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EPC - Abril 2014

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EL PUEBLO CATÓLICO ABRIL 2014 2 Alegría en la adversidad ¡ Alégrate! Éste es el mensaje que fue proclamado el domin- go pasado, en el momento en que cambiamos de atención de la oración, ayuno y limosna, que caracteriza la cuaresma, y pasa- mos a la alegría de estar a más de la mitad de nuestro recorrido para celebrar la Resurrección del Señor, en la Pascua. El nombre de domingo Lae- tare proviene de las palabras de la Escritura que son rezadas al comienzo de la Misa, conocidas como introito. El introito del pasado domingo comenzaba diciendo "Laetare Jerusalén" ("Alégrate Jerusalén"), citando el capítulo 66 de Isaías, que continúa: "gozad con ella, todos los que la amáis, alegraos de su alegría, los que por ella llevasteis luto. Mamaréis a sus pechos y os saciaréis de sus consuelos, y apuraréis las delicias de sus ubres abundantes". ¡Qué hermoso recordar, con estas palabras, que Cristo ha venido a salvarnos y que restau- rará el mundo, de manera que será más glorioso que antes de la caída del pecado original de Adán y Eva! Pero si nos alejamos de la perspectiva de la vida eterna, el alegrarse puede parecer ridícu- lo, especialmente si miramos al mundo que nos rodea. El enemi- go siempre querrá apartarnos de la alegría evangélica, y ha- cernos caer en desesperanza y desaliento. Sin embargo, les quiero recor- dar que, a través de los dones del Espíritu Santo, no es sólo posible, sino necesa- rio regocijarnos en los tiempos de difi cultad. No puedo pensar en un solo santo que no haya experimentado esta prueba de autenticidad de su fe y alegría. San Pedro y los demás apósto- les son un gran ejemplo de esto, cuando fueron llevados frente a los jefes del Sanedrín porque predicaban sobre Jesús y su re- surrección de entre los muertos en el Templo. Al ser cuestiona- dos por el consejo judío, Pedro replicó: "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús a quien vosotros disteis muerte colgándole de un made- ro. A éste le ha exaltado Dios con su diestra como Jefe y Salvador, para conceder a Israel la conver- sión y el perdón de los pecados. Nosotros somos testigos de estas cosas, y también el Espíritu San- to que ha dado Dios a los que le obedecen" (Hechos 5, 29-32). Después de su audiencia ante el Consejo, se les advirtió que no hablaran en el nombre de Jesús, y fueron azotados. Lo que es sorprendente es que los apóstoles respondieron a esto alegrándose, ya que habían "sido considerados dignos de sufrir ultrajes por el Nombre" (Hechos 5, 40). ¿Cuándo fue la última vez que te trataron mal a causa de tu fe, y tu respuesta fue alegrarte en vez de enojarte, o ponerte a la defensiva y desalentarte? Sin la fe cristiana en la resurrección, el alegrarse por el sufrimiento físico o verbal puede parecer sádico. Pero si te fi jas en la reacción de los apóstoles más detenidamente, verás que su respuesta está avivada por el amor del nombre de Jesús. Jesús experimentó el mismo tipo de rechazo y persecución. En la tra- dición judía, el nombre de una persona signifi caba su identidad y misión en la vida. Entonces cuando los apóstoles se ale- graron porque sufrían por el nombre de Jesús – que signifi ca "Dios salva" en hebreo – estaban haciendo eco del mismo men- saje que Pedro había dado al consejo: Dios exaltó a Jesús para salvar a Israel. Además de los otros apóstoles, Pedro también invocó al Espíritu Santo como testigo. No debemos dejar de invocar al Espíritu Santo cuando sufrimos, y pedirle sus dones. ¿Cuán a menudo pides al Espíritu Santo sus siete dones: sabi- duría, entendimiento, consejo, fortaleza, conocimiento, piedad y temor del Señor? Todos estos regalos juegan un rol a la hora de alegrarnos en medio de las difi cultades. Particularmen- te, la sabiduría y la fortaleza nos pueden ayudar a tener la perspectiva de Dios y perseverar a pesar de las adversidades. El difunto cardenal Nguyen Van Thuan nos viene a la mente como alguien que pudo alegrar- se en medio del sufrimiento que implicó pasar 13 años en prisión a causa de la fe. El día en que fue arrestado, en 1975, el cardenal Van Thuan decidió que viviría su cautiverio no solamente como "un tiempo de resignación, sino como un momento decisivo de mi vida. Decidí que no esperaría. Viviría el momento presente colmándolo de amor. Si paso mi tiempo esperando, quizá las co- sas que espero nunca llegarán. La única cosa que con seguridad me llegará será la muerte". "Yo no esperaré", decidió el cardenal vietnamita. "Voy a vivir el momento presente colmán- dolo de amor". Su amor por Cristo terminó convirtiendo a varios de sus guardias, y muchos fueron los que después dieron testimonio de su permanente alegría interior. ¡Qué nosotros también nos propongamos vivir nuestra fe en la esfera pública con la misma alegría y valentía, de manera que siempre demos testimonio de Jesucristo sin importar el costo! POR EL EXMO. MONSEÑOR SAMUEL J. AQUILA El Pueblo C A T Ó L I C O Editora: Mayé Agama Directora General: Karna Swanson EL PUEBLO CATÓLICO, periódico en español de la Arquidiócesis de Denver, 1300 S. Steele St., Denver, CO 80210, Teléfono 303-715-3219, Fax 303-715-2045, E-mail: elpueblo@archden.org Contemplándola podemos profundizar en los misterios cen- trales de la Semana Santa Por Barbara Symmes Durante la mañana del 22 de marzo se realizó en la Parroquia Holy Name, en Englewood, un retiro de Cuaresma dirigido por el Doctor John Jackson y su esposa Rebecca, fundadores del Centro de la Sábana Santa, ubicado en Colorado Springs. El doctor en física presentó una interesante charla, que sirvió para entrar en los misterios de la Semana Santa. La Sábana Santa – también conocida como el Manto de Turín, el Santo Sudario, o la Sín- done- es un manto de lino de 436 cm × 113 cm, que muestra la imagen de un hombre que habría sufrido la muerte de la misma manera como los Evan- gelios narran la pasión y muerte de Cristo: fl agelado, coronado con espinas, con heridas que revelan que cayó varias veces, y crucifi cado. Diversos estu- dios científi cos apoyan la tesis de que esta Sábana es la mis- ma que envolvió el cuerpo de Jesús, cuando fue bajado de la Cruz y puesto por José de Arimatea y Nicodemo en el sepulcro (Mateo 27, 57-58). Por esta razón, el manto es objeto de veneración y es- tá custodiado en la ciudad de Turín, en Italia, desde 1578. Cada cierta canti- dad de años se expone al público; las últimas ex- hibiciones fueron en el 2000 y 2010. La próxima será en el año 2015, en el que acudirán a vene- rarla millones de pere- grinos de todas partes del mundo. Si bien no es ma- teria de fe, diversos santos, reyes y todo tipo de creyentes, la han venerado, incluidos diversos Papas, como el próximo santo Juan Pablo II y el Papa emérito, Benedicto XVI. El Papa polaco dijo de ella que era "la reliquia más espléndida de la Pasión y de la Resurrec- ción" (durante el rezo del Regi- na Caeli, 20 de abril de 1980). A simple vista, el manto reve- la una imagen humana. Pero en el año 1898, el fotógrafo italiano Secondo Pía realizó la primera fotografía de la historia de la Sá- bana Santa. A la hora de revelar el negativo, el fotógrafo quedó sorprendido: se veía en él la imagen perfecta de un hombre, igual a Jesucristo. Desde ese momento, miles de estudios científi cos se han realizado para comprobar la autenticidad de la imagen. En- tre ellos, el Dr. Jackson, junto a un grupo de hombres de cien- cia, el equipo S.T.U.R.P. (Shroud of Turin Research Project), rea- lizó el mayor estudio efectua- do en la tela hasta la fecha. Sin embargo, no se pudo determi- nar cómo se produjo la imagen. Pero se comprobó que no era una falsifi cación: la imagen se encontraba estampada en la superfi cie de la tela. No podía haber sido hecha por un artista. En su teoría el Dr. Jackson expo- ne que el cuerpo que dio origen a la imagen pareciera haberse vuelto radiante y mecá- nicamente transparente. Esto signifi caba que en un momento, el cuerpo no ofreció resistencia a la tela, lo que permitió que la sábana cayera a través del cuerpo, ba- jo la infl uencia de la gravedad. Entonces, la radiación que se des- prendió en este fenó- meno produjo que la imagen se estampara en la tela. Algunos científi cos piensan que esa energía se desprendió del mo- mento de la resurrec- ción de Jesús. Los misterios de la Semana Santa Uno de los mo- mentos más con- movedores de la presentación en Holy Name fue el rezo del Vía Crucis. Ayudados por la evidencia cientí- fi ca del manto de Turín, los parti- cipantes fueron introducidos en el misterio de la Pasión del Se- ñor. Con ello se pudo revivir el recorrido que realizó Cristo desde el Jueves Santo hasta la Resurrección. La Semana Santa se ini- cia con la ce- lebración del Domingo de Ramos, que recuerda la en- trada triunfal La Sábana Santa nos narra la pasión y muerte de Cristo FOTO DE ART HISTORY IMAGES/HOLLY HAYES "La imagen impresa en la Sábana Santa es la de un muerto, pero la sangre habla de su vida"- Bene- dicto XVI

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