IMITACIÓN DE CRISTO
10 | F E B R E R O - M A R Z O 2 0 2 2
La vida del discípulo
en la cruz
E
ste mensaje sigue siendo escandaloso
para la cultura en que vivimos: "¿Por
qué empeñarse tanto en sufrir si la
mejor manera de vivir la vida es entregán-
dose al placer? Es absurdo querer sufrir". El
escándalo de la cruz no es nada nuevo. San
Pablo se refería a la cruz como una sabiduría
"misteriosa" y "escondida" (1 Cor 2,7).
Aunque al mundo solo le parece que un
discípulo vive una vida "triste" y "austera",
que sufre y se abstiene de ciertos compor-
tamientos, no logra ver que en realidad
vive una vida más grande. El mundo solo
ve el "no" del discípulo pero no el "sí" más
grande que guía su vida. El discípulo dice
"no" al pecado porque en realidad está
diciendo "sí" al amor de Cristo, que es infi-
nitamente más grande. Sabe que el pecado
es un placer fugaz que solo revela un hondo
vacío, mientras que el amor de Cristo es
duradero, verdadero e infinitamente más
enriquecedor.
Así se vive como discípulo. Al alejarnos
del pecado y dedicarnos a la oración, al par-
ticipar en los sacramentos y cooperar con la
gracia que Dios nos da, permitimos
que el amor de Cristo transforme
nuestro corazón. Entre más
lo hacemos, más dispuestos
estamos a sufrir con alegría,
a hacer sacrificios y negar-
nos a nosotros mismos por
el bien de los demás y por
amor a Cristo.