y que se dedican a invitar y ayudar a otros amigos de su edad a hacer lo mismo. Te invito a que busques esos recursos y puedas ayudar a los demás a cuidar ese tesoro tan sagrado que es la pureza. OPINIÓN POR MAYÉ AGAMA Por Lara Montoya El Pueblo Católico, conversó con el reconocido cantante Mar- tín Valverde y su esposa Eliza- beth Watson, psicóloga y conseje- ra familiar. Ambos estarán a car- go de las ponencias principales en la Conferencia Viviendo la Fe Católica que se llevará a cabo el 15 de Marzo, en las instalaciones del Colorado Convention Center. En la entrevista, la pareja com- parte sus experiencias como evan- gelizadores, ofrecen claves para fortalecer las familias y nos dan un adelanto de su presentación. EPC: Sabemos que ambos están muy involucrados en la misión de evangelización, ¿han tenido antes la oportunidad de evangelizar como pareja? Evangelizar como pareja es nuestro llamado, eso siempre lo hemos peleado. De hecho nos conocimos en medio de una mi- sión evangelizadora hace casi 30 años. Llevamos ya varios años haciendo, como actividad alter- nativa a los conciertos, las char- las y los talleres para matrimo- nios y parejas, y nos alegra ver los frutos al interno y al externo, así es cuando las cosas son de Dios. EPC: Lizzy, desde tu experien- cia como consejera matrimo- nial ¿cuáles son las dificultades más grandes que las parejas en- frentan hoy? El reto más importante tiene que ver con el aprender a cons- truir intimidad. Al interior de ti mismo y con tu esposo(a). Al for- talecer el vínculo de pareja- por encima del trabajo, de la familia de origen y aún de los hijos- se fortalece el núcleo mismo de la familia. Esto es urgente en una so- ciedad tan despersonalizante. Es algo más que habilidades de comunicación, de escucha, de encontrar el propio ritmo como pareja para ser equipo. Todas es- tas habilidades siempre ayudan y se deben desarrollar; pero no son todo si no van envueltas en honestidad, respeto y empatía. El reto es aprender a relacionarte con tu pareja desde el amor ma- duro, desde el respeto profundo y el reconocimiento del otro di- ferente a ti, para lograr un "noso- tros", un proyecto en común. EPC: ¿Y cuáles son los retos de las familias? El amor no tiene nada que ver con el control. Nuestros hijos, aun siendo pequeñitos tienen una dignidad que debe ser valo- rada, no deben ser sobreprotegi- dos o dejarlos crecer sin límites, pero tampoco sobre exigidos de tal manera que se ahogue su per- sonalidad verdadera. Dios nos ha llamado para crecer en el amor. Crecemos al integrar nuestras diferencias. Dios nos ha dado los dones que necesitamos para cumplir la misión a la que hemos sido llamados. La familia es el la- boratorio divino donde se practi- can esos dones y virtudes con los que podemos crecer y desarro- llarnos a plenitud. Y nos toca a nosotros papás modelar el cómo y aprender a crecer también con nuestros hijos. EPC: Martín, tu apostolado principal son los conciertos evangelizadores, es más ha- ce poco te tuvimos en Denver ¿Qué debe esperar el público de Colorado en esta oportunidad? La pregunta es buena, porque no falta algún despistado espe- rando el momento del concierto y hasta lo reclama si no lo ve, y pues no, no es concierto. Lo que sí van a descubrir es uno de los secretos más importantes de mi aposto- lado: la participación directa de Lizzy en todo esto. Mi parte es la música, (o sea que música va a haber, no se aflijan), el humor, y el resumen del tema. La parte de Lizzy es el contenido, el conoci- miento, y la aplicación probada y efectiva de lo que comparte en sus charlas, dado su constante trabajo con matrimonios en su consultorio todas las semanas. EPC: Ustedes hablarán del reto de vivir en familia y de la participación de la familia en la misión de la Iglesia. ¿Qué nos pueden decir al respecto? Para resumírtelo al máximo, te recuerdo el dato que las vocacio- nes, sean las que sean, inclusive las sacerdotales, no vienen, ni salen en las cajitas de los cerea- les, son fruto directos de las fa- milias, de ahí que a veces hemos fallado en el diagnóstico y en el medicamento. Pues hablamos de crisis pero nos vamos a los síntomas, no a las causas, y sin mucho que calcular, si la institu- ción de la familia está mal, todo lo demás lo está, y eso incluye a la Iglesia. Con la gran ayuda del Papa Francisco se ha ido enten- diendo que una cosa es la insti- tución con todos sus formatos y deberes, y otra el Cuerpo de Cristo, en donde TODOS somos Iglesia, no unos cuantos con la autorización de serlo. Ambos re- tos, el de ser familia, y el de nues- tra misión como familia tienen el mismo tratamiento y la misma aplicación. EPC: ¿Por qué las familias de Denver deberían asistir a esta conferencia? Porque es un regalo para las familias, porque nunca es tarde, porque todo lo que ayude a la pa- reja es Dios actuando, porque no existe el matrimonio que no ten- ga necesidad de una herramien- ta, es un recibir juntos. Porque habría que estar miope al punto de ceguera y no ver la lucha que pasan las parejas hoy, hay una crisis y se debe de aprovechar para fortalecer la relación de los matrimonios, y estas conferen- cias no sólo hacen bien, multipli- can el bien que se puede hacer. Si salvamos la familia, salvamos la Iglesia. Si desean mayor información sobre la conferencia, pueden co- municarse con María Ramírez al 303.715.3247 ó Maria.Ramirez@ archden.org "Si salvamos a la familia, salvamos a la Iglesia" FOTO PROVISTA De izq. a der.: Martín y Lizzy Valverde junto a sus hijos Daniela, Jorge, su nuera Martha y su hijo mayor Martín.

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