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ROSARIO COMBÍNALO CON OTRA ACTIVIDAD A lo largo de los años, nuestra familia ha tratado de encontrar formas de rezar juntos el rosario todos los días. Cuando nuestros hijos eran pequeños, lo convertía- mos en parte de su rutina antes de acostarse. Orábamos mientras nos preparábamos para dormir y nos cepillábamos los dientes. Ahora que están creciendo, les hemos enseñado la práctica de ora et labora (la oración y el trabajo), por ejemplo, a orar mien- tras lavamos los platos juntos después de la cena. Esta estrategia para crear hábitos es poderosa porque toma ventaja del poder de la asociación. Vincular dos actividades nos ayuda a recordarlas e integrarlas en nuestra rutina diaria. Entonces piensa: ¿qué es algo que haces todos los días? ¿Tienes tiempo para rezar el rosario en el camino a tu trabajo? ¿Paseas al perro todas las mañanas? ¿Cocinas para tu familia? Convierte estos momentos en tu tiempo para rezar un rosario. CONSIGUE UN COMPAÑERO RESPONSABLE Hace unos años compré un libro de meditación que estaba decidida a utilizar todos los días de Adviento. Sabía que sería un desafío terminarlo durante una temporada ocupada, así que le pedí a una amiga que me ayudara a mantener mi objetivo. El plan era sencillo. Le enviaba un mensaje de texto con un emoji divertido todos los días para hacerle saber que acababa de orar, y si ella no recibía nada antes de la hora de la cena, me enviaba un mensaje de texto para recordarme. Sabía que, si alguien más estaba pendiente, eso me motivaría a orar. Y no solo aceptó ayudarme, sino que también me preguntó si yo haría lo mismo por ella. RECOMPÉNSATE En mi experiencia, el apoyo positivo funciona muy bien tanto en los niños como en los adultos. Puede parecer raro recompensarte a ti mismo por orar, pero la recompensa no tiene por qué ser algo fuera de lo común. Decirte a ti mismo que solamente puedes hacer algo que disfrutes una vez que hayas rezado el rosario puede motivarte a hacerlo. ¿Quieres revisar tus redes sociales o tomar un café? Oblígate a sacar el rosario primero. FIJA UNA HORA Uno de los retos más grandes que nos impiden rezar constantemente el rosario podría ser simplemente que nos olvidamos de hacerlo. Muy a menudo nuestro día comienza con grandes propósitos, pero a medida que avanza nos encontramos con cientos de tareas inesperadas que necesitan de nuestra atención. Cuando esto sucede, parece que el día se termina antes de darnos cuenta, y algunas de las cosas más importantes quedan pendientes. Si realmente quieres rezar un rosario diario, el primer paso es comprometerte a una hora concreta para hacerlo... y posiblemente a un tiempo de respaldo para aquellos días en los que la hora fijada no funcione. Si todavía tienes miedo de olvidarlo, pon una alarma en tu teléfono como recordatorio. 14 | O C T U B R E - N O V I E M B R E 2 0 2 3 1 2 3 4

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