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EPC - Sep 2014

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EL PUEBLO CATÓLICO SETIEMBRE 2014 2 este ministerio". Volver "Recibir para mí ver a nacer, certeza que Dios de servir tió con nuevo "Agarrado apoyado guiado quiero mi parroquia, pueblo Además fueron Arturo Cuevas rrero Chávez, res y José Arellano. Los grupo de Diego" años en para Diáconos cesis de ¿Qué signifi El orden gún lo la Iglesia 1554 está servir a bíteros. cerdote" días a los bíteros, Sin embargo, Se buscan apóstoles comprometidos de por vida L a semana pasada, duran- te dos días, 500 personas provenientes de todo el país se reunieron en el Tech Center de Denver para la conferencia inaugural de Amazing Parish (en español, "Parroquia Asom- brosa"). Asistí al evento para experimentar este movimiento en primera persona, y me ha asombrado cómo el futuro de cada parroquia depende de cómo los católicos nos convirta- mos en discípulos maduros, con un compromiso de por vida. Un tema que se pudo escu- char, tanto en asistentes como en conferencistas, fue la impor- tancia de que los parroquianos vayan más allá de informarse de cuál es el próximo programa de formación, y más bien se con- viertan en evangelizadores acti- vos y creativos. Esta inquietud re- fl ejaba el tema de la conferencia, "Vayan y hagan discípulos míos a todas las naciones" (Mateo 28,19). San Agustín, cuya fi esta celebramos el pasado 28 de agosto, cuando se lamentaba de su voluntad débil y su incapacidad de abandonar sus pecados, expe- rimentó esta transforma- ción crucial. Él fue quien dijo la famosa frase: "Señor, dame la castidad, pero no todavía". San Agustín recordaba en su libro "Confesiones", que en me- dio del tormento de sus refl exio- nes, se fue a un jardín, donde de pronto escuchó la voz de un niño, que entonaba una rima: " Tolle, lege, tolle, lege," "Toma y lee, toma y lee". Entonces tomó las Escrituras y abrió el pasaje de la Carta de San Pablo a los Romanos, la que había estado leyendo recien- temente. Sus ojos se fi jaron en Romanos 13, 13-14, en donde San Pablo llamaba a abandonar las obras de la carne y revestir- se de Cristo. En ese momento, entendió que aquellas palabras estaban dirigidas directamente por Dios a él, y le mostraban el camino a seguir. Refl exionando acerca de la conversión de San Agustín, el Papa Benedicto XVI decía: "Entonces, así sintió cómo se di- sipaban las tinieblas de la duda y quedaba libre para entregarse totalmente a Cristo: Él describía la experiencia como «Habías convertido a ti mi ser»". Como nosotros, el camino de conversión de San Agustín no culminó con esta decisión inicial. Como notaba el Santo Padre, "el camino de conversión de San Agustín continuó hu- mildemente hasta el fi nal de su vida". Nuestra sociedad secularizada ofrece todo tipo de diversiones como el dinero, prestigio, poder y placer, que nos alejan de lo que en verdad nos va a satisfa- cer. Pero la historia nos muestra que estas respuestas se revelan insatisfactorias. La única respuesta que puede dar una respuesta plena a la pregunta del sentido y propósito del ser humano se encuentra en nuestra identidad de hijos e hijas amados del Padre, quienes están destinados a vivir en una comunión eterna con Él. San Agustín habla de esto bellamente, cuando dice en sus "Confesiones": "Nos hiciste para ti, Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti". El futuro de nuestra arquidió- cesis y de sus misiones y parroquias, el futuro de nuestras familias, y más importante aún, de nuestras almas, de- penden de esta verdad y de nuestros esfuer- zos por mantenerla en el centro de nuestras vidas. Mirando su pasado, San Agustín se dio cuenta que habían dife- rentes fases en su camino de conversión, y esto también es verdad en nuestras vidas. Uno de los conferencistas del evento Amazing Parish, Jeff Cavins, describió el peligro que corren los católicos devotos de reducir su fe a un "estudio de la fe". Este reduccionismo se puede ver en alguien, por ejemplo, que busca continuamente el último libro, video o estudio bíblico católico, pero no ahonda en su relación con Cristo. Si nos vamos a convertir en discípulos maduros de Cristo, debemos obedecer su mandato de "Remar mar adentro, y echar las redes para pescar". Debemos ir más allá de simplemente buscar formación, y preguntarle al Espíritu Santo cómo nos está llamando a atraer a otras perso- nas a un encuentro con Cristo y su Iglesia. Porque, al fi nal, nuestra fe no se trata de programas. Se trata de amar, conocer y seguir a Cristo y a la Iglesia que Él creó para nosotros. En una palabra, nuestra fe se trata de convertir- nos en discípulos, en creyentes comprometidos con la búsque- da de Jesús dondequiera que POR EL EXMO. MONSEÑOR SAMUEL J. AQUILA El Pueblo C A T Ó L I C O Editora: Mayé Agama Directora General: Karna Swanson EL PUEBLO CATÓLICO, periódico en español de la Arquidiócesis de Denver, 1300 S. Steele St., Denver, CO 80210, Teléfono 303-715-3219, Fax 303-715-2045, E-mail: elpueblo@archden.org 6 nuevos diáconos para la comunidad Por Gabriela Pérez y Mayé Agama La Basílica Catedral de la Inmaculada Concepción, en Denver, fue el hermoso esce- nario donde se llevó a cabo la ceremonia de ordenación de seis nuevos diáconos, el pasa- do sábado 23 de agosto. El Arzobispo de Denver, Mons. Samuel J. Aquila presi- dió la ceremonia de ordena- ción en la que los seis orde- nandos compartían algo en común: todos son inmigran- tes, provenientes de México y tienen como lengua natal el español. Amigos y servidores Fue precisamente en espa- ñol que el Arzobispo se diri- gió a ellos, durante la homilía, para agradecerles el haber di- cho "Sí" al servicio de Cristo; recordándoles que ellos "han sido llamados desde la eterni- dad… para servir al Señor co- mo diáconos". "Un diácono es un servidor", continuó el Arzobispo. "Los diáconos reciben la imposi- ción de las manos, no para el sacerdocio sino para el minis- terio. Esta única vocación es su tesoro", agregó Mons. Aquila, quien explicó que los diáco- nos "no son sacerdotes o casi sacerdotes. Son diáconos que quieren ser como Cristo, el ser- vidor. Ellos están confi gurados con Cristo siervo, y servirán en la sagrada liturgia… también llevarán alimento a los ham- brientos, pero sobre todo, es- peranza a los que sufren". Más adelante, el Arzobis- po les hizo ver que también son ahora "amigos" de Dios, porque se han ganado su confi anza. Para la comunidad hispana Durante la ceremonia bilin- güe, cada uno de los candida- tos fue llamado por su nom- bre, y al responder "Presente", ratifi caron su compromiso de estar ahí para la Iglesia y para cada una de las comunidades en las que servirán. Según el Arzobispo de Den- ver, la labor de los nuevos diá- conos estará orientada prin- cipalmente a la comunidad hispana, que es "una parte muy importante de nuestra ar- quidiócesis, y por quienes hay tanto que hacer". Visiblemente emocionados, los seis candidatos subieron al altar y expresaron su intención de ser ordenados ofi cialmente diáconos y llevar con humil- dad su ministerio. Luego, de forma individual, se acercaron al Arzobispo y le prometieron respeto y obediencia a él y a sus sucesores. Siguiendo el rito de ordenación, se postraron ante el altar, para recibir la guía del Espíritu Santo, mientras los presentes les acompañaban en oración. Acto seguido, cada uno recibió la estola que los in- vistió como nuevos ministros del diaconado. También recibieron el libro de los Sagrados Evangelios, porque son llamados a ser mensajeros de la palabra de Jesucristo. "Crean, enseñen y practique lo que aquí leen", les exhortó el Arzobispo Aquila. Posteriormente, los nuevos or- denandos recibieron el abrazo y beso fraternal de sus herma- nos diáconos. Un momento signifi cativo fue cuando todos en oración pidieron a la Virgen de Gua- dalupe, para que proteja a los nuevos diáconos, y les ayude a ser hombres valientes. Amor a sus familias En la ceremonia, el Arzo- bispo Aquila agradeció a las familias, y muy especialmen- te a las esposas de los nuevos diáconos por su apoyo y sacri- fi cio para que pudieran llegar a ordenarse. María Guerrero, esposa del diacono Antonio Guerrero, di- jo sentirse muy orgullosa de su esposo y muy feliz de estar acompañados por toda la fa- milia. "El orar juntos nos ayu- dó y fortaleció para aceptar la vocación de mi esposo para Amigos de Dios FOTOS DE ANYA SEMENOFF Los 6 futuros diáconos, de rodillas, durante la ceremonia presidida por el Arzobispo Aquila. Continúa en la Página 16

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