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2024_EPC_Agosto-Septiembre

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vida. Su deseo es que nuestros corazones sean transformados, y solo él puede hacer eso. Anhela que ese corazón transformado ante su presencial real en la Eucaristía se ref leje en nuestra misión de vida. Desea que el encuentro sea en primera persona, es decir, entre él y tú. Mi deseo y petición es que tú y yo en este momento corramos hacia él y que le demos per- miso a él de transformarnos ante su presencial real ¿Dónde? Precisamente, en la Eucaristía. ¿Por qué esperar más? ¿Por qué poner pretex- tos? ¿Por qué dejarlo esperar? Visitémoslo; permitamos que su mirada penetre lo más profundo de nuestro ser, perma- nezcamos en su presencia y dejémosle permane- cer en la nuestra. Dejemos nuestro corazón des- cansar cerca del suyo. Seamos vulnerables ante él y amémosle tal y como somos, y dejémosle amarnos así para que su amor nos transforme y nos libere. Como decía santa Teresa de Jesús: "¿Te das cuenta de que Jesús está allí expresa- mente para ti, solo para ti? Arde en deseos de entrar en tu corazón… id sin miedo a recibir al Jesús de la paz y del amor". Mi otro deseo es que recibamos a Jesús con un corazón abierto, unámonos íntimamente a él al recibirlo en la Eucaristía. Solo así podremos ser sus colaboradores. Seamos lideres Eucarísticos que lleven su amor a los confines de la tierra. Permitámosle que su presencia en nosotros nos impulse, y que su amor irradie a través de nosotros a los demás, a los que aún no lo cono- cen, a los que sufren porque no saben de él. Que su amor irradie a través de nosotros a aquellos que necesitan ser amados por él. ¡Que se note que hemos estado ante la pre- sencia de un rey y que lo hemos recibido! Que los demás nos pregunten por nuestro cambio, que se note que le conocemos tanto que el otro también lo quiera conocer. Que sepan que lo amamos tanto, tanto, tanto que otros deseen amarle también. Ahora, nos toca a nosotros ser otro Carlo Acutis u otra santa Catalina Drexel, pero con nombre propio. Ahora nos toca a nosotros, porque si no somos nosotros, ¿entonces quién? Nos toca llevar a Jesús Eucaristía desde el inte- rior de nuestro ser al mundo entero. Nos toca compartir la gran noticia de que él si está a la vuelta de la esquina y es ¡tangible! Que no nos cuenten sobre las conversiones y la santidad de otros, mejor; ¡seamos testigos en primera persona, seamos los santos de los que tanto hablamos! ¡Seamos lo que experimenta- mos! ¡Ve con él; él te enseñará cómo ser! 23 EL PUEBLO CATÓLICO | AGOSTO-SEPTIEMBRE 2024

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