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M uchas veces es más fácil dejarnos llevar por la rutina y costumbres mundanas que vivir el Evangelio. San Pablo recordó a los corintios que se mantuvieran firmes y vivieran el Evangelio día a día. El Evangelio transforma nuestra vida, pero tenemos que dejarlo, tenemos que poner de nuestra parte. A continuación, te presentamos algunas prácticas simples que te pueden ayudar a abrir el corazón para que Dios entre y lo transforme a través del Evangelio. E L P U E B L O C A T Ó L I C O | 21 ¿Cómo puedo vivirlo? Ahora, hermanos, les hago saber el evangelio que les prediqué, el cual también recibieron y en el cual se han mantenido firmes, por el cual están salvos." 1 CO R 1,15 PRACTICA LA ORACIÓN Si aún no lo haces, es indispensable apartar un momento de oración en tu día. De esta manera podrás conversar con Dios y abrir tu corazón para escuchar lo que quiere decirte. Dios quiere conocerte y pasar tiempo contigo. El tiempo con Dios debe ser una prioridad en tu vida. LEE LA BIBLIA Tómate el tiempo para no solo leer, sino intentar com- prender las Escrituras. Leer la Biblia, además de darte la oportunidad de conocer a Cristo, te puede ayudar a confrontar los obstáculos que se presenten en tu vida diaria y defender la fe. Escu- char la Palabra de Dios te mantendrá firme y te recor- dará el verdadero propósito de tu fe. PON A DIOS PRIMERO Cuando ponemos nues- tras preocupaciones, respon- sabilidades e incluso nues- tros familiares en primer lugar, los ponemos en un lugar que solo le corres- ponde a Dios. Así cerramos nuestra vida y no dejamos que Dios la transforme. Él nos ha dado la capacidad de elegir y esta capacidad es tan grande que incluso podemos elegir que él no forme parte de nuestra vida. ¿Cómo podemos poner a Dios primero? Viviendo según el Evangelio en todas las áreas de la vida, ya sea en el matrimonio, la familia o las amistades, o confron- tando nuestros vicios y pro- blemas. Cuando ponemos nuestra vida en manos de Dios, le damos el control, y él nos manifiesta el poder salvador del Evangelio. Solo así construiremos una vida sólida, la vida que la sociedad necesita descubrir.