elpueblocatolico

32 | J U N I O - J U L I O 2 0 2 2 El Pueblo Católico te habla de las cosas de Dios, de las cosas que te ayudarán en tu salvación eterna y, en el fondo, de lo que tu corazón quiere oír". Una revista es humilde. Esta ahí asentada. Quizá tiene una portada con alguna foto que llama la atención, pero no hace ruido, ni te manda pop-ups en tu celular para invitarte a algo, ni te pone cosas que el internet sabe que te interesan. La revista está ahí, esperando que la mires y que el corazón te invite a tomarla en las manos y comenzar a ojearla. Dentro de sus pági- nas tiene muchos mensajes de Dios a tu alma: algún artículo, alguna foto, algún anuncio a un retiro o curso… son invitaciones que Dios te manda con la espe- ranza de que alguna de ellas capte tu atención hacia él. Porque, en resumidas cuen- tas, El Pueblo Católico es una revista de evangelización, es decir, un instrumento para que el mensaje de Jesús te llegue. O, mejor dicho, es Jesús haciéndote llegar su mensaje por medio de la revista El Pueblo Católico. Un pop-up en tu celular, así como viene se va. La revista sigue ahí, espe- rando a que tu atención la descubra. Un clip de TikTok quizá te hacer reír, pero es superficial y no te deja nada en el alma. El Pueblo Católico, en cambio, es paciente, y sabe que en el fondo lo que tú deseas tiene sabor a eternidad. Y eso es lo que El Pueblo Católico tiene en sus páginas. Pero la revista El Pueblo Católico, desde la mesita donde la pusiste, a la salida de la iglesia, o en el buzón de correo, sin palabras, te habla constan- temente y te invita a llevarla a casa, a tomarla en las manos, a leer algo sobre Dios y la Iglesia. Es decir, la revista se introduce en tu hogar para ayudar a todos los miembros de tu familia a encontrar a Dios. Ese es el poder de la revista El Pueblo Católico. Ella posee el poder de la palabra escrita. Como en la Biblia donde quedó plasmada la Palabra de Dios para que resuene fiel y transformadora a lo largo de los siglos; en modo similar, la revista El Pueblo Católico se queda pacientemente en tu hogar con la esperanza de que será leída y el mensaje llegará a destino. Bendigamos a Dios por este medio con que contamos en la arquidióce- sis para seguir oyendo de Dios, de su Iglesia, de nuestra comunidad y de ese Cristo que tanto amamos y ese cielo que tanto anhelamos. Cuando veas la revista, tómala, llé- vala a casa y busca en ella el mensaje de Dios para ti. COLUMNA DEL OBISPO

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