¿
Yo o
nosotros?
Mientras nosotros hablamos sobre la
importancia de la comunidad, nuestra socie-
dad nos repite lo contrario: lo que importa
es el "yo". Y estamos tan acostumbrados a
esta mentalidad individualista que muchas
veces nos cuesta ver la importancia de las
relaciones.
Pero sabemos que el individualismo,
tarde o temprano, falla. Nos deja aislados y
frágiles. La vida es como construir una casa:
es necesario tener varias columnas. Con
solo una columna, el edificio acabaría por
derrumbarse.
Comunidad de
comunidades
La familia es la primera casa que nos toca construir. Es una
comunidad fundamental para la sociedad. Pero la familia no puede
caminar sola, necesita de la Iglesia. La Iglesia le muestra su verdadera
identidad y misión. Asimismo, la familia necesita de otras familias, de
amistades que le ayuden en el camino hacia la cima.
La familia está llamada a participar en la comunidad eclesial. Esta
comunidad que es católica o "universal" se concreta en la iglesia local,
en nuestra diócesis y nuestra parroquia.
Así como la familia está llamada a integrarse a la comunidad
parroquial, la Iglesia debe estar presente en la familia, de modo que
la familia sea una "iglesia doméstica". Es ahí donde los hijos tienen
un primer encuentro con Dios a través del amor de sus padres y sus
hermanos.
IGLESIA Y FAMILIA
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Foto de Anya Semenoff-Petty