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2024_EPC_Febrero-Marzo

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18 FEBRERO-MARZO 2024 | EL PUEBLO CATÓLICO AM O R Y CO NVIVE N CIA POR MATT AND MINDY DALTON Fundadores de Marriage Missionaries marriagemissionaries.org ¿Es mejor vivir juntos antes de casarse? Vale la pena esperar T odos hemos asistido a bodas y hemos vivido ese momento tan esperado en el que la novia camina hacia el altar. Todos nos ponemos de pie, miramos hacia el fondo de la iglesia y esperamos. A mí, sin embargo, me gusta centrarme en el novio y ver cómo se manifies- tan sus nervios. ¿Está sudando? ¿Qué dice su cuerpo? Al ver a su novia, sus ojos se fijan en los de ella, su sonrisa se quiebra y su barbilla comienza a temblar para contener las lágrimas de alegría. Respira hondo para reagruparse y se seca las lágrimas cuando el padre de su amada se acerca para darle la mano. Todo esto revela algo: esta mujer merece la espera. San Ireneo dijo: "La gloria de Dios es el hombre plena- mente vivo". Empaparse de esta sabiduría es algo inspira- dor. Dios recibe la gloria cuando el ser humano vive en su plenitud, que incluye la vida, el amor y los dones de Dios. Así como Dios tiene sed de que estemos plenamente vivos, nosotros también tenemos sed de que nuestros hijos y nietos estén "plenamente vivos" en él. CO N V I V E N CI A , A M O R Y D E S EO S Pero ¿cómo pueden los padres y abuelos transmitir esta bondad a sus hijos y nietos, especialmente en estos tiempos en los que incluso podemos perder la esperanza en nuestra cultura? En EE. UU., el número de matrimo- nios ha disminuido un 61 % desde 1971. En los últimos años, la tasa de divorcios en nuestro país ha descendido en gran medida debido al experimento de la convivencia, una práctica ahora ampliamente aceptada. La convivencia significa vivir juntos y tener una relación sexual antes del matrimonio. Por mucho tiempo, la respuesta más común al tema de la convivencia y la sexualidad ha sido no decir nada. La mayoría de nosotros no nos sentimos preparados para hablar de estos temas tan delicados. Sin embargo, permanecer callados y desinformados nos vuelve ciegos: "Y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en un pozo" (Mt 15,14). La gente está prolongando o incluso optando por no casarse para poner sus relaciones a "prueba". Muchas personas en nuestro mundo miran a su alrededor y ven el sinnúmero de matrimonios miserables y divorcios, y se preguntan: "¿Es este tipo de amor, el amor conyugal, siquiera posible?". El papa san Juan Pablo II, que tenía la esperanza de devolver el sentido de la pureza a la cultura actual, subra- yaba a menudo que "el impulso sexual es un don de Dios". Sin embargo, mantenía que el deseo sexual nunca debía separarse del amor, es decir, de la voluntad de hacer lo mejor para el otro. Puede surgir el deseo de convivir o tener sexo fuera del matrimonio, pero estos comportamientos son formas pobres de llevar a cabo nuestros deseos, porque carecen de compromiso y amor. Cuando separamos nues- tros deseos del amor, utilizamos al otro como si fuera una "cosa" en lugar de "alguien". ⊲ FEBRERO-MARZO 2024 | EL PUEBLO CATÓLICO 18

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