Issue link: https://elpueblocatolico.uberflip.com/i/1504769
L a solemnidad de Corpus Christi inauguró en la arquidiócesis el segundo año del Avivamiento Eucarístico, que tiene como enfoque la parroquia. Estamos convencidos de que el Año Parroquial es el año más impor- tante del Avivamiento Eucarístico. Las razones son muchas, pero principalmente se debe a que la expe- riencia más común para los fieles de encontrar a Jesús en la Eucaristía sucede en la celebración local de la Misa en nuestras parroquias. Como señaló un párroco: "Necesitamos entender cómo podemos participar mejor en lo que ya hacemos todos los días". Previo al Año Parroquial, envié a equipos del centro pastoral a visitar muchas de nuestras parroquias y deca- natos para comunicar los propósitos del Avivamiento Eucarístico, informar sobre la planificación y ayudar en el discernimiento de los equipos parroquiales. Los obispos de los Estados Unidos esperan que el Avivamiento Eucarístico sea principalmente un movimiento de base. Me gustaría compartir aquí los objetivos específicos de la arquidiócesis de Denver con la esperanza de que los lleven a la oración y le pregunten a Jesús cómo les pide a ustedes y a su parroquia responder este año. ¿ CÓMO RESPONDERÁS AL LLAMADO EUCARÍSTICO? 1 2 2 | A G O S T O - S E P T I E M B R E 2 0 2 3 Fomentar encuentros con Jesús en la Eucaristía entre las personas que no lo han encontrado ahí antes. Dicho de otra forma, si al final del Aviva- miento Eucarístico lo único que hemos hecho ha sido animar a alguien que ya es fiel y devoto a la Eucaristía a ser más devoto, hemos fracasado. Nuestro objetivo principal es, como escucha- mos en el proceso sinodal, "Encontrar formas creativas de llevar a Jesús Eucaristía a los demás y llevar a los demás a Jesús Eucaristía". Jesús desea que nuevas personas lo encuentren en la Eucaristía. Él desea que los católicos que ya van a Misa pero que nunca aprendieron cómo parti- cipar lo hagan plenamente y beban de las aguas vivas que están presentes en la liturgia. Quiere hacer algo nuevo. Aumentar la devoción a la sagrada Eucaristía en la Misa, pero también en la adoración, y fortalecer la relación entre ambas en la conciencia de los fieles. Un avivamiento eucarístico debe centrarse en un avivamiento de la celebración de la litur- gia de la Iglesia. Por Iglesia me refiero a todo el pueblo de Dios. Cuando hablamos de la Euca- ristía, la Misa es el centro. La adoración euca- rística, que es una hermosa práctica y devoción, existe en relación con la Misa. Si perdemos de vista este vínculo, la adoración corre el riesgo de convertirse en algo extraño a la acción sal- vífica de Jesús en la Eucaristía. La adoración eucarística debe llevarnos a una adoración más profunda en la Misa, ya que estamos unidos al único sacrificio de Jesucristo en su adoración al Padre. Nosotros, unidos al único sacrificio de Jesús, nos ofrecemos al Padre y somos fortaleci- dos en esta ofrenda de nosotros mismos cuando recibimos a nuestro Señor. COLUMNA DEL ARZOBISPO P O R M O N S . S A M U E L J . A Q U I L A A r zobisp o de D enver