E L P U E B L O C A T Ó L I C O | 15
7961 Federal Blvd #101, Westminster, CO 80030
720-524-6862
¡Alimento para el alma!
Motor
de caridad
A
unque el don del Espíritu Santo
puede pasar desapercibido en nues-
tra vida, Jesús bien sabía lo mucho
que lo necesitaríamos al enviarlo como su
último don. ¿Qué haremos con él? La pre-
sencia del Espíritu puede crecer en nosotros
a través de la oración. Esta presencia nos
guiará e inspirará. Nos impulsará a servir
a los demás con los dones que nos ha con-
cedido y nos dará la valentía para hacer lo
que sobrepasa nuestras habilidades. Depen-
der y confiar en el Espíritu Santo de esta
manera transformará todo, dentro y fuera de
nosotros.
Fuente
de valentía
E
l Espíritu pide que seamos valientes a
la hora de hacer el bien por los demás.
En los Hechos de los Apóstoles vemos
cómo los discípulos pasaron de tener miedo
y acobardarse a encarar la persecución des-
pués de Pentecostés. El don del Espíritu los
transformó. Su oración los llevó a la acción:
"Terminada la oración, tembló el lugar
donde estaban reunidos. Todos quedaron
llenos del Espíritu Santo y se pusieron a
anunciar con valentía la Palabra de Dios" (Hc
4,31). A veces nos decimos: "Yo nunca podría
hacer eso", y hasta cierto punto puede ser
cierto. Sin embargo, con el Espíritu de Dios
podemos hacer mucho más de lo que podría-
mos imaginarnos.
Terminada la
oración, tembló
el lugar donde
estaban reunidos.
Todos quedaron
llenos del
Espíritu Santo
y se pusieron
a anunciar con
valentía la Palabra
de Dios."
H C 4, 31