elpueblocatolico

2024_EPC_Junio-Julio

Issue link: https://elpueblocatolico.uberflip.com/i/1522054

Contents of this Issue

Navigation

Page 7 of 35

Por supuesto, san Juan Neumann fue llamado de manera particular a predicar la buena nueva, a permanecer en relación con la misma Trinidad. También conocía el significado eterno de invitar a otros a esa relación para que pudieran conocer y amar al Señor y compartir ese amor. "Cada persona [es decir, tú y yo, querido lector] aporta una dimensión única para ayudar al mundo a escuchar y res- ponder a la buena nueva". Tú y yo somos hijos de Dios únicos, irrepetibles y amados. Nuestro prójimo no puede ser para lo que noso- tros fuimos creados a ser; no puede cumplir nuestra misión particular como nosotros podemos. Jamás habrá nadie en esta tierra como tú o como yo. Dios no conoce el desperdicio. "No somos enviados a este mundo en vano; no nacemos al azar", dijo una vez san Juan Neumann. "Dios nos ve a cada uno de nosotros. Él se digna a necesitarnos a cada uno de nosotros. Él crea cada alma con un propósito". Bendito y completo en sí mismo, Dios no nos necesita propiamente hablando, pero se digna permitirnos ser parte de su gran diseño. Se nos invita a entrar y se nos da un papel que desempeñar. Nosotros importamos. ¿P O R QU É A H O R A? ¿No habría sido más fácil si naciéramos en otro momento, con menos dificultades y desafíos? Querido lector, en todas las épocas, la Iglesia ha con- trastado con el mundo. Llamada a estar en el mundo, pero no a ser de él, la Iglesia apunta más allá de lo efímero hacia lo eterno, el cielo. A diferencia de épocas anteriores, nues- tros desafíos pueden ser muchos, pero nuestra misión de confundir al mundo a través de nuestro alegre testimonio contracultural sigue siendo la misma. Hemos sido creados en este tiempo para ser faros de luz, verdad y bondad. Lo mismo le ocurrió al patriarca José, quien fue vendido como esclavo por sus hermanos. Incluso en medio de una gran oscuridad, experimentando el quebrantamiento de su mundo, su amorosa confianza en Dios permaneció. Años más tarde, asumió el mando de la casa de faraón y ejerció un juicio astuto, proveyendo al mundo durante la hambruna. Cuando sus hermanos aparecieron ante él, José enfrentó un dilema: vengarse con su nuevo poder, una decisión que el mundo habría entendido, o elegir la 6 JUNIO-JULIO 2024 | EL PUEBLO CATÓLICO

Articles in this issue

Archives of this issue

view archives of elpueblocatolico - 2024_EPC_Junio-Julio