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OCTUBRE-NOVIEMBRE 2024 | EL PUEBLO CATÓLICO
" Es la
economía".
Es lo que hemos estado
escuchando sobre lo que realmente
importa en nuestras elecciones. El
crecimiento económico y los efectos
consiguientes en nuestro nivel de
vida. Es una línea de pensamiento
peligrosa si lo piensas bien. ¿No se
basa la economía de una nación
en las personas? ¿El crecimiento
económico es siempre bueno para
las personas o puede enmascarar
nuestra necesidad de algo más?
La Iglesia nos recuerda que las
personas trascienden la economía,
porque los bienes económicos
existen para fomentar la realización
del bien común. El secularismo
amenaza los cimientos de la sociedad
porque, sin Dios, perdemos de
vista todo lo que está más allá de la
prosperidad inmediata. San Pablo
nos enseña que "no hay autoridad
sino de parte de Dios" (Rom 13, 1).
Nuestras propias voluntades no son
el fundamento último de la justicia
y la ley, porque hay un estándar
de verdad y bondad más allá de
nosotros mismos al que debemos
responder. Sin una referencia
trascendente, nuestras leyes se
convierten en expresiones arbitrarias
de puro poder, que conducen
inevitablemente a la catástrofe.
EL
VERDADERO
PROPÓSITO
DOC TR I NA CATÓ LICA
la dignidad humana,
la comunidad local
y el bien común